TRIATLÓN CON SALUD

TRIATLÓN CON SALUD

Una forma diferente de enfocar este deporte

Arturo Guede Seara

Corrección del texto: Aurora Zafra

Fotografías: Hans Peter Schepp

Diseño de la cubierta: David Carretero

Edición: Lluís Cugota

© Arturo Guede Seara

2017, Editorial Paidotribo

Polígono industrial Les Guixeres

C/ de la Energía, 19-21

08915 Badalona (España)

Tel.: 93 323 33 11 – Fax: 93 453 50 33

http://www.paidotribo.com

E-mail: paidotribo@paidotribo.com

Primera edición

ISBN: 978-84-9910-655-7

ISBN EPUB: 978-84-9910-717-2

BIC: WSKQ

Diseño de maqueta y preimpresión: Editor Service, S.L. Diagonal, 299; 08013 Barcelona

Índice

Agradecimientos

Prólogo

1Mi historia y qué me llevó a escribir este libro

Mi afán por la salud y mi paso al triatlón: Un amor a primera vista

El triatlón, extremismos y consumismo de la mano

Mi primer Ironman y por qué no he vuelto a preparar tal reto deportivo a ese coste

Gracias, Ironman: Todo cobra sentido en Lanzarote

2La prevención integrada en una rutina de entrenamiento

La prevención

Entrenamiento funcional: Ejercicios del core, entrenamiento en suspensión, pilates y yoga

Entrenamiento funcional

¿Qué es el entrenamiento funcional?

¿Por qué incluir el entrenamiento funcional en nuestro programa?

¿Por qué el entrenamiento funcional nos ayuda a mejorar y a evitar lesiones?

La natación

El ciclismo

La carrera

El core, explicación y ejercicios

Beneficios de hacer ejercicios del core

Ejercicios isométricos del core

Ejercicios en colchoneta

Ejercicios de plancha frontal

Ejercicios de plancha lateral

Ejercicios de plancha boca arriba

Ejercicios de plancha boca abajo en plano inestable

Ejercicios de plancha lateral en plano inestable

Ejercicios de plancha boca arriba en plano inestable

Ejercicios en suspensión para el core

Entrenamiento en suspensión

Ejemplos de ejercicios en suspensión

Pilates y yoga

¿Por qué estas dos disciplinas?

¿Qué es el pilates?

El centro de energía

¿Por qué combinar pilates con triatlón?

Ejemplos de ejercicios de pilates para triatlón

¿Qué es el yoga?

Ejercicios excéntricos: Gana flexibilidad y fortalece los tendones

Tipos de contracciones

¿Qué músculos y tendones queremos trabajar?

Ejercicios excéntricos con cinturón ruso

Ejercicios excéntricos sin cinturón ruso

Beneficios y precauciones de los ejercicios excéntricos

El entrenamiento de la fuerza

Conceptos de dosificación de la carga

Los ejercicios de fuerza

Modelo de ciclo de fuerza de doce semanas

Entrenamiento concurrente

La propiocepción

¿Por qué es importante la propiocepción?

Metodología de los ejercicios propioceptivos

Ejercicios de propiocepción

Respiración y relajación diafragmáticas

¿Qué es el diafragma?

¿Por qué hay que trabajar el diafragma?

Respiración diafragmática

Relajación del diafragma

Estudio biomecánico de la bicicleta

Estudio biomecánico del pie

La biomecánica en el pie

¿Pronador o supinador?

Las plantillas

Claves para la elección de zapatillas

Biomecánica de la carrera

Fisioterapia y osteopatía

Masaje de descarga

Trabaja la mente: Mindfulness en triatlón para disfrutar del camino

3Recuperación posentrenamiento

Estiramientos y ejercicios de descarga con rodillo de gomaespuma

Estiramientos estáticos y posisométricos

Una selección de estiramientos

Ejercicios de descarga con rodillo de gomaespuma

Una selección de ejercicios de descarga

Crioterapia, piernas en declive y medias de compresión

Cama elástica para activar el sistema linfático y acelerar la recuperación

¿Qué es el sistema linfático?

¿Qué es la linfa?

Circulación linfática

Y todo eso, ¿cómo puede ayudar a un triatleta?

El sueño

Olvídate del triatlón, piensa en otra cosa

4La nutrición

Aporte calórico y de nutrientes desde la perspectiva de la nutrición

Hidratos de carbono

¿Cuántos hidratos de carbono hay que tomar?

Ingesta de macronutrientes y líquidos en momentos clave de la vida deportiva

Las proteínas

Las grasas

Vitaminas y minerales

No nutrientes y antioxidantes

La fibra

La fibra soluble

La fibra insoluble

Ayudas ergogénicas

Radicales libres y toxicidad

Los suplementos

Grasas

Vitaminas

Minerales

La suplementación diaria

La dieta del pH

Un concepto diferente. ¿En qué consiste?

¿Por qué el pH es tan importante para la salud?

Causas y consecuencias de la acidificación

Alimentos alcalinos

Alimentos ácidos

¿Cómo medir el pH?

pH y deporte

Zumos y batidos

Los zumos

Los mejores zumos

Los batidos

Los mejores batidos

El pescado y el mercurio

Consejos útiles para una alimentación sana

5La hidratación

¿Qué es el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal y por qué puede estar alterado?

6Plan integral de entrenamiento mensual

Bibliografía

Índice alfabético

Adiós, papá

A mi mentor de vida, mi maestro de experiencia, mi conciencia, mi inquietud, mi inspiración...

Si algo he aprendido en el trabajo, o eso creía, es a lidiar con el dolor tanto físico como emocional.

El dolor se presenta con diferente intensidad y duración, pero muchas veces es indescriptible. Sin previo aviso, nos toca sufrir una pena que te acompaña de por vida. Se encadena a ti y, quieras o no, es un lastre que debes arrastrar en silencio. No lo puedes soltar porque, aunque parezca injusto, es la forma de mantener presente el recuerdo. La familia tiene un poder de doble cara.

Mi hermano y yo siempre hemos visto a nuestros padres como un espejo en el que mirarnos. Nos habéis enseñado valores muy difíciles de mantener en esta sociedad y esperamos honraros siendo un fiel reflejo de ello. Sin esfuerzo, habéis sacrificado todo para que tengamos un futuro, y cualquier logro personal o laboral que venga será una consecuencia de todo vuestro trabajo y amor.

Percibo, papá, que tu aleteo de mariposa hasta la fecha será el detonante de todo lo que está por venir, cambie el calendario o el escenario. Es muy injusto que te hayas ido cuando empezabas a recoger el fruto de toda tu inversión. Teníamos aún tantos momentos por compartir que me quiebro en dos al pensar que ya no será posible.

No me pondré a enumerar todas tus virtudes, pero si recalcaré una: la fuerza. Nos has enseñado a ser fuertes, a sobreponernos a todo. Has sido un paradigma cada vez que se presentaba un problema en nuestras vidas. Ahora nos encontramos ante el reto más duro; costará tiempo, lágrimas y mucho dolor, pero precisamente por ti, miraremos hacia delante.

Mi madre me dijo una vez: «Somos cuatro pilares, y si uno falla, nuestro equilibrio desaparece», pero ahora toca reescribir tal advertencia e imitar la estabilidad de ese taburete de zapatero con tres patas que dejó nuestro abuelo y que a día de hoy se mantiene firme.

Hace más de dos años en Lanzarote corrimos juntos los últimos cien metros de la carrera más larga de nuestras vidas y, entre lágrimas y abrazos, me dijiste que me querías, que gracias por regalarte uno de los momentos más felices. Has llegado al final de tu última carrera, la más larga… y tengo que decirte que es el día más triste que recordaré, pero por ti me aferraré a esa primera línea de meta.

Hoy el cielo llora, pero sé que nos marcarás el camino con tu luz.

Arturo Guede Seara con su padre, Arturo Guede Santalices, en la línea de llegada del Ironman de Lanzarote en 2014.

Agradecimientos

Hace ya tiempo, la incertidumbre propia del joven de 18 años, que tiene caminos y elecciones que tomar para determinar lo que será en la edad adulta, me llevó a realizar uno de esos juegos inocentes que consiste en escribir las cosas que te gustaría hacer o conseguir a lo largo de esto que llaman vida. Esa lista, que creo ha determinado mis decisiones y prioridades de forma inconsciente desde aquel día, abarcaba desde ser voluntario en un país sub-desarrollado hasta plantar un árbol. Muchos de estos sueños se cumplieron, otros se modificaron —al igual que mi forma de pensar—, y algunos, como escribir un libro, permanecían en esa lista con la esperanza de ser tachados algún día. Pues bien, ese día ha llegado.

Tendría que dar las gracias a muchas personas que me han motivado directa o indirectamente a escribir este libro, pero me limitaré solo a mencionar a unos cuantos y haceros así partícipes de este reto profesional.

En primer lugar, a mi familia. Somos cuatro pilares, y si uno falla, nuestro equilibrio desaparece. Vuestro apoyo en cada una de las aventuras que inicio es esencial.

A Raquel, por haber sido una de las mujeres más importante que ha pasado por mi vida. Estás presente en este libro, sin saberlo, por meterme el gusanillo de este deporte y porque contigo empecé a comer de una forma más sana. Fue el detonante de mi preocupación por la nutrición.

A Niki, porque después de mi retiro por el sudeste asiático fuiste mi primer contacto con el yoga y su filosofía. Ahora eres un buen amigo con quien debatir inquietudes.

Gracias, Laura, «mi canaria», por tu aportación y por tan buenos momentos.

A Sara y Lucía, por estar ese día tan especial en Lanzarote. Fuisteis el broche a una experiencia inolvidable.

A todos los integrantes o antiguos integrantes del Triatlón Universitario de Madrid por compartir este deporte, vuestros dolores y preocupaciones conmigo. En especial a Gonzalo, Toño, Ekhiotz, Celada, Torreño, Alex, Solares y Chui.

A mis compañeros y amigos de osteopatía por nuestras dudas e intereses en común y, sobre todo, por tan buenos momentos.

Para acabar tengo que agradecer a mi cuerpo el haberme dado guerra en su día. Las molestias y dolores que provocaste en su momento fueron el estímulo para estudiar el cuerpo humano e intentar dar explicación a síntomas muy comunes en la gente y, en concreto, en los deportistas.

Prólogo

Superar tus límites ¿Cuántas veces hemos escuchado estas tres palabras? Estamos en un momento en que se fomentan mucho las pruebas extremas; vivimos cada vez más familiarizados y habituados a ultratrails y ultramaratones, gente que se va a recorrer cientos y cientos de kilómetros en pruebas muy curiosas. El concepto «reto» está de moda, entendido sobre todo con la finalidad finisher. ¿Quién no conoce a alguien que tenga en mente hacer en algún momento un Ironman? Tampoco hay que olvidar el mérito que tiene hacer menos pero más rápido. Y es cierto, es casi imposible hacer un cinco mil, como lo hace Mario Mola, por debajo de los 15 minutos, rozando el sub-14.

Lo que está claro es que todo requiere un esfuerzo. La superación, para los mortales, los que no somos profesionales o atletas de élite, no es solo que consigamos bajar nuestra mejor marca personal o que logremos, por ejemplo, hacer un Ironman. La superación es el día a día, la combinación de muchos factores para poder conseguir disfrutar de esa actividad que tanto nos gusta. Hay que robarle tiempo al tiempo, no olvidar nuestras obligaciones y condimentarlo todo con mucha ilusión y sacrificio.

A este «batido» hay que sumar las lesiones, que siempre parece que están al acecho. La prevención es fundamental, y hay que saber combinar los entrenamientos más comunes con aquellos que nos ayudan a mantenerlas alejadas. Hay que ponerse en manos de un buen profesional, que se convierta en nuestra «persona de confianza», no en un entrenador más. Un buen fisioterapeuta y un buen médico deportivo son claves para conseguir una carrera deportiva sin lesiones.

Entrenar y competir es adictivo. Luchar por lograr bajar los tiempos o completar determinadas distancias nos hace sentir superiores. El deporte te insta a ser metódico, disciplinado y exigente. Hay que entrenar el cuerpo y la mente, pero siempre hay que hacerlo disfrutando. No se nos puede olvidar que lo mejor es «pasarlo bien». Por eso, no ocurre nada si nos tomamos una buena paella, un buen vino, una buena carne o algunos postres deliciosos. Hay que ser exigente cuando toca y dejar siempre una parcela para saborear la vida.

La vida es intensa, y la deportiva resulta maravillosa. Solo hay que saber elegir el camino correcto, aunque no sea siempre el más recto. Disfrutemos de ese camino.

Antonio Rossi, periodista y triatleta

1

Mi historia y qué me llevó a escribir este libro

Mi afán por la salud y mi paso al triatlón: Un amor a primera vista

Desde temprana edad empecé a jugar al baloncesto y lo que al principio era una actividad extraescolar se convirtió en una pasión a la que dedicaba muchas horas del día. A lo largo de esos años de insistente dedicación sufrí innumerables lesiones musculares de los miembros inferiores e incapacitantes dolores de espalda a nivel lumbar. Por otro lado, y sin parecer que tuviese relación, sufría ardor, molestias gastrointestinales, gingivitis, aftas bucales, manchas en la piel, alergia al polen, a la fruta y a los frutos secos… A esto último no le daba excesiva importancia por considerarlos males menores para mi práctica deportiva, aunque no tan menores para mi día a día. Acudí a diferentes sitios, a muchos de ellos sin saber si mis quejas eran competencia suya, y nadie me facilitó una explicación clara de por qué me sucedía eso. Mucho menos me aportaban la clave para solucionarlo y prevenir futuras recaídas.

Sin duda, ver lo desnudo que estaba ante este tipo de problemas por la poca eficacia de los profesionales a los que acudí fue el detonante de mi pasión por la salud. Pensaba que este tipo de dolencias tendrían una respuesta y habría otra forma de atacarlas y ponerles fin. A día de hoy afirmo con rotundidad que sí, que esto es posible.

Cuando tenía 14 años, un médico me dijo que abandonase el deporte y me limitase a caminar el resto de mi vida, debido a la aparición de una hernia muscular en el hueco poplíteo que me mantuvo muchos meses con dolores intensos cada vez que intentaba realizar cualquier actividad física. Doy gracias de no haber hecho caso por aquel entonces, de haber buscado sin cesar a un profesional a la altura de lo que mi cuerpo requería y, sobre todo, de haber empezado a estudiar la anatomía humana para entender cómo funciona. Por ello, llevo tatuado en el gemelo izquierdo el símbolo del reto deportivo más exigente que me he planteado nunca: un triatlón de distancia Ironman.

Años después y recién llegado a Madrid con la carrera de fisioterapia bajo el brazo, decidí hacer cursos en diferentes ámbitos con el afán de saciar la necesidad de tener respuesta al mayor número de preguntas que pacientes y deportistas pudieran plantear. En este transcurso de tiempo, y por diferentes motivos, decidí dejar el baloncesto.

Fue una liberación en aquel momento, pero alguien que ha practicado deporte toda la vida siente la necesidad de seguir activo. Como siempre me había llamado la atención el triatlón por su exigencia y por parecerme el deporte más completo, decidí probar. En mi tierra, Galicia, es muy popular, y en mi pueblo, concretamente, se celebra una prueba del campeonato gallego por la que han pasado ilustres de este deporte, como Iván Raña y Gómez Noya cuando estaban en categorías inferiores.

Accedí a un equipo en Madrid en el que empecé a conocer todos los entresijos de este deporte. Saborear el nuevo reto de finalizar un triatlón, realizar actividad física al aire libre, conocer gente fabulosa… me enganchó y se produjo «un amor a primera vista».

A la par, y sin darme cuenta, empezó otro reto, que consiste en querer transmitir los conocimientos ligados a mi experiencia en el triatlón. He leído mucho sobre este deporte tan complejo. Un gran número de publicaciones están escritas por grandes deportistas o entrenadores que, centrándose puramente en el entrenamiento de las tres disciplinas, muestran unos conocimientos abrumadores. Sin embargo, y ahí creo que radica la importancia de este libro, descuidan otros aspectos que pueden significar el éxito o el fracaso. No quisiera parecer dramático, es solo una forma de hablar, pero creo que se le puede sacar mucho partido.

El triatlón, extremismos y consumismo de la mano

Solo hay dos cosas que no me gustan de este deporte. Por un lado, todo el consumismo que envuelve al material. Al principio, sobre todo si nunca has hecho bicicleta de carretera y no dispones de una, la inversión es muy grande. Lo más difícil es saber dónde colocar la barrera, porque parece que nunca se posee todo lo necesario y, mucho menos, de la calidad suficiente. No te dejes engañar, pues dista mucho de la realidad.

Agradezco haber contado con un presupuesto limitado para gastar en alta gama cuando empecé esta experiencia, porque seguramente hubiese invertido mucho más sin hacerme falta verdaderamente. Además, creo que de haber desembolsado 4.000 euros más mis resultados no hubiesen variado prácticamente nada.

No comparto lo que hace alguna gente que lleva un mes en este deporte y sin haber finalizado un solo triatlón o sin saber al menos si le gustará ya está equipado con el último Garmin y la mejor bici con sus correspondientes ruedas de perfil, por poner solo un par de ejemplos. Podría seguir con esa lista. El triatlón es un deporte que muchas veces no termina de enganchar o resulta muy exigente, y todo ese material acaba cogiendo polvo.

Sin embargo, no estoy criticando a la gente que va a la última porque así lo ha decidido y puede permitírselo. Critico a las marcas que te hacen creer que necesitas todo eso para practicar este deporte. Espero que se entienda bien lo que quiero decir, porque soy el primer enamorado de una buena bicicleta de contrarreloj y posiblemente algún día adquiera una.

A continuación expongo una idea aproximada de mi presupuesto para comprar material (básico) cuando empecé desde cero (tabla 1.1).

Tabla 1.1 Equipo básico para el triatleta principiante

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Al presupuesto total aproximado (1.520 euros) habría que añadir las inscripciones del equipo (si vas a pertenecer a uno), la piscina, las competiciones y la ficha federativa; y, por otro lado, los arreglos de la bici, los suplementos nutricionales, etc. Tengo compañeros que tienen bicicletas espectaculares con un valor mucho mayor que todo este material junto.

En mi opinión, es un presupuesto ajustado, pero si tu intención es no gastarte mucho dinero (tarea complicada en el triatlón), porque no te lo puedes permitir o prefieres invertirlo en otra cosa, sé consciente de que también es posible afrontar grandes retos como un Ironman sin la última tecnología; yo llevo así tres años y he conseguido finalizar tres.

Comentaba al principio de este apartado que hay dos cosas que no me gustan de este deporte. Pues bien, tratada la primera, la segunda es el extremismo en el que caemos la mayoría de nosotros sin darnos cuenta.

Creo que muchos de los que llevan tiempo en esto me entenderán cuando diga lo siguiente. De nuevo es difícil colocar el límite en el número y la duración de los entrenamientos de cara a la preparación de un triatlón o un Ironman; incluso si estás supervisado por un entrenador, no es fácil establecer qué pauta debes seguir.

Es habitual quedarse en diversas ocasiones con la sensación de «no he recorrido los suficientes metros lo bastante rápido» o de «hoy no he tenido tiempo para doblar sesión». Es un continuo fluir de sentimientos de culpabilidad de este tipo; así que repito de nuevo: no caigas en eso. Disfruta del entrenamiento que tu horario te haya permitido hacer y no te culpes por no ir a casa con el cuerpo hecho papilla cada día.

Mi primer Ironman y por qué no he vuelto a preparar tal reto deportivo a ese coste

Os dejo un fragmento redactado al finalizar mi primer Ironman en Zúrich en 2013 y que viene a colación de lo que relataba antes.

Después de unos meses en el equipo, me encontraba en Granada de vacaciones con la que en aquel tiempo era mi pareja. Mientras esperábamos un autobús en un pueblo de la zona, ella entró en un quiosco y me enseñó una revista de triatlón diciendo: «Este es el triatlón más duro que hay». En la portada había una imagen que hacía alusión a un Ironman, una prueba desconocida por mí hasta ese momento. Soy un extremista para todo y desde ese instante ya tuve claro que por lo menos lo intentaría. Y a medida que me informaba más sobre la carrera y las historias de superación que en ella ocurrían simplemente me fascinó. Había encontrado el reto que necesitaba en el momento idóneo; pero mucho quedaba por remar.

No es la distancia adecuada para mi edad y tampoco para una persona que lleva tan poco tiempo en esto, pero me planteé siete meses de preparación con un medio Ironman, y así fue. Mil momentos buenos y malos, gente que empezó el camino a mi lado y no lo terminó, otros que aparecieron por casualidad en los baches difíciles y que invitaban a abandonar esta locura. Madrugones, entrenamientos de muchas horas en solitario, incompatibilidad con el trabajo y los estudios, vida social nula en ocasiones, fines de semana dedicados al deporte… En resumen, muchos sacrificios para algo que es única y exclusivamente por satisfacción personal y afán de superación. Muchas veces me he preguntado: «¿Realmente te merece la pena todo lo que estás dejando de lado?». Ya tengo la respuesta a esa pregunta que me rondaba por la cabeza en los traspiés que surgieron. De hecho, ya la tenía entonces, porque no hubiera sido capaz de lograrlo en caso contrario. La respuesta, sin dudarlo, era SÍ, ya no por el momento en el que cruzas la meta, sino porque echas la vista atrás y recuerdas todo lo bueno. Lo malo… ya te hizo fuerte en su momento.

Día de la prueba

Después de haber pasado prácticamente el día previo fuera del apartamento para dejar todo a punto en los boxes, nadar un poco en el lago y ver a unos amigos de Víctor (mi compañero de batalla), lo dejamos todo preparado, y después de cenar, a las diez de la noche, ya estaba entre las sábanas. Era necesario descansar porque lo que nos esperaba sería muy exigente.

A las cinco en punto de la mañana suena el despertador, aunque desde las tres tenía los ojos abiertos como platos. Después de una cena contundente, decido desayunar una barrita e ir al agua solo con eso. El taxi está en la puerta a las cinco y cuarto, y nos lleva hasta la carrera. Una vez allí, todavía a oscuras, la sensación es muy peculiar, todos ultimando detalles, muertos de nervios. Pocos son los que hablan. Una atmósfera de calma tensa nos envuelve. Ya nos dirigimos a la salida sin neopreno por notificación de la carrera y ahí es donde realmente te das cuenta de que «¡Esto empieza ya!». Me despido de mi hermano y ya me veo rodeado de cerca de 3.000 personas que seguramente habrán vivido muchas situaciones similares para estar ahí en ese momento. Cierro los ojos un instante y mil imágenes pasan por mi cabeza. Definiría la natación como supervivencia (patadas, codazos, agarrones…). Los primeros metros transcurren así, pero a medida que se hacen grupos se vuelve algo más llevadero. Para mi sorpresa, disfruto de la natación aunque en el último kilómetro sufro bastante, ya que la prohibición del neopreno hace que desgaste en exceso las piernas.

Llegamos a la transición para coger todo lo necesario para la bici, y empiezan los interminables 180 km. Había entrenado mucho los últimos meses y me veía fuerte para afrontarlos. En los 90 primeros kilómetros me encuentro bien, sobre todo en los puertos, donde consigo adelantar a bastante gente; pero en la segunda vuelta de 90 km tengo un pajarón de 20-30 km en el que me digo: «Así no termino». Ver a alguna gente en las cunetas, retirada o descansando, no ayuda. Me había pasado factura el subidón del principio sin darme cuenta; pero, bajando el ritmo, comiendo e hidratándome bien, remonto la situación. Por cierto, el paisaje con los Alpes de fondo es impresionante.

Por fin terminamos la bici y veo a mi hermano con una cara de felicidad inmensa al advertir que llego (eso no tiene precio). También escucho a alguien decir «¡Venga! Solo queda la maratón»… «¿Perdona? Je, je; pero ¡bueno, a por ello!». Cubro bien las ampollas para que no me arruinen la carrera y me dispongo a empezar mi mejor disciplina. Los primeros kilómetros, al igual que en la bici, me encuentro muy bien y tiro fuerte, pero pronto abro los ojos y me digo: «Calor, humedad, viento… paciencia, a ver si te va a pegar algo y no terminas». Pasan muchas cosas en la maratón, muchos altibajos e incluso me permito seguir a una pro unos minutos. Van pasando los kilómetros, y cuando peor lo estoy pasando, otro participante me dice: “¡Vamos, sígueme!”, se pone delante y empieza a tirar. Al final lo encontré y nos dimos un abrazo, como si nos conociéramos de toda la vida; esas cosas te quedan grabadas en la retina. A falta de 10 km, empieza la lluvia y la tormenta, justo ahí es donde veo a Víctor por primera vez en toda la carrera, y dos palabras suyas hacen que suba el ritmo y acabe con fuerza. Durante el último kilómetro no quería que terminase, mil momentos y personas me pasaban por la cabeza, pero llegan los últimos metros, veo la meta y no puedo contener las lágrimas; me siento en una nube. Muchas veces me había imaginado ese momento, pero ninguno se acercaba a lo que viví. No tengo palabras para definirlo… ¡Soy finisher!

Acabado el relato, por el título de este apartado y la experiencia vivida, quiero añadir que no es una buena vía de escape apuntarse a una prueba de este tipo para evadirse de una situación personal difícil, un trabajo en el que no te sientes realizado o una vida sin rumbo. Lo único que se va a conseguir es agravar la situación y, en el mejor de los casos, ocultarla. Si tu intención no es ser un atleta profesional, aprende a compaginar las facetas laboral, deportiva y personal de forma eficiente encontrando un equilibrio armónico entre las tres. Así, el camino hasta el gran día, ya de por sí complicado, será más fácil y los extremismos podrán controlarse mejor.

Gracias, Ironman: Todo cobra sentido en Lanzarote

Durante esos siete meses, marcados por la preparación prácticamente en solitario (mis horarios no me permitían entrenar con mis compañeros), el camino hacia la meta en Zúrich fue tortuoso y sanador a la par. A continuación tocaba descansar varias semanas para ver las cosas con perspectiva. Después de esta experiencia, en una de las primeras salidas en bici con los amigos, empezamos a hablar de qué bonito sería preparar un Ironman todos juntos (ahora sí podría). Al cabo de poco tiempo, y tras irnos motivando unos a otros, estábamos inscritos al que dicen que es el más difícil del mundo.

Me imagino que también habrán influido las circunstancias, pero el 17 de mayo de 2014 lo recordaré el resto de mi vida. Crucé la meta con lágrimas en los ojos de la mano de mi padre. En un lateral, dos de mis mejores amigas y mi madre gritaban como locas de la emoción (solo faltaba mi hermano). Y, para poner la guinda al pastel, los seis locos que decidimos unos meses antes apuntarnos juntos habíamos conseguido terminar. Así se prepara y se disfruta esta prueba.

2

La prevención integrada en una rutina de entrenamiento

Es mucho más importante conocer qué tipo de paciente tiene la enfermedad, que conocer el tipo de enfermedad que tiene el paciente.

William Osler

La prevención

Vivimos en la sociedad más narcisista de la historia, donde la imagen se ha convertido en una obligación presupuesta, y buscamos insaciablemente una aparente perfección. Paradójicamente, y es algo que no acabo de comprender, estamos descuidando cada vez más nuestro cuerpo y somos poco conscientes de qué le sucede. Trasladando esta idea al deporte, cada vez observo a más gente peripuesta y equipada a la última. A más de uno que luce medias de compresión de colores chillones porque un amigo le ha dicho que su recuperación será excepcional me gustaría preguntarle: «¿Cuánto tiempo dedicas a estirar?», «¿cómo preparas tu musculatura adecuadamente?». Creo que se entiende por dónde voy, hay muchas cosas que puedes hacer previamente si realmente tienes claro que el objetivo prioritario es la salud.

En el deporte en general, y particularmente en uno tan exigente como el triatlón, es de vital importancia dedicar tiempo tanto a la prevención como al entrenamiento sin olvidar que antes de ponernos mano a la obra debemos realizar una prueba de esfuerzo. En este sentido, he tenido la suerte de probar el nuevo sistema Nuubo y de conocer a uno de sus fundadores. Es un método revolucionario en la monitorización remota del electrocardiograma (ECG) mientras realizamos ejercicio intenso; es decir, puedes tener un electro constante de tu salida matutina de domingo. Esto implica que será mucho más fiable a la hora de detectar cualquier anomalía.

Si prestamos atención a muchos de los aspectos que se tratarán en este libro, conseguiremos mantener alejadas las lesiones, aumentar nuestro rendimiento y, seguramente, podremos disfrutar durante muchos años del triatlón o de cualquier otro deporte con una salud de hierro. Para ello, una parte de la preparación irá enfocada al cuerpo, siguiendo disciplinas y estrategias que ayuden a conseguir un estado de forma idóneo y preparen nuestros tejidos para rendir al máximo sin lesiones. También aprenderemos rutinas que favorezcan la recuperación después de un entrenamiento o competición. Otra parte de la preparación, inseparable de la anterior, se destina a la mente. Explicaremos por qué es igual de importante trabajarla y se darán algunas pinceladas sobre qué podemos hacer para escapar de los extremismos a los que nos puede llevar este deporte.

Combinado con todo esto, hablaremos de algo que considero que es fundamental cuidar, y si se practica deporte mucho más: la nutrición y la hidratación. Veremos qué estrategias podemos seguir antes, durante y después de los entrenamientos y la competición.

En un primer momento puede parecer que las disciplinas y los ejercicios que desarrollaremos dentro de este apartado no son necesarios para nadar, pedalear o correr más rápido. Quien piense así no estará en lo cierto, y muy pronto se verá por qué. Entiendo que es el objetivo prioritario de la mayoría, pero si queréis conseguirlo a toda costa, aparecerán dolores que obligarán a bajar el ritmo o parar los entrenamientos, y perderéis rápidamente lo que tanto esfuerzo y tiempo os ha costado ganar. Por eso, toda preparación tiene que ir de la mano de un buen programa preventivo. A medida que os adentréis en este libro, seréis conscientes del impacto positivo que tienen esos programas en nuestra máquina corporal, sobre todo porque lo comprobaréis por vosotros mismos.

Debo mencionar que la realización correcta de muchos de los ejercicios que se plantean implica práctica, pero es un proceso bonito en el que se observa cómo las mejoras llegan enseguida. Podéis acudir a clase y pedir la supervisión de un profesional si algo resulta especialmente complicado o creéis que no lo realizáis de forma adecuada, pero creo que si se presta atención a algunos detalles, no es imprescindible.

Al final del libro, combinaré durante un mes todo este «cóctel de prevención» con los entrenamientos de las tres disciplinas que corresponden a un programa enfocado a un Ironman. Poco a poco veréis que hay muchas posibilidades, y al disponer de esta valiosa información, uno mismo puede diseñar su propio programa.

Entrenamiento funcional: Ejercicios del core, entrenamiento en suspensión, pilates y yoga

Entrenamiento funcional