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Raimon Panikkar

el agua de la gota

FRAGMENTOS DE LOS DIARIOS

Edición y selección a cargo de Milena Carrara Pavan

Traducción de Carla Ros

Título original: L’acqua della goccia. Fragmenti dai diari

Traductora: Carla Ros

Diseño de cubierta: Purpleprint creative

© 2018, Milena Carrara Pavan

© 2018, Jaca Book Srl, Milán

© 2019, Herder Editorial S. L., Barcelona

Edición digital: Admagraf

© 2019, Herder Editorial, S.L., Barcelona

ISBN digital: 978-84-254-4137-0

1.ª edición digital, 2019

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ÍNDICE

Prólogo

Introducción

Fragmentos de los diarios

Epílogo

Glosario

Información adicional

Prólogo

Conocí por primera vez a Raimon Panikkar cuando estudiaba en Cambridge a finales de los años sesenta, a través de un libro suyo que en aquella época había causado cierta conmoción en los círculos teológicos: The Unknown Christ of Hinduism.1 Sin embargo, cuando lo terminé, él ya estaba enfrascado en otro trabajo. El siguiente libro suyo que leí, unos años más tarde como estudiante universitario, fue The Trinity and the Religious Experience of Man,2 un ensayo muy diferente y, además, por aquella época, Panikkar ya estaba trabajando en su extraordinario libro sobre La experiencia védica.3 Como pensador, Panikkar nunca se detenía, lo cual no significa que divagara de forma caótica de una teoría a otra, o de un sistema a otro. Sería más exacto decir que solía llevar al límite un conjunto de ideas, hasta que se desbordaban y penetraban en un nuevo terreno. Si era posible discernir a Cristo en el interior del lenguaje del pensamiento clásico indio, las afirmaciones al respecto no eran un conjunto de ideas que triunfarían en una especie de competición metafísica global, sino una forma de abrir nuestra perspectiva hacia las nuevas dimensiones de la realidad de Cristo a través de un mundo de conceptos e imágenes poco familiar. Si pretendíamos ser fieles a lo que habíamos dicho sobre la Trinidad, no podíamos limitarnos a proponer una compleja adaptación gramatical a una imagen confinada de lo divino: debíamos pensar con la mayor intensidad posible acerca de qué es la realidad misma, la forma de decir la verdad, si la fuente infinita de todo no es un individuo sino una «armonía» cósmica fundamental. Y esto implicaba abordar con profundidad la forma en que se había articulado la experiencia de la armonía cósmica en una literatura y una práctica tan alejadas de las convenciones del discurso judeocristiano sobre la revelación.

Esta incesante energía exploratoria, combinada con la luminosidad y la alegría que todos los amigos de Panikkar recordarán en su expresivo rostro, es lo que hace difícil sistematizarlo. Para entender su trabajo, tenemos que pensar junto con él, lo que requiere tiempo y atención. Los grandes pensadores, desde Platón hasta Hegel y Wittgenstein, han hallado formas de escribir filosofía que son capaces de conducirnos a través del despliegue espectacular de su pensamiento, de forma que nos permite caminar con ellos y no simplemente leer sus conclusiones acabadas y pulidas. Observar a Panikkar trabajando, mental y espiritualmente, como sucede en los textos de este libro, es de gran ayuda para comprenderlo como un pensador, cuya talla todavía es insuficientemente apreciada.

Para muchos, en sus trabajos, tanto en las reflexiones fragmentarias como en los escritos más extensos y ambiciosos, da la sensación de que hay algo que será de vital importancia para la renovación del discurso cristiano en un mundo religioso plural y la renovación del discurso religioso en una cultura barbarizada, impaciente y superficial. Pero se requiere lo que a veces puede llegar a ser una profundización laboriosa: su pensamiento se mueve tan rápido que los lectores menos perspicaces se quedan atrás. Es, pues, un gran regalo poder introducirse en estas reflexiones más personales y entrever un poco de su humanidad indudablemente tridimensional. Desde mi primer contacto con las obras de Panikkar, su pensamiento ha estimulado, inspirado y enriquecido mi propio pensamiento acerca de la gran diversidad del mundo de la fe; y mis breves encuentros e intercambios personales con él han representado para mí una inmensa bendición. Deseo que muchos de los lectores que lo conozcan a través de estas páginas reciban el gran gozo y viveza que tan a menudo transmitía a quienes lo conocían, junto con la sensación de ser retados intelectual y espiritualmente, de una forma que muy pocos escritores cristianos consiguen. Confío también en que captarán alguna de las posibilidades que encarna su pensamiento, posibilidades para un mundo reconciliado donde la realidad que denominamos Cristo no triunfa, sino que transparenta en la sabiduría que toda práctica contemplativa empieza a abrir.

Rowan Williams

Milarupa,4 2003 San Miguel, Ángel Custodio

¡Milena!

Te confío estos fragmentos de mi vida —pero la vida no es la suma de los fragmentos.

Son destellos de mi vida, son sinceros, pero no son la verdad de mi vida. Esta es inefable, y los aspectos más profundos no aparecen.

Tú me dices que pueden servir a los demás. Yo pienso que mi «servicio» está en los libros, que son la cristalización de mi vida —pero el cristal no es la carne—. Espero que tú sepas cómo encontrar la encarnación —sin caer en habladurías.

Confiándote estas páginas también te confío mi vida. Tienes plena libertad en el Nombre de este Misterio que aún llamamos Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Que el Espíritu te ilumine!

R. Panikkar ix/x-2003


1 R. Panikkar, The Unknown Christ of Hinduism, Darton Longman & Tod, Londres, 1964. (Trad. cast.: R. Panikkar, El Cristo desconocido del hinduismo, Madrid, Marova, 1970).

2 R. Panikkar, The Trinity and the Religious Experience of Man, Orbis Books, 1970. (Trad. cast.: R. Panikkar, La Trinidad y la experiencia religiosa, Barcelona Obelisco, 1989; La Trinidad. Una experiencia humana primordial (ed. aumentada), Madrid, Siruela 1998).

3 R. Panikkar, The Vedic Experience. Mantramañjarī: an Anthology of the Vedas for Modern Man and Contemporary Celebration, Berkeley (University of California) y Londres (DLT), 1977. (Trad. cast.: R. Panikkar, Obras completas, IV.1. La experiencia védica, Barcelona, Herder, en preparación).

4 Nombre de una casa privada en la Costa Brava (Cataluña), donde Panikkar solía pasar largos periodos de trabajo y meditación.

Introducción

Es con gran respeto que me atrevo a publicar estos fragmentos de la extensa colección de diarios de Raimon Panikkar, impulsada por el deseo de compartir su viaje espiritual con quienes lo conocieron y amaron durante su vida, pero también con quienes han llegado a conocerlo a través de sus escritos. Colligite fragmenta («Recoged los fragmentos») era una de sus citas evangélicas preferidas (Jn 6,12) y la que me inspiró para la composición de este libro.

El título que he escogido, El agua de la gota, está inspirado en la metáfora de la «gota de agua» que el autor tantas veces utilizó, y pretende expresar la esencia de este libro, que traza no tanto los acontecimientos de la vida de Panikkar (apenas mencionados), sino, sobre todo, el camino que lo llevó a descubrirse a sí mismo como «agua» de la gota del vasto océano de la realidad.

Tal como él mismo comenta en sus diarios (8 de noviembre de 2000):

Soy consciente de mis defectos, pero no puedo negar la experiencia de mi Resurrección. Implica mi conciencia de vivir ahora la vida eterna —de ser agua y no gota aunque, de hecho, siga siendo una gota.

En el epílogo se ofrecen algunas notas biográficas, con la finalidad de poner de manifiesto, en la medida de lo posible, la verdadera identidad del autor, en sintonía con una preocupación que él mismo expresaba (16 de junio de 2004):

He hojeado unos cuantos cuadernos de mis diarios. Me reencuentro tal y como era. Son sinceros y no han sido retocados, aunque posiblemente nadie los pueda entender sin conocerme y sin conocer mi pasado.

También comparto su convicción de que:

Un libro es una gota en el océano de la opinión pública, una auténtica oración es un vaso de agua, pero un libro que sea fruto de la contemplación puede ser una saludable lluvia (18 de febrero de 1996).

Estos son fragmentos de los diarios de Raimon Panikkar. Su versión completa requeriría un tremendo esfuerzo de transcripción, organización y traducción de los distintos idiomas en los cuales fueron escritos.

En sus diarios, Panikkar anotaba sus pensamientos, apuntes sobre sus viajes, planes, proyectos, incluso comentarios sobre la relectura de los propios diarios, además las cartas que tenía pensado escribir, poemas, etc. Llenó más de cincuenta cuadernos con su letra diminuta, que en ocasiones resulta muy difícil de descifrar, incluso para mí, pese a la cantidad de años que llevo leyéndola. Desgraciadamente, algunos de los cuadernos se perdieron en los diversos traslados de su autor. Cuando no tenía a mano su diario, Panikkar escribía notas en tarjetones del mismo tamaño que, de hecho, llamaba cards o fichas.

Solía escribir en el idioma del país en el que vivía en cada momento.

La lista de todos aquellos que han trabajado en la transcripción y traducción de los diarios es muy larga. Les daré las gracias y mencionaré a cada uno de ellos por su nombre cuando se publique la obra completa.

El texto que ahora se publica ha sufrido varias revisiones estructurales. Inicialmente, tuve la intención de ordenarlo por temas, siguiendo la composición de un libro que acababa de leer —La pesanteur et la grâce de Simone Weil—1 y sintiéndome inspirada por varias frases de la introducción del editor, Gustave Thibon, a quien la autora había confiado sus diarios, otorgándole la plena libertad de hacer con ellos lo que creyese oportuno, al igual que había hecho conmigo Panikkar.

Tal como explica Thibon:

Todos los escritos que se pueden leer aquí están sacados de estos cuadernos.

Los textos son escuetos y sencillos, como la experiencia interna que expresan.

Los escritos de Simone Weil pertenecen a la categoría de las grandes obras, que los comentarios solo pueden debilitar y traicionar.

Mi amistad con la autora y las largas conversaciones que tuvimos juntos me abrieron el acceso a su pensamiento y me permitieron posicionar más fácilmente en su lugar exacto y en su contexto orgánico ciertas fórmulas demasiado ásperas o insuficientemente elaboradas.

Para poder llegar a nosotros, Dios atraviesa el espesor infinito del tiempo y el espacio; penetra en nuestras almas como la gota que se insinúa a través de estratos geológicos sin modificar su estructura, y ahí espera en silencio hasta que consentimos convertirnos de nuevo en Dios.

Para matar el ego debemos estar preparados para sufrir todas las heridas de la vida, exponiéndonos desnudos e indefensos a sus colmillos; debemos aceptar el vacío.

El ego debería ser destruido en nosotros desde dentro por el amor.

Sentí tanta afinidad con los diarios de Panikkar que pensé en convertirlos en un libro compuesto casi exclusivamente de pensamientos espirituales para meditar sobre temas como la encarnación, la vida, la muerte, la resurrección, etc. Sin embargo, al releer el texto, esa clasificación me pareció demasiado abstracta y decidí ordenar las entradas en orden cronológico. Por último, me pareció apropiado añadir pinceladas con diversas referencias a la vida del autor, en parte por respeto a su voluntad de no ser un monje aislado o «acósmico», sino un hombre rico en humanidad y en espiritualidad, que es una de las razones por las cuales continuó escribiendo sus diarios, siguiendo el progreso de los días y los acontecimientos existenciales y espirituales.

Para esta obra peculiar, que escapa un poco a los esquemas editoriales habituales, me gustaría expresar mi agradecimiento a quienes me han apoyado en las diversas fases de su composición, con su amistad y su paciencia, puesto que durante dos años no he hablado de otra cosa. He confiado en la colaboración de personas que conocieron personalmente a Panikkar y lo quisieron, y que fueron testigos de las formas de espiritualidad que jugaron un papel tan importante en su vida: el buddhismo (Giuseppe Jisō Forzani, monje buddhista zen, quien me regaló el libro de Simone Weil, que él mismo tradujo al italiano); la secularidad sagrada (el psicoanalista y filósofo Paulo Barone, que tiene un profundo conocimiento de Panikkar, sobre todo en su aspecto hinduista); y también Javier Melloni SJ, quien reúne las dos tradiciones religiosas en las que el autor creció, el cristianismo y el hinduismo, así como el aspecto del diálogo interreligioso y cultural. A él extiendo mi más sincero agradecimiento por todo el tiempo que me ha dedicado, fiel a la promesa que le hizo a Raimon, mientras aún vivía, de que estaría a mi disposición.

Milena Carrara Milarupa, San Miguel, 29 de septiembre de 20172


1 Simone Adolphine Weil (1909-1943), filósofa, mística y escritora francesa.

2 Aniversario de la ordenación sacerdotal de Panikkar, el día más importante de su vida.