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Espiritualidad y biocentrismo

Una nueva tierra para una nueva compasión

 

Iván Rodríguez y Alberto Terrer

 

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© Iván Rodríguez y Alberto Terrer

© Espiritualidad y biocentrismo. Una nueva tierra para una nueva compasión

 

ISBN papel: 978-84-685-1798-8 

ISBN epub: 978-84-685-1800-8 

 

Depósito legal: M-1176-2018

 

Impreso en España

Editado por Bubok Publishing S.L.

 

Reservados todos los derechos. Salvo excepción prevista por la ley, no se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos conlleva sanciones legales y puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

 

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BIOGRAFÍAS DE LOS AUTORES

 

 

ALBERTO TERRER

 

Alberto Terrer nació en Valencia en 1979. Es cofundador de la Ong Santuario Compasión Animal y de la Fundación Nueva Compasión, en la que ejerce como presidente.

 

Ha dedicado los últimos seis años de su vida a rescatar y cuidar animales provenientes de la industria ganadera. Lleva doce años involucrado en el movimiento de derechos animales. Su labor en el Santuario es compartida y seguida diariamente por cientos de miles de simpatizantes y seguidores en redes sociales.

 

Antes de eso trabajó más de diez años como analista y desarrollador de software para administraciones públicas y empresa privada, pero al descubrir la explotación a la que se somete a los animales en todo el mundo decidió dejarlo todo para dedicarse íntegramente a luchar por los derechos de los animales junto a Laura Llácer, presidenta y cofundadora de Santuario Compasión Animal y de la Fundación Nueva Compasión.

 

Su interés por la espiritualidad y los derechos de los animales le ha llevado a conectar ambas pasiones para intentar comprender el sentido de la vida.

 

IVÁN RODRÍGUEZ

 

Iván Rodríguez nació en Madrid en 1969. Se licenció en Empresariales y en Derecho. Es empresario desde sus comienzos profesionales hasta la actualidad. Dirige iKasa, que realiza actividades inmobiliarias, turísticas e informáticas. Es además profesor universitario, tertuliano de programas de radio y conferenciante sobre temáticas profesionales.

 

Paralelamente a su actividad profesional y empresarial ha contribuido desde hace varios años a la orientación de personas que se inician en el estudio de la espiritualidad mediante la impartición de cursos, la guía de grupos de estudio, la orientación terapéutica y la elaboración de un vasto material didáctico en redes sociales, a través de Facebook, en su página personal “Prospector Ucdm-Eldu” y en la página de su organización Espacio Sutil, a través de la cual también publica material audiovisual en YouTube.

 

Colaborador activo del movimiento por los derechos animales, en los últimos años está en contacto continuo con Santuario Compasión Animal y Santuario Wings of Heart.

 

Debido a la integración de su vida profesional y la dimensión práctica espiritual, aporta la necesaria madurez y experiencia como para tener una visión de la espiritualidad completamente conectada con el día a día de nuestra actual sociedad.

 

 

Índice

 

PREFACIO I

PREFACIO II

PRÓLOGO GENERAL. INDICACIONES PARA LA LECTURA DEL LIBRO

 

LIBRO I. DEL BIOCENTRISMO A LA ESPIRITUALIDAD

AGRADECIMIENTOS

PRÓLOGO

PARTE ÚNICA

INTRODUCCIÓN: TRAS LA PISTA DE DIOS

EL INICIO DE LA VIDA: EL SUEÑO

LO VIVO Y LO INERTE

LA REPARACIÓN

LA REPLICACIÓN

LA INEVITABILIDAD

LA INDIVIDUALIDAD

LA AGRUPACIÓN

LA ACTUALIZACIÓN DE POTENCIALES

ACTUALIZANDO IMPORTANTES POTENCIALES

EL SUFRIMIENTO

LA INTELIGENCIA INCONSCIENTE

LA MENTE INSTINTIVA

LA INTELIGENCIA CONSCIENTE

LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES

LO NATURAL ES LA AUSENCIA DE BONDAD

EL CAMINO HACIA LA SUPREMACÍA. LA ACCIÓN

TIERRA NUEVA COMPASIÓN

EL NUEVO PARADIGMA

GENERALIZANDO EL IDEAL

EL CONFLICTO DE INTERESES Y EL INTERVENCIONISMO

RECAPITULACIÓN

LA CONCIENCIA COMO CREADORA DEL UNIVERSO

LA MUERTE

EL VÍNCULO PADRE E HIJO COMO BASE DE DATOS

 

LIBRO II. DE LA ESPIRITUALIDAD AL BIOCENTRISMO

AGRADECIMIENTOS

INTRODUCCIÓN

PRIMERA PARTE: EL SUEÑO

EL UNIVERSO

LA CAUSA INCAUSADA

LA CREACIÓN

LA IDEA DE SEPARACIÓN

LA DISOCIACIÓN. EL SUEÑO DE ILUSIÓN

LA OSCURIDAD. LA PROYECCIÓN

LA HUIDA. LOS OPUESTOS

LA INVOLUCIÓN. EL EGO

LA NIVELIZACIÓN

EL ESCENARIO

LA FABRICACIÓN. LA FRAGMENTACIÓN

LA COMPOSICIÓN DE LA MATERIA

LA TRASCENDENCIA ESPIRITUAL DE LA MATERIA

EL DISEÑO DE ILUSIÓN Y SU VOCACIÓN DE PERMANENCIA

LA TRASCENDENCIA ÚLTIMA DE LA PRIMERA FUENTE Y CENTRO. EL NO DUALISMO

LA COORDINACIÓN DEL DISEÑO. EL ACTOR CONJUNTO

EL ACOMPAÑAMIENTO

LA PERSONALIZACIÓN

EL SERVICIO MINISTERIAL

LIMITACIONES DE COMPRENSIÓN

EL PLAN DE RETORNO. LA PARTICIPACIÓN DE LOS HIJOS NO SOÑADORES

EL PLAN DE RETORNO. LA PARTICIPACIÓN DE LOS HIJOS SOÑADORES

APROXIMACIÓN A LOS NIVELES EXPERIENCIALES

CONCIENCIA Y PERCEPCIÓN

APROXIMACIÓN A LA FRAGMENTACIÓN

LA IRREALIDAD DEL SUEÑO Y LA CONFUSIÓN DE NIVELES. LA RESPONSABILIDAD DEL HIJO SOÑADOR

SEGUNDA PARTE: LA AVENTURA EXPERIENCIAL

NUESTRO MUNDO

LA VIDA FÍSICA: LA FORMA

LA NECESIDAD. EL DISEÑO DE ESCASEZ

LA COMPETENCIA. EL CONFLICTO

LA OBTENCIÓN. EXCLUSIÓN Y ABANDONO

FORMAS DE AGRUPACIÓN. LA EVOLUCIÓN DEL DISEÑO: LA ESPECIALIZACIÓN

LA CONSCIENCIA

LAS HERRAMIENTAS SENSITIVAS. INHABILITACIÓN DE LOS SENTIDOS INTERNOS

LA CONCIENCIA FRAGMENTARIA

LA OSCURIDAD EMOCIONAL. EL TEATRO EXPERIENCIAL

HISTORIA DE CONTENIDOS VITALES COMUNES

LA DINÁMICA DEL EGO

LA CREENCIA EN EL PECADO

LA CULPA

DINÁMICA DE LA CULPA

REACCIÓN ANTE LA CULPA

EL MECANISMO DE LA CULPA: LA EMOCIÓN

EL JUICIO. LA CONDENA

LA REPARACIÓN: EL CASTIGO

LAS FORMAS DE CASTIGO

TEATRALIZACIÓN DE LA SEPARACIÓN

EL MITO COMO PROYECCIÓN

EL SACRIFICIO Y EL SUFRIMIENTO

EL MIEDO

LA IRA. EL ATAQUE

EL AUTOENGAÑO

LAS RESISTENCIAS

LOS OBSTÁCULOS

LAS LEYES DEL CAOS

EL ESPECIALISMO

LAS RELACIONES EGOICAS

LA DEMENCIA DEL SUEÑO

TERCERA PARTE: EL RETORNO

LA SOSPECHA

LA RENDICIÓN

LA INTROSPECCIÓN

LA BÚSQUEDA

VUELCO AL INTERIOR

LA MENTE HUMANA

EL PROCESO DEL PENSAMIENTO

PRIMEROS LOGROS

CAUSA Y EFECTO

El CUESTIONAMIENTO

LA COMPRENSIÓN INTELECTUAL

LOS TEXTOS

EL SISTEMA DE PENSAMIENTO DEL ESPÍRITU

PRIMEROS CONCEPTOS

LA MÍNIMA DISPOSICIÓN

LOS NIVELES DE EXPOSICIÓN

LA EXPIACIÓN

LA INOCENCIA

EL PECADO Y EL ERROR

EL PERDÓN

LA FE

LA CURACIÓN

LA SANTIDAD

LA CORRECCIÓN DE LA PERCEPCIÓN

LA PREVENCIÓN ANTE LA “NO-DUALITIS”

LA GENERALIDAD EN LA APLICACIÓN

LA AUSENCIA DE SACRIFICIO

LA NUEVA INTERPRETACIÓN

EL TRABAJO INTERNO

LAS RECOMPENSAS

EL MAESTRO INTERNO. LA ORACIÓN

LA CORRECCIÓN DEL ERROR

RAZÓN, FE, CREENCIA Y VISIÓN

LAS PRIMERAS LECCIONES

NO SIN MI HERMANO

LA BIFURCACIÓN DEL CAMINO

LA DECISIÓN DE INTRANSIGENCIA

EL PERDÓN DE LAS ILUSIONES

LA RELACIÓN SANTA

VERDAD, BONDAD Y BELLEZA

LA NUEVA VISIÓN

EL SUEÑO FELIZ

EL SERVICIO

LA CONSECUCIÓN DE LA PAZ

EL RETORNO

LA DEFRAGMENTACIÓN

LA SUPREMACÍA

LA UNIFICACIÓN

CUARTA PARTE: ESPIRITUALIDAD Y BIOCENTRISMO: EL CAMINO NECESARIO

EL BIOCENTRISMO

BIOCENTRISMO Y CONCIENCIA

CONSIDERACIÓN HACIA LO VIVO: ESTADO ACTUAL

EL ESPECISMO

LA CUESTÓN ANIMAL

LA CUESTIÓN VEGETAL

EL MOVIMIENTO SOCIAL

EL ACTIVISMO: ECOLOGISMO Y ANIMALISMO

EL VEGANISMO

BIOESPIRICENTRISMO: LA BASE ESPIRITUAL DEL BIOCENTRISMO

UNIVERSALIDAD DE LA CONCIENCIA LATENTE

CONCIENCIA Y CONSCIENCIA

LA INTUICIÓN Y SU ENSOMBRECIMIENTO POR LA INTELECTUALIDAD

LA CREENCIA IRRECONCILIABLE

LA DISOCIACIÓN

EL ATAQUE DISOCIADO

LA CULPA PROYECTADA

LA CONDENACIÓN OCULTADA

EL INELUDIBLE AUTOCASTIGO

LA RESPONSABILIDAD DE LA ESPECIE HUMANA

NO SIN MI HERMANO DE OTRA ESPECIE

LAS RECOMPENSAS: BIENESTAR EMOCIONAL Y PROGRESO ESPIRITUAL

LA GENERALIDAD EN LA EVOLUCIÓN

LA APLICACIÓN PRÁCTICA: PROCESO INDIVIDUAL Y COLECTIVO

HACIA LA INCLUSIÓN

UNA NUEVA TIERRA, UNA NUEVA COMPASIÓN

 

 

 

 

PREFACIO I

 

Por Andrés Rodríguez

 

 

Es esta una obra profunda, bien estructurada, que propone un viaje desde el nivel de la Causa Primera, desplegando a modo de alfombra todos los niveles, subniveles y efectos que han ido aconteciendo a partir de su manifestación, sea esta física o metafísica. Se requiere de cierta preparación o instrucción por parte del lector para poder disfrutar más ampliamente de este libro, que aunque abunda en explicaciones e invita a transitar por los abstractos parajes reflexivos en unas ocasiones, y concluye de manera más obvia y concreta en otras, supone un reto para el intelecto no acostumbrado a este tipo de información.

 

Cabe destacar el esfuerzo por abordar desde todos los puntos de vista posibles, desde todas las perspectivas, algunas de sus explicaciones, permitiendo así a quien se acerca por primera vez a esta enseñanza tener una visión más completa de la misma, no subestimando la capacidad del que realmente quiere comprender, a fin de que, por su propio razonamiento, pueda llegar tal vez a las mismas conclusiones.

 

Existe una visión muy fragmentada y parcial del mundo, y por lo tanto de nuestra relación con todos los seres que lo habitan, lo cual no hace sino evocar, como respuesta, un comportamiento disociado e incoherente con la verdadera naturaleza del ser humano. No se puede dar una respuesta íntegra al mundo ni sus relaciones si la fuente de la misma, la percepción, no cuenta con una información íntegra, perfectamente cohesionada, que permita, a modo de referencia, tener una amplia visión de la relación de causas y efectos que lo conforman. La falta de información, de comprensión y de su aplicación práctica ha hecho de este mundo el “valle de lágrimas” de las antiguas escrituras. Pero como también anuncian, es la verdad la que te hará libre.

 

Esta verdad no es dogma de fe. Tampoco puede ser algo autoimpuesto para satisfacer inseguridades personales mal entendidas. Debe ser la consecuencia de la razón, entendida como la conclusión de reflexiones lógicas, honestas, desprovistas de cualquier interés personal de moldear el mundo de acuerdo a ideas previas que no han pasado el más mínimo filtro de la sensatez, sino que se basan en pensamientos mágicos, fantasías y mitos que reverberan todavía hoy a través de los ecos del tiempo en esta supuesta civilización avanzada, pero que aún muestra síntomas de su pasado más salvaje y enfermizo.

 

Es posible a través de estas páginas llegar a ciertas conclusiones acerca del porqué de esta situación humana, y conciliar algunas de sus antiguas leyendas, precursoras de religiones y civilizaciones, con el estado actual del mundo, y cómo todo ello se manifiesta de forma clara y directa en nuestra interacción con los demás, o incluso con aquello que nos llevamos a la boca, que, aunque no es lo que enferma, sí da fe de las ideas enfermizas que lo sustenta.

 

Debido al estado de ensoñación en el que se encuentra la mente como consecuencia de todo lo descrito en estas páginas, es recomendable acercarse a su información con un sano grado de escepticismo, aunque con la apertura mental suficiente como para que pueda llegar a resonar, si es el momento adecuado, con algunas memorias profundas que reconocerán en ella un viaje ancestral, ofreciendo un punto de partida para posteriores reflexiones que el lector debe ir conformando con más información que deberá ir llegando en la medida en que la requiera, lo cual permitirá que el escenario se muestre en toda su dimensión, ofreciendo una visión que tal vez, solo tal vez, le permita darse cuenta del papel tan importante que puede tener en él, para pasar de ser un simple receptor de información a un personaje consciente dentro del escenario que ahora, por fin, puede empezar a comprender.

 

Andrés Rodríguez, facilitador y maestro espiritual

 

 

 

 

 

PREFACIO II

 

Por Nacho Fernández Rubio

 

 

Quiero expresar mi agradecimiento al coautor de este libro, Iván Rodríguez Puente, por invitarme a prologar “su creación”; es sin duda un inmerecido honor, que acepto con miedo por no poder estar a la altura que se merecen el autor y su obra.

 

Tiene el lector ante sí todo un tratado que le llevará, nos llevará, de la metafísica a la física, y de la física a la metafísica nuevamente; es decir, del Ser Supremo a nuestro mundo, para luego ofrecernos la esperanza del retorno al Ser infinitamente amoroso, todo ello desde la perspectiva de la espiritualidad, ofreciendo una visión integral, una explicación que responde a todas las preguntas que nos hacemos sobre nuestra existencia.

 

Dice Iván que yo tengo una espiritualidad de corte y estilo tradicional; creo que se refiere a que intento canalizarla dentro de unos cánones determinados, los de una religión (mi referencia externa, en palabras del libro), concretamente la católica.

 

Seguramente por ello no le importará (espero no decepcionarle) si en estas breves palabras hago algún paralelismo, para entender las propuestas que traslada en este extraordinario libro, con respecto a dichos cánones. Intentaré hacerlo, no obstante, sin ningún tipo de prejuicio, acercándome a las ideas que contiene el libro con el interés y la curiosidad de quien, como el propio Iván, “detecta que tiene que haber algo más” en la descripción del mundo en el que vivimos, lo que le lleva a tener una nueva perspectiva en su forma de aproximarse al mismo.

Digo que es un extraordinario libro por varios motivos, tanto por la forma como por el fondo y, sobre todo, por las emociones que transmite.

 

Por la forma, porque está escrito de forma magistral, destilando en todas sus páginas el talento de su autor que, con un estilo claro, limpio, es capaz de trasladar ideas muy complejas. Usa un riquísimo lenguaje y unos ejemplos que nos permiten alcanzar ideas que de otra forma serían inaccesibles. Más aún cuando nos introduce en ideas para las que pretende ofrecer explicaciones desarraigadas de los conceptos que tradicionalmente han tenido para nosotros; es decir, explicar ideas complejas escapando del uso de dichos conceptos hace que la labor sea mucho más difícil, pero la supera de manera sobresaliente.

 

Por su fondo, porque es todo un tratado en el que el lector podrá encontrar una explicación completa, integral, del origen de la vida, para llevarnos a entender las cosas tal y como las “percibimos”; nos muestra, desde la visión metafísica, la vivencia existencial, para llegar, a través del sueño, a la vivencia experiencial, el mundo en el que vivimos, las causas de los desastres y las tragedias que diariamente vemos a nuestro alrededor, del porqué de las cosas que suceden.

 

Darle forma a un fondo, a unas ideas tan complejas ha debido exigir un notable esfuerzo, recompensado sin duda por el resultado: el libro te engancha, una vez que empiezas no puedes dejarlo sin llegar a un punto en el dejar de leer no te implique perder el hilo de los poderosos argumentos, de ideas sugerentes, de explicaciones que no te dejan indiferente; el libro se entiende, pero te exige; se dice que la lectura es a la mente lo mismo que la gimnasia, la actividad física y deportiva es al cuerpo. Es decir, la lectura es el ejercicio físico que necesita nuestro cerebro para “estar en forma”. Pues bien, querido lector, con este libro que tienes en las manos te dispones a entrar en la “sala de musculación” más exigente que pueda haber para tu cerebro.

 

Pero decía que, sobre todo, es un libro extraordinario por las emociones; me explicaré: Iván nos da consejos en el prólogo de cómo debemos afrontar la lectura. Me atreveré a hacer una sugerencia diferente: creo que hay otra manera de empezar el libro, y es por los primeros capítulos o parágrafos de la Tercera Parte, titulada El Retorno.

 

Me atrevo a hacer esta sugerencia porque los párrafos relativos a La Sospecha, La Rendición, La Introspección, La Búsqueda y El Vuelco al Interior, son textos en los que me he visto identificado; si el lector ha pasado por situaciones de zozobra interior, causadas por un detonante exterior, sea este el que sea, al verse reflejado en esas situaciones, pasará de la identificación a la empatía, y de la empatía a la emoción; la emoción de ver que no está solo en su sufrimiento callado; la emoción de saber que alguien que ha pasado por lo mismo ha encontrado consuelo; lo siguiente que deberá hacer -lo siguiente que le pedirá su emoción- es buscar la fuente de ese consuelo, que es lo que todos los que han pasado por esas emociones necesitan/necesitamos; y la fuente está en la explicación que Iván nos ofrece; a partir de ese momento uno tendrá la disposición perfecta para empezar el libro desde el principio; porque se habrá dado cuenta que está buscando “algo” y ese algo, por qué no, es este libro, que te ofrece desde su primera parte una explicación del mundo, de nuestro ser, de nuestra existencia.

 

Si la primera parte es la explicación metafísica de nuestra existencia, la segunda parte, traslada dicha explicación a lo tangible, al “diseño” de lo que conocemos. Es decir, pasamos de lo intangible, lo metafísico, lo existencia, a lo tangible, a lo físico, es decir, lo experiencial. Esta parte es todo un tratado de antropología que nos muestra por qué actuamos como actuamos, por qué somos como somos.

 

Se puede o no estar de acuerdo con la idea-propuesta que nos transmite Iván, te podrá “convencer” más o menos, pero sin duda son unas poderosas ideas que siempre ofrecen una explicación coherente, basada en argumentos, con su causa perfectamente descrita, y su efecto perfectamente identificado.

 

No soy capaz de abordar la dualidad frente a la no dualidad de las visiones; a esa conclusión deberá llegar el lector; mejor dicho, el estudioso.

 

Pero ofrecer una visión, una explicación del mundo, sería simplemente un tratado más, por muy extraordinariamente que esté escrito, y este lo está. Lo que lo hace, en mi opinión, singular, diferencial, es que no se queda ahí; la tercera parte nos lleva a lo que el autor titula El Retorno, y que yo llamo La Esperanza.

 

La Esperanza es volver a los brazos amorosos del Padre, y en esta parte Iván nos indica el camino.

 

Es en esta parte donde yo quiero destacar en el lector lo que hace del libro algo mucho más extraordinario. Lamentablemente para percibirlo hay que conocer a Iván, hay que tratarlo, hay que saber lo que hace por los demás, incluyendo en “los demás” a todo lo vivo que nos rodea, no solo a las personas, también a los animales y al entorno, a eso que llamamos el medio ambiente. Y es que lo que nos transmite no se queda en palabras, él lo vive, él lo aplica, es el motor de su entusiasmo por todo, de su acción diaria. Por ello, cuando le conoces y conoces su coherencia entre lo que proclama y lo que vive, tienes la necesidad, no la mera curiosidad, de averiguar de dónde le viene la fuerza: pues bien, no ha querido guardárselo, en otro derroche de generosidad, ha querido explicarnos que su fuerza está en la espiritualidad que nos transmite en este libro.

 

Pero volviendo al inicio, es decir, a la comprensión del libro desde la perspectiva de un católico, diré que si, como dice Iván, nosotros somos el producto verosímil de un sueño, el ser material fragmentario conscientemente autorreferente y provisto de conciencia moral, pero que lleva dentro la semilla del Creador, dicha semilla se nos ha venido manifestando de muchas formas en esta mínima fracción de tiempo que, dentro de la eternidad, supone nuestra existencia en el mundo (percibido).

 

Una de ellas es, para mí, la Biblia; según la tradición, la Biblia está escrita por Dios, pues los autores materiales fueron meros amanuenses de la voluntad divina; en la terminología del libro, serían canalizaciones, bien que quizá malinterpretadas o, incluso, utilizadas para fines diferentes, cuando no contrarios o manipulados a lo largo de la historia.

 

La idea del hijo soñador, que quiere sentirse causa creadora, la idea de la separación, y la de la rendición y el retorno, está contenida, en mi opinión, en la parábola del hijo pródigo. Este quiere sentirse como el padre, y por eso le pide que le dé su parte, para tener su propia “experiencia”; una vez que experimenta el dolor de la separación, viene la rendición, que le hace tomar fuerzas para iniciar el retorno al padre, que lo espera amorosamente, eternamente.

 

En cualquier caso, lo que me interesa destacar, es que en la visión que nos traslada Iván, haya o no pecado, haya o no, por tanto, perdón, haya o no sentimiento de culpa, lo importante para mí, es que hay Esperanza. Es el mensaje más poderoso del libro; si los libros tienen una “justificación” es la de que nos tienen de decir algo; ese algo es que El Retorno está a nuestro alcance, y que lo está en eso que Iván denomina El Maestro Interior, La Oración.

 

Debemos buscar en nuestro interior: la solución está dentro de nosotros; debemos encontrar esa parte de amor infinito que, por mucho que seamos la última “matrioska”, tenemos dentro, de la que somos portadores; por mucho que la demente búsqueda de los opuestos nos ponga trabas al encuentro, al retorno, ese amor infinito, por el hecho de serlo, llegará hasta nosotros para hacerse reconocible.

 

Unas veces lo hará usando unos determinados medios y otras veces usando otros. Este libro puede ser uno de ellos. No me cabe duda que el talento y la inteligencia de Iván puestos al servicio de que descubras que otro paradigma es posible, el paradigma del amor, es otro medio que el Ser Supremo, ha puesto a tu/mi disposición.

 

Pero no quiero terminar este prólogo sin referirme, aunque sea de forma poética, al otro gran objetivo del libro, la relación entre espiritualidad y biocentrismo. Para ello destacaré que la parte de Alberto Terrer me ha sorprendido por la capacidad de trasladarnos conceptos complejos con un leguaje moderno. Alberto también pone por obra lo que piensa, y esa coherencia vital le permite trasladar un mensaje poderoso.

 

En mi “referencia externa”, la filosofía biocentrista está contenida en el Libro del Génesis; todo el capítulo primero nos ofrece una visión del mundo armónica, que seguramente hemos olvidado pero que el biocentrismo nos recuerda; citaré solo algunos versículos:

 

1:29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.

1:30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.

1:31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

 

Pero decía que lo iba a trasladar de forma poética porque quiero terminar este prologo con los versos de una oración traída, otra vez, de mi referencia externa, en esta ocasión de San Francisco de Asís, probablemente el primer biocentrista, que consideraba a los animales y a todos los seres vivos como “sus hermanos”; se trata de la oración por la creación:

 

Altísimo y omnipotente buen Señor,

tuyas son las alabanzas,

la gloria y el honor y toda bendición.

A ti solo, Altísimo, te convienen

y ningún hombre es digno de nombrarte.

Alabado seas, mi Señor,

en todas tus criaturas,

especialmente en el Señor hermano sol,

por quien nos das el día y nos iluminas.

Y es bello y radiante con gran esplendor,

de ti, Altísimo, lleva significación.

Alabado seas, mi Señor,

por la hermana luna y las estrellas,

en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento

y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,

por todos ellos a tus criaturas das sustento.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,

por el cual iluminas la noche,

y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.

Alabado seas, mi Señor,

por la hermana nuestra madre tierra,

la cual nos sostiene y gobierna

y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.

Alabado seas, mi Señor,

por aquellos que perdonan por tu amor,

y sufren enfermedad y tribulación;

bienaventurados los que las sufran en paz,

porque de ti, Altísimo, coronados serán.

Alabado seas, mi Señor,

por nuestra hermana muerte corporal,

de la cual ningún hombre viviente puede escapar.

Ay de aquellos que mueran

en pecado mortal.

Bienaventurados a los que encontrará

en tu santísima voluntad

porque la muerte segunda no les hará mal.

Alaben y bendigan a mi Señor

y denle gracias y sírvanle con gran humildad.

 

Ojalá este libro te ayude, me ayude, a despertar, a despertar a un mundo mejor, a mirar a nuestro entorno, a los animales, a la naturaleza que nos rodea con otra mirada, con la mirada limpia de buscar El Retorno a nuestro Padre Celestial.

 

Nacho Fernández Rubio, abogado y
colaborador del Santuario Wings of Heart.

 

 

 

 

 

PRÓLOGO GENERAL.
INDICACIONES PARA LA LECTURA
DEL LIBRO

 

Por Iván Rodríguez

 

 

El libro que tienes entre manos ha podido llegar a ti por dos vías principales.

 

La primera, porque seas un estudiante de espiritualidad o una persona interesada en las cuestiones trascendentes.

 

La segunda, bien porque tengas una especial sensibilidad por la filosofía biocentrista, que preconiza la consideración de la igualdad de valores entre todos los seres vivos, por el hecho de serlo; bien porque participes o te sientas atraído, de algún modo, en los movimientos derivados de dicha filosofía, tales como el animalismo o el ecologismo, en cualquiera de sus posibilidades prácticas.

 

La idea de escribir un libro que ponga en contraste tanto la espiritualidad como el biocentrismo proviene de las fértiles conversaciones que los autores del mismo, Alberto Terrer e Iván Rodríguez, hemos tenido durante un periodo de varios meses.

 

Todo surgió como consecuencia de mi atracción por los santuarios animales. Desde que he sentido inclinación por la filosofía biocéntrica siempre me ha fascinado la puesta en práctica de sus postulados. El caso de los santuarios animales es un ejemplo extremo, inmediato, intensamente presente, de cómo una nueva ideología espiritual y filosóficamente ultraevolucionada podía llevarse a efecto en la vida diaria de forma tan audaz, comprometida y contundente.

 

Mi primer contacto con un santuario animal fue con Alberto Terrer, a partir de la página de Facebook Santuario Compasión Animal, en la que aparecía en sus publicaciones junto a Laura Llácer. Yo estaba interesado en promover un proyecto de similares características en Madrid. Al trasladar a Alberto mis intenciones y solicitarle una reunión para pedirle asesoramiento sobre la puesta en marcha del proyecto, surgió por primera vez la afinidad espiritual entre nosotros, que posteriormente ha deparado una relación tan fecunda, materializada en este libro, sobre la exposición de los inseparables orígenes espirituales del biocentrismo.

 

Alberto, al comprobar que yo me encontraba en Madrid y él en Valencia, en nuestra primera conversación me derivó a otro santuario que había en Madrid “porque me iba a pillar más cerca” y me animó a ponerme en contacto con sus responsables. La primera vez que entré en la página de Facebook del Santuario Wings of Heart, mi sorpresa fue mayúscula: “¿Qué hace Alberto en este santuario, si está en Valencia y me acaba de decir que me dirija a este de Madrid? Vaya, también aparece aquí Laura… ¿Acaso son también los responsables del santuario de Madrid? ¿Por qué no me lo ha dicho?” Solo un instante después me di cuenta de que el Alberto del santuario de Madrid realmente se llamaba Eduardo, y que era su hermano gemelo. La Laura que aparecía en el santuario de Madrid era realmente Laura Luengo.

 

Todo esto no ocurrió por casualidad, pues de ahí en adelante entablé una relación de amistad y colaboración muy fructífera con ambos santuarios, a los que nunca dejaré de agradecer la posibilidad que me brindaron de poder aportar mi granito de arena a la causa biocentrista.

 

Inmediatamente después de comprobar Alberto y yo nuestras comunes inclinaciones, más allá del biocentrismo, también por la espiritualidad, comenzó un apasionante intercambio de impresiones entre ambos, utilizando el WhatsApp como si fuera el correo electrónico, con larguísimas cartas, con charlas intensísimas sobre espiritualidad y biocentrismo.

 

Finalmente, como no podía ser de otra forma y ahora reconocemos ambos como una maravillosa causalidad, decidimos escribir un libro que reflejase la profunda interrelación entre el biocentrismo y la espiritualidad, pues ambos habíamos llegado, con nuestras charlas, a la conclusión de que era un aporte fundamental para el biocentrismo el basamento consistente y congruente que le aportaría la espiritualidad profunda.

 

No obstante, ambos éramos conscientes de las dificultades que entrañaba escribir un libro conjunto, basado en temas tan aparentemente divergentes como la espiritualidad y el biocentrismo.

 

El proceso y el resultado de tan motivadora aventura conjunta ha sido muy gratificante para ambos, pero somos muy conscientes de las dificultades que entraña la conciliación entre ambas visiones para los lectores que proceden puramente de los movimientos animalistas y ecologistas, y para los lectores que proceden puramente de los ámbitos de estudio de la espiritualidad.

 

No obstante, en nuestro afán último al escribir este libro se encuentra la idea sublime de que los “biocentristas” (animalistas y ecologistas de toda clase) acaben comprendiendo la profundidad de los fundamentos espirituales del biocentrismo. Y que los inquietos, practicantes y estudiantes de espiritualidad descubran que esta nunca podrá integrarse hasta sus últimas consecuencias en tanto no entren en la ecuación el resto de seres vivos no humanos con los que compartimos el planeta.

 

Por ello, creemos que debemos realizar unas sugerencias en cuanto al orden de lectura del presente libro.

 

Pensamos que los que proceden de los diversos ámbitos que engloba la filosofía biocentrista deberían comenzar la lectura del libro por la cuarta parte de mi texto, es decir, por la que yo dedico expresamente al biocentrismo. Después podrían continuar con la parte de Alberto, dedicada a lo mismo.

 

Realmente, podría ocurrir que muchas personas tuviesen suficiente simplemente con esas lecturas, pero no ocultamos nuestra esperanza de que, al leerlas, sientan algo que les conduzca a emprender la lectura de las partes que dedico estrictamente a la espiritualidad profunda. Y esta esperanza se deriva de nuestra profunda convicción de que solamente la visión sistémica final de todo lo expuesto en el libro brindará la oportunidad al lector de tener una mayor claridad y alcance de todas las implicaciones y riqueza de matices de lo que Alberto y yo relatamos.

 

En cuanto a la lectura de las partes que dedico expresamente a la espiritualidad profunda, como basamento ideológico necesario para comprender el biocentrismo hasta sus últimas consecuencias, creo que solamente deberían iniciarse directamente, sin lectura previa de las demás, por los estudiosos de la espiritualidad profunda, ya iniciados en sus postulados.

 

El libro tiene para Alberto y para mí propósitos y objetivos adicionales, pero dejaremos que el lector los vaya deduciendo por sí mismo, en esa necesaria observación que surgirá cuando vaya leyendo y asimilando lo que allí hemos relatado.

 

Una última cuestión formal: de la integración de ambos conceptos, espiritualidad y biocentrismo, hemos prefabricado un nuevo término, el “bioespiricentrismo”, como aglutinante de la semántica de sus causantes, que hace alusión, de una sola vez, para su mejor identificación, a los contenidos relativos a la fundamentación del biocentrismo con el basamento conceptual de la espiritualidad. De esta forma, procuramos manejar un término que, de una sola vez, identifique con éxito nuestra particular aportación, más aún en los tiempos actuales, en que las redes sociales nos imponen el uso de etiquetas de búsqueda y la rápida identificación de contenidos con una total precisión y exactitud.

 

Como no podía ser de otra forma, al generar el nuevo término “bioespiricentrismo” como base espiritual del biocentrismo, simultáneamente Alberto y yo percibimos claramente que el término “espiricentrismo” podía perfectamente evocar una intención compartida más primaria para nosotros, cual la nueva visión que el ser humano necesitaría para filtrar, con base en la espiritualidad, todas las facetas de su experiencia. A partir de ahí, surgieron nuevos vocablos que fácilmente podían denotar esa idea, en relación de género a especie, al igual que el ‘bioespiricentrismo’, tales como el ‘socioespiricentrismo’, ‘econoespiricentrismo’, ‘politiespiricentrismo’, etc. Además, con el entusiasmo de haber normalizado una nueva terminología completa para definir nuestro particular afán, comprobamos en los buscadores más frecuentes de Internet que no se arrojaban resultados para esos términos, con lo cual certificábamos, a la par que su completa idoneidad para nuestro fin, también su absoluta originalidad.

 

En Paramio de Sanabria, a 22 de noviembre de 2017.

 

Iván Rodríguez

 

 

 

 

 

LIBRO I

DEL BIOCENTRISMO
A LA ESPIRITUALIDAD

 

Por Alberto Terrer

 

 

 

 

 

AGRADECIMIENTOS

 

 

Cada camino que hemos recorrido queda marcado con nuestros pasos y los pasos de quienes nos han acompañado. ¿Quién puede echar la vista atrás y distinguir sus propias huellas entre las pisadas que se entremezclan en la tierra? Y es que siempre hay alguien que nos acompaña en esta aventura que es la vida.

 

Gracias a esos que me han acompañado y aún a día de hoy me acompañan. En especial:

 

A Laura, mi compañera en lo bueno y en lo malo. Porque cualquier cosa que suceda es mejor si estás conmigo. Por lo que hemos hecho juntos y lo que nos queda por hacer.

 

A Eduardo, porque parte de lo que aquí está escrito lo aprendí de ti.

 

A Rosa, por tu apoyo, por tu confianza y por tu amistad. Porque contigo hemos aprendido que siempre hay alguien que vela por nosotros.

A Iván, por tu valor al embarcarnos juntos en esta aventura. Porque el esfuerzo trae consigo el honor de ayudar a hacer del mundo un lugar mejor. Porque la gloria nos aguarda.

 

 

 

 

 

PRÓLOGO

 

 

No hace mucho que conocí a Iván. Unos intereses comunes le guiaron hasta mí. En realidad no era yo el destino, sino que yo había llegado al mismo punto hacia el cual él se dirigía también, porque las preguntas que nos hacíamos sobre el sentido de la vida y del universo eran las mismas. Y obviamente coincidimos en ese punto intelectual. Estando ambos en ese punto comenzamos a intercambiar conocimientos, algunos recién adquiridos, sobre esos temas comunes. El nexo de unión era claro y sin ambigüedades. El movimiento de derechos animales, en el cual ambos estamos inmersos, y la creencia que hay alguien que ha creado todo lo que percibimos y experimentamos.

 

Intercambiamos conocimientos y reflexiones, que fueron perfeccionando el tapiz que cada uno habíamos formado con los años, y que necesitaba las últimas puntadas para poder terminarlo y suspirar. Un suspiro de satisfacción como preámbulo a un merecido descanso por haberlo hecho, a pesar de la vida, a pesar del día a día que invita a olvidarse de buscar la propia verdad, para sumergirse en las verdades que otros han diseñado antes que nosotros.

 

La inteligencia de Iván, su talento narrativo y su dominio de muchísimas áreas de conocimiento a un altísimo nivel se plasmaba en cada mensaje que intercambiamos. Yo aportaba también un criterio propio, mi verdad, y entre ambos iba sucediendo un proceso secuencial y progresivo de asimilación de la otra verdad. Lejos de corregirnos y centrarnos en las divergencias, parecíamos poner, de manera totalmente inconsciente, el foco en lo que atraía nuestra atención y que, en cierto modo, nos unía.

 

He aprendido en este tiempo que el enriquecimiento que se obtiene al escuchar y no negar la otra parte, sino tratar de comprenderla en toda su extensión, es doble; porque por una parte permite entender y asimilar nuevos puntos de vista, que no tienen por qué alterar tu verdad, pero que si lo hacen la fortalecerán. Y por otra parte permite replicar el funcionamiento de una mente colectiva, que no discrimina las mentes individuales que la forman, y se nutre de sus ideas y pensamientos.

 

Y este enriquecimiento surgido de la no negación reconoce la unidad por la comprensión de formar todos parte de una unidad (todos somos uno), y además reconoce la inevitable individualidad de cada uno de nosotros, respetando para ello la inevitable verdad subjetiva que surge de un error básico de percepción. Pero es un error compartido y al reconocer ese error en mí, ¿cómo iba a poder juzgar como errónea la verdad de otro?

 

Iván me propuso editar nuestras conversaciones, pero sucedió lo que sucede cuando dos personas que comparten una misma pasión hablan sobre ella. Nos vinimos arriba y decidimos escribir un libro. Un libro compartido donde coexistieran las dos verdades. La de Iván: espiritual, profunda, psicológica y terapéutica. El camino del despertar individual. La mía: biocentrista, reflexiva. El camino del despertar colectivo.

 

En este libro coexisten ambas visiones y, lejos de anularse entre ellas, se complementan a la perfección. Mi parte formula hipótesis partiendo del origen del comportamiento de un ser vivo, buscando su explicación sobre una base existencial de la creación del universo, que me permita deducir cómo fue el origen, cómo es ahora y cómo será la culminación en lo que llamamos la supremacía. Es el despertar colectivo. La parte de Iván formula hipótesis sobre el comportamiento actual según la base de la creación del universo desde la existencialidad. Explica desde otra perspectiva el origen del universo, el comportamiento actual y la culminación de la supremacía desde una perspectiva individual. El despertar individual.

 

Mi parte explica el comportamiento de la vida en un escenario complejo e impredecible. La parte de Iván explica el motivo por el que el escenario es complejo e impredecible. Mi parte alude al cómo y quién. La parte de Iván alude, sobre todo, al quién y al por qué.

 

Mi parte intenta dar una respuesta desde la visión de la interacción entre seres vivos: biocentrismo. La de Iván intenta dar respuesta desde la visión de la creación y diseño del universo y cómo el motivo de dicha creación afecta de manera clara el devenir de los acontecimientos. La mía podríamos entenderla como el avance dentro de la casualidad. La de Iván como el avance dentro de la causalidad.

 

Pero más importante que esto, la parte de Iván hace referencia al despertar individual, la comprensión espiritual del mundo, una opción accesible para cualquier persona que desee hacerlo.

 

Mi parte hace referencia al gran plan general. El despertar colectivo, descifrar cuál es la intención oculta en la vida, qué papel tenemos cada uno de los individuos que habitamos el planeta.

 

El despertar individual es voluntario y depende de una sola decisión. El despertar colectivo depende de varias individualidades y ahí radica la complejidad. Como explicaré más adelante, sin la decisión unánime de todos los individuos, el despertar no puede suceder. De la comprensión de los seres vivos, de la convivencia con ellos, de la búsqueda de respuestas, surgió esta poderosa hipótesis que quizá ayude a hacer del mundo un lugar mejor. Lo hemos acuñado con el término “espiricentrismo” o “bioespiricentrismo”, una visión biocentrista de la espiritualidad, a la vez que una visión espiritual del biocentrismo.

 

Hemos decidido escribir este libro en común porque creemos que el entendimiento que resulta de centrar el interés en los puntos compartidos forma parte de la nueva era. El reconocimiento de que, por encima de nuestra inevitable individualidad, todos somos uno. Y sobre todo porque ambos somos conscientes que no ha sido decisión nuestra, sino que la inteligencia inconsciente que guía el desarrollo de la vida nos ha puesto en el mismo camino hacia la supremacía.