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Worldwide.
Archipels de la mondialisation.
Archipiélagos de la globalización

Ottmar Ette
Gesine Müller (eds.)

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Worldwide.
Archipels de la mondialisation.
Archipiélagos de la globalización

Ottmar Ette
Gesine Müller (eds.)

Iberoamericana • Vervuert • 2012

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Agradecemos a la Deutsche Forschungsgemeinschaft (DFG) y POINTS su apoyo financiero.

 

 

 

 

 

Reservados todos los derechos

© Iberoamericana, 2012

Amor de Dios, 1 – E-28014 Madrid

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ISBN 978-84-8489-670-8 (Iberoamericana)

ISBN 978-3-86527-720-6 (Vervuert)

e-ISBN 978-3-95487-012-7

Depósito Legal:

Cubierta: Tobias Kraft/Juan Carlos García Cabrera

Impreso en España

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ÍNDICE

 

 

 

A modo de introducción
OTTMAR ETTE/GESINE MÜLLER (POTSDAM)

Worldwide: Living in Transarchipelagic Worlds
OTTMAR ETTE (POTSDAM)

ARCHIPIÉLAGOS DEL OCÉANO ÍNDICO

Quand les Indes rencontrent les imaginaires du monde
KHAL TORABULLY (PORT LOUIS, MAURICIO)

Constructions identitaires et communication hybride: de l’abbé Bouhours à l’archipélisation mauricienne
RALPH LUDWIG (HALLE)

L’île-archipel, le Madagascar polyphonique de Raharimanana: nœud de communication et récepteur mondial
UTE FENDLER (BAYREUTH)

ARCHIPIÉLAGOS DEL OCÉANO PACÍFICO

Pensée archipélique versus francophonie. La mise en scène littéraire de l’inclusion et de l’exclusion
GESINE MÜLLER (POTSDAM)

L’imaginaire géopolitique de la Polynésie dans la littérature française: de Bougainville à Chantal T. Spitz
TORSTEN KÖNIG (DRESDEN)

Oceanic Modernity. Indigeneity, Globality and Cultural Translation
LARS ECKSTEIN/ANJA SCHWARZ (POTSDAM)

ARCHIPIÉLAGOS DEL CARIBE

Archipel de progrès: discours sur la civilisation et la race à Cuba et Porto Rico
CONSUELO NARANJO OROVIO (MADRID)

Los perros ingleses y los perros esclavos. Exclusión, animalización y convivencia en Cecilia Valdés de Cirilo Villaverde
LEONIE MEYER-KRENTLER (POTSDAM)

“Il n’est vraie parole en Caraïbe que la schizophrénie”: autour du Spiralisme
NATASCHA UECKMANN (BREMEN)

Entre Island Hopping e islas con alas: autoras en el Caribe y sus figuraciones archipiélicas en relatos de viaje del siglo XIX
JOHANNA ABEL (POTSDAM)

México y Haití. ¿Es posible la cooperación entre dos países en desarrollo?
CARLOS ALBA/GUSTAVO VEGA (MÉXICO D.F.)

ARCHIPIÉLAGOS CONTINENTALES

Archipiélagos literarios. América Latina, las batallas de lo universal y lo local
JORGE VOLPI (MÉXICO D.F.)

Archipels minoritaires. Littératures de l’exiguïté et résistances culturelles dans les espaces francophones insulaires en Amérique du Nord
HANS-JÜRGEN LÜSEBRINK (SAARBRÜCKEN)

Las plantaciones bananeras como archipiélagos globales. Visiones desde América Latina y el Caribe
HÉCTOR PÉREZ BRIGNOLI (SAN JOSÉ, COSTA RICA)

Archipelago or Continental Island? Reflections on Brazilian Insularity
HEIKE MURANYI (BELO HORIZONTE)

Ex-islados. Construcciones de ida y vuelta entre la isla y el continente
ANNE KRAUME (POTSDAM)

ARCHIPIÉLAGOS TEÓRICOS

Heterolingual Address and Transnationality: Translation and Bordering
NAOKI SAKAI (ITHACA NY)

Entre les îles alliées – la traduction, médiatrice des cultures, et l’œuvre d’Édouard Glissant
BEATE THILL (FREIBURG)

L’archipel des hommes-crocodiles. Modernité, archaïsme et stratégie narrative chez Kossi Efoui
MARKUS MESSLING (POTSDAM)

The Metaphor of the Archipelago
BERTRAND WESTPHAL (LIMOGES)

Vergeht die Zeit anders in Japan?
YOKO TAWADA (TOKIO/BERLIN)

SOBRE LOS AUTORES

A MODO DE INTRODUCCIÓN*

Ottmar Ette/Gesine Müller

Ce que n’avait pas imaginé le mythe, c’était l’immensité de l’océan, ces myriades d’îles, d’îlots, d’atolls qui couvrent une surface grande comme les deux tiers de la planète. Allant du tropique du Cancer (de Hawaï) jusqu’aux abords du pôle austral (à la pointe de la Nouvelle-Zélande) et de l’île de Pâques à l’est jusqu’à l’Indonésie à l’ouest jusqu’à Madagascar au sud de l’océan Indien (Le Clézio 2006: 8).

Los intentos de los estudios culturales por recoger de forma programática una convivencia en paz, y respetando las diferencias, se desarrollan como respuesta a una fallida manera de etiquetar el multiculturalismo o como una forma de desentenderse de un concepto de identidad esencialista (Barthes 2002; Ette 2010). El hecho de que los debates actuales sobre este tema se lleven a cabo de un modo intenso, también, entre intelectuales en constelaciones postcoloniales insulares o archipiélicas, resulta, por diferentes razones, un fenómeno obvio. En las últimas décadas, la región del Caribe ha ido cobrando de forma continua un gran auge como uno de los lugares privilegiados para la producción de teorías como la négritude, la créolité o la relationnalité; y es en ese orden cronológico donde se intenta centrar la mirada, concretamente, en la convivencia en las islas de ese archipiélago y de su diáspora, o de desarrollar a partir de ahí categorías universales como las que han desarrollado, sobre todo, Édouard Glissant (1999) y Antonio Benítez Rojo (1998). Sin embargo, hasta el día de hoy se plantea una y otra vez la pregunta sobre cómo estudiar la diferencia étnica sin recaer en los esencialismos. De un modo parecido a la crítica al multiculturalismo ejercida por destacados intelectuales de la tradición anglosajona, tales como Arjun Appadurai (2009) o Paul Gilroy (2004), existen intelectuales del mundo hispanohablante, como, por ejemplo, Ana Pizarro y Walter Mignolo, que, en retrospectiva, se expresan de un modo muy crítico en relación con los discursos de la creolité:

Criollos, caribeanidad y criollidad son todavía categorías que se soplan pero que pertenecen a diferentes niveles. Ser o definirse a uno mismo como criollo significa identificarse con un grupo de gente y diferenciarse de otro. Así, decir que “ni europeos, ni africanos, nos proclamamos criollos” es identificarse en relación con un territorio y con los procesos históricos que crearon ese territorio (Mignolo 2003: 197).

Pero, ¿qué modelos se oponen a esa crítica? Glissant, por su parte, nos muestra su modelo alternativo de la archipielización.

Ce que je vois aujourd’hui, c’est que les continents ‘s’archipélisent’, du moins du point de vue d’un regard extérieur. Les Amériques s’archipélisent, elles se constituent en régions par-dessus les frontières nationales. Et je crois que c’est un terme qu’il faut rétablir dans sa dignité, le terme de région. L’Europe s’archipélise. Les régions linguistiques, les régions culturelles, par-delà les barrières des nations, sont des îles, mais des îles ouvertes, c’est leur principale condition de survie (Glissant 1996: 244).

La idea de la archipielización tiene un equivalente en el concepto de la criollización:

Sie ist eine Mischung, insbesondere eine Mischung der Kulturen, die Unvorhersehbares herstellt. Die Kreolisierung, die in der Karibik stattfindet und die auf die anderen Anteile Amerikas übergreift, wirkt auch überall auf der ganzen Welt. Ich behaupte also, dass die Welt sich kreolisiert. Schlagartig und dabei in vollem Bewusstsein werden die Kulturen der Welt miteinander in Kontakt gebracht, verändern sich in ihrem Austausch, was häufig zu unabwendbaren Zusammenstößen, erbarmungslosen Kriegen führt, aber es sind auch Vorposten des Bewusstseins und der Hoffnung erkennbar (Glissant 2005: 81).

Este concepto desembocó más tarde en la idea de un Tout-Monde. En los últimos años, cada vez más se han escuchado en todo el mundo voces llegadas desde otras constelaciones archipiélicas que establecen una confrontación con los conceptos programáticos surgidos del Caribe. Un papel muy especial lo desempeña en este sentido Khal Torabully, oriundo de las islas Mauricio. Si bien su nuevo concepto de la coolitude se erige sobre la idea de Édouard Glissant, a la vez critica en él la ausencia de una perspectiva del Índico. Pero lo mismo si se trata de las islas del océano Índico o del Caribe, hay una circunstancia real: la importación de mano de obra extranjera desde el Índico como alternativa a la esclavitud creó una diáspora índica que sacó a la luz mecanismos de aculturación y transculturación muy propios. Y ese fenómeno diaspórico podría complementarse con muchos otros movimientos a nivel mundial.

¿Que procesos de transformación desempeñan un papel en la interrogación sobre un saber de la convivencia y de qué forma tiene la literatura una posición privilegiada para almacenar ese saber? Del 29 de junio al 1 de julio de 2011 tuvo lugar en el Instituto Iberoamericano de Berlín la conferencia internacional weltweit/worldwide. Los archipiélagos como espacios de prueba de una con-vivencia global. Bajo la dirección de Ottmar Ette y Gesine Müller allí se trató de una cooperación entre el Grupo de Nuevos Investigadores Emmy Noether Caribe Transcolonial (DFG), de la Universidad de Potsdam y del Instituto Iberoamericano de Berlín (Patrimonio Prusiano).

Partiendo de las relaciones insulares y archipiélicas alrededor del globo, en el centro de este congreso estaba la idea de la isla como encarnación del aislamiento, pero también de la relacionalidad archipiélica. Para ello no sólo se conectaron distintas constelaciones archipiélicas de todo el mundo, sino también varias contribuciones interdisciplinarias al congreso en idiomas español, inglés y francés. Ese multilingüismo, que hizo posible la intensa colaboración transnacional de filólogos en lenguas romances y anglosajonas, antropólogos, historiadores, traductores y sociólogos en torno a los archipiélagos, proporcionó a las reflexiones sobre la insularidad y la conectividad, o sobre la translation, una base firme. La renuncia al lenguaje propio de la disciplina de la Romanística en lengua alemana en favor de polilogos idiomáticos contó con el reconocimiento general de los invitados y los ponentes. Los siguientes ensayos son la documentación escrita de todas las interesantes ponencias y los fructíferos debates.

El texto que da inicio a este volumen1 es el de Ottmar Ette: “Worldwide: Living in transarchipelagic worlds”. A partir de un abundante material cartográfico que ilustra cómo el mundo fue percibido varias veces en su historia como una región de archipiélagos sobre el continente invisible de los océanos, su autor nos muestra las islas del Caribe como punto de partida de la colonización de América y centro de una temprana globalización. A través de la figura de Alexander von Humboldt, Ette recalca la significación del imaginario de las islas proyectado a lo largo de los siglos hacia Occidente en aras del movimiento expansionista transatlántico de Europa: la historia entera del llamado descubrimiento de América podría entenderse como la historia de unas islas y de unos movimientos insulares proyectados hacia Occidente desde Europa. En este ensayo se pone claramente de manifiesto que las islas y los archipiélagos, vistos en diferentes niveles, jamás han de ser entendidos como figuras ancladas en un sitio fijo, sino como entidades dinámicas. De ese modo, pasa a un primer plano una conclusión que constituye el substrato de la mencionada conferencia: el hecho de que las islas y las regiones insulares han de ser interpretadas como espacios sumamente complejos en los cuales se condensan (que no se simplifican) dichos procesos. Corresponde a la literatura el particular privilegio de hacer visible esa convivencia y de transmitirla desde una perspectiva polilógica.

Después de esta lectura más general de los estudios sobre los archipiélagos, el poeta y teórico Khal Torabully, de las islas Mauricio, inicia el capítulo sobre los archipiélagos en el océano Índico con su texto programático “Quand les Indes rencontrent les imaginaires du monde”. El autor nos presenta allí su modelo de mosaico de esas identidades compuestas, el de la coolitude. El concepto de la coolitude no tiene su punto de partida en la pertenencia geográfica o el origen étnico, sino en la situación económica de los llamados coolies (culíes), trabajadores asalariados que llegaron a distintas regiones archipiélicas como el Caribe o el océano Índico partiendo de la India, de China o incluso de Europa. Torabully señala el distanciamiento de su concepto de cualquier tipo de atribución esencialista. De la mano de la poética de la coolitude ha marchado, desde la década de 1990, la propuesta de una perspectiva más abierta, que ofrezca la posibilidad de entender mejor ciertas configuraciones pluriculturales.

A continuación, el lingüista Ralph Ludwig sitúa en el centro de sus planteamientos las construcciones identitarias y la comunicación híbrida en su ensayo “Constructions identitaires et communication hybride: de l’abbé Bouhours à l’archipélisation mauricienne”. El autor, en su argumentación, nos va dejando entrever en qué medida la elección de la lengua, en la vida social multilingüística de las islas Mauricio tiene un carácter formador y definitorio de la identidad: las islas Mauricio están marcadas por el inglés como primera lengua oficial, mientras que al francés corresponde el papel de principal lengua cultural, si bien estos dos idiomas conviven con el créole, que es el primer idioma para la comunicación, y el bhojpouri, un idioma importado de la India. El autor nos muestra cómo y cuándo el hablante de una lengua cambia a la otra, integrando a su discurso, en cierto modo, varias copias de las distintas lenguas. Ese papel clave de las lenguas en las islas Mauricio plantea al mismo tiempo, para Ludwig, la cuestión sobre el modelo social que toma en cuenta esta forma de sociedad multilingüística.

Ute Fendler, en su contribución, titulada “L’île-archipel, le Madagascar polyphonique de Raharimanana: nœud de communication et récepteur mondial”, nos muestra el archipiélago en Les Cauchemars du gecko (2011), de Raharimanana, como un lugar aislado donde el ritmo de la narración se acelera y hace más lento a la vez. Al mismo tiempo, su artículo nos describe el archipiélago como un punto nodal de varias historias, un lugar de recepción y de conexión de una gran variedad de líneas de comunicación. Para ello, la autora esboza la idea de una cacofonía que copia (y reproduce) el caos del mundo.

A este ejemplo histórico y teórico cultural de archipiélago como espacio de prueba –el cual, sin embargo, tiene un anclaje geográfico concreto–, le sigue el panorama histórico-teórico de Gesine Müller sobre el pensamiento archipiélico en posiciones específicamente francófonas, el cual, al rozar también el entorno del Pacífico, abre el capítulo sobre los archipiélagos del océano Pacífico. En su ensayo “Pensée archipélique versus francophonie. La mise en scène littéraire de l’inclusion et de l’exclusion”, Gesine Müller demuestra, a partir de cuatro autores contemporáneos de lengua francesa, cómo éstos, con sus puestas en escena literarias de las islas y los archipiélagos, se mueven entre los polos conceptuales de la francofonía y del pensamiento archipiélico. En este caso, la francofonía representa un modelo estandarizado de la herencia de una política cultural colonial, la de la Grande Nation, el cual, sin embargo, es también compatible con tendencias postcoloniales y formas de representación actuales. Frente a esto, el concepto iniciado por Édouard Glissant de la pensée archipélique intenta romper con las jerarquías establecidas y –basándose en el concepto de rizoma de Deleuze y Guattari– busca también mostrar las relacionalidades multidimensionales y valorarlas de un modo nuevo. Los proyectos de insularidad de Devi, Ben Jelloun, Le Clezio y Houellebecq discurren por ello a lo largo de múltiples líneas de inclusión y de exclusión que se disuelven en “los archipiélagos con huellas francófonas”.

Torsten König dedica su ensayo “L’imaginaire géopolitique de la Polynésie dans la littérature française: de Bougainville à Chantal T. Spitz” a las nociones archipiélicas del Pacífico en la literatura en lengua francesa desde finales del siglo XIX. En el centro de las disquisiciones de König está el trabajo del antropólogo, oriundo de las islas Fidji, Epeli Hau’ofa, que contrapone dos visiones oceánicas fundamentales, las cuales poseen una vigencia transarchipiélica: por un lado, la imagen de las “islas aisladas en un ancho mar” y, por el otro, la imagen de un “mar de islas” (Sea of Islands), con la atención puesta en la relacionalidad de las islas entre ellas, algo que les otorga un mayor peso político-cultural.

En el mismo espíritu de Hau’ofa se inspiran las propuestas de Lars Eckstein y Anja Schwarz, pero esta vez desde la perspectiva de los estudios de la Filología Inglesa, con su ensayo “Oceanic Modernity. Indigeneity, Globality and Cultural Translation”. Frente al monopolio receptivo del Caribe como cuna de la primera contracultura de la Modernidad en relación con las prácticas revolucionarias y los discursos críticos, estos dos autores postulan al Pacífico sur como alternativa importante del paradigma caribeño. Se trata de otro de los meta-archipiélagos que comparte muchos elementos con la experiencia (post)colonial atlántica; sin embargo, muestra notables diferencias que complementan la conceptualización de la Modernidad global de un modo descentralizado y más humano. Además de esto, los dos autores evocan un ejemplo muy interesante de interconexión transarchipiélica de ambos meta-archipiélagos: el motín del Bounty, surgido de un conflicto del lobby que representaba a los dueños de plantaciones en el océano Pacífico, quienes querían establecer el árbol del pan frente a los intereses de los dueños de plantaciones en las Antillas caribeñas.

Por su parte, la historiadora Consuelo Naranjo Orovio, con su ensayo “Archipel de progrès: discours sur la civilisation et la race à Cuba et Porto Rico”, nos proporciona el texto inaugural de un nuevo capítulo de este volumen, el dedicado a los archipiélagos del Caribe. A partir de una historia de los discursos, con conceptos clave muy propios que datan de la época de la Ilustración, Naranjo nos muestra cómo en las Antillas hispánicas la integración a las redes de intercambio de mercancías e ideas estaba estrechamente ligada a la exclusión sistemática mediante las categorías de raza. Su análisis intra-archipiélico nos ofrece la posibilidad de prestar atención a las destructivas manifestaciones de la convivencia archipiélica, las cuales excluyen a determinados grupos poblacionales para, a través de ciertos mecanismos como el miedo a la propagación de la Revolución haitiana en el archipiélago caribeño, o a través de una política poblacional basada en un campesinado mestizo, generar una fuerza de cohesión nacional.

Un ejemplo histórico-literario de la violencia racista del discurso en el Caribe del siglo XIX nos lo proporciona Leonie Meyer-Krentler con su artículo “Los perros ingleses y los perros esclavos. Exclusión, animalización y convivencia en Cecilia Valdés de Cirilo Villaverde”. Para analizar esa novela fundacional de la literatura cubana, Cecilia Valdés (1882), la autora sigue el curso de las corrientes subterráneas que fueron minando las relaciones archipiélicas en torno a los dos pilares de la esclavitud y la abolición en la era de la Revolución. Sus observaciones sobre la animalización de los enemigos y sus modalidades, a partir del ejemplo del perro como herramienta de lucha en el nivel proto-nacional y global, se apoya en los detallados hallazgos textuales y estudios de personajes de tipos literarios individuales de esa obra canónica.

Natascha Ueckmann dedica su contribución a Haití, en un texto que lleva por título “‘Il n’est vraie parole en Caraïbe que la schizophrénie’: autour du Spiralisme”, y a la corriente literaria del espiralismo de los años sesenta, apenas atendida fuera de la isla, si bien ponía a debate un discurso insular de complejidad similar al de otros discursos literarios como el de la antillanité, la créolité o la créolisation. La estética espiralista que, a diferencia de otras importantes teorías culturales y espaciales franco-caribeñas, no tiene un carácter de manifiesto, representa las turbulencias y cacofonías generados por los traumas de la historia caribeña.

Johanna Abel nos presenta las dimensiones teóricas del pensamiento archipiélico, apoyándose en ejemplos de análisis tomados de la literatura. Con su ensayo “Entre Island Hopping e Islas con Alas: autoras en el Caribe y sus figuraciones archipiélicas en relatos de viaje del siglo XIX”, la autora contrasta los proyectos literarios del archipiélago desde una perspectiva transatlántica. Las figuraciones sobre el archipiélago caracterizan a las islas del caribe transcolonial como vitrinas microcósmicas que se orientan en función de la lógica de la consumación. En la conciencia insular nativa, sin embargo, la metáfora dinamizada del archipiélago de las dos alas (dos alas que son, a su vez, islas: Cuba y Puerto Rico) reclama para el Caribe la idea de un pájaro archipiélico a partir de su cartografía imperial, según el imaginativo e imaginario desnudo de Lola Rodríguez de Tió.

Carlos Alba y Gustavo Vega, con su trabajo “México y Haití: ¿es posible la cooperación entre dos países en desarrollo?”, nos ofrecen un ejemplo concreto de relaciones intra-archipiélicas dentro del entorno del Caribe. Alimentados por la experiencia de la cooperación para el desarrollo de ambas regiones del Caribe a un nivel académico, estos dos autores nos plantean determinadas cuestiones sobre la cooperación entre los países del Sur. Lo que impregna especialmente la convivencia de los actores en la cuenca circuncaribeña es precisamente el intercambio de saber sobre realidades vividas, así como el intento de redefinir la ayuda mutua, también como consecuencia del terremoto que estremeció a Haití en el año 2010.

El capítulo sobre los archipiélagos continentales queda inaugurado por el ensayo del escritor mexicano Jorge Volpi. En “Archipiélagos literarios. América Latina, las batallas de lo universal y lo local”, el autor establece relaciones entre los planteamientos sobre la producción cultural en América Latina y los archipiélagos geográficos, los archipiélagos continentales y los archipiélagos de la teoría. Con la provocadora tesis de que América Latina ya no existe, Volpi da inicio a un discurso programático sobre el fin de las identidades latinoamericanas que han dado paso a una absoluta disolución de las fronteras en la nueva realidad líquida de la era digital.

Hans-Jürgen Lüsebrink se ocupa, en su artículo “Archipels minoritaires. Littératures de l’exiguïté et résistances culturelles dans les espaces francophones insulaires en Amérique du Nord”, de las islas idiomáticas de habla francesa en América del Norte. Para ello, parte de la tesis de que las literaturas y las culturas minoritarias están determinadas a menudo por ciertos dispositivos que tienen las mismas características de la insularidad, por lo cual se remiten a los proyectos identitarios de la resistencia cultural. Mediante el estudio de un ejemplo relacionado con las literaturas y las culturas francófonas de Canadá y Estados Unidos (la Luisiana, algunas partes de Nueva Inglaterra en los años treinta), y echando mano de las teorías de F. Paré sobre la exiguïté, la distance habitée y la fragilité culturelle, o sobre la Antillanité de l’Acadie (relacionada con las culturas francófonas de Nueva Brunswick), el autor nos muestra la archipielización de tales estructuras en el sentido de la pensée archipélique de Édouard Glissant.

También en relación con los archipiélagos continentales nos habla el historiador Héctor Pérez Brignoli acerca de las plantaciones bananeras como archipiélagos globales. En su ensayo “Las plantaciones bananeras como archipiélagos globales. Visiones desde América Latina y el Caribe”, el autor entiende la economía del banano como un fenómeno global a nivel económico, biológico, social y cultural, y la analiza en su ensayo como un archipiélago compuesto por diferentes islas, el cual sostiene una compleja red de vínculos sociales y materiales. En relación con las connotaciones culturales, este investigador conduce sus reflexiones y estudios hacia el imaginario vinculado a las repúblicas bananeras.

En la insularidad de Brasil se centra Heike Muranyi en su ensayo “Archipelago or continental island? Reflections on Brazilian insularity”, en el que expone los intentos de distintos pensadores y escritores brasileños del siglo XX para establecer la idea de un Brasil como archipiélago continental polilógico.

Por su parte, Anne Kraume, con su artículo “Ex-islados. Construcciones de ida y vuelta entre la isla y el continente”, aborda la relación entre exilio e isla al que Chris Bongie ha dedicado su libro Islands and Exiles. Basándose en las teorías de Bongie, la autora analiza las islas en su ambigüedad, una ambigüedad situada entre el aislamiento y el modelo de totalidad como espacio literario par excellence. En ese sentido, sigue el rastro a la relación entre isla y exilio en las obras, sobre todo, de Victor Hugo, Miguel de Unamuno, Le Clézio, Carmen Laforet, Julieta Campos y Georges Perec.

El texto que abre el capítulo sobre los archipiélagos teóricos es el de Naoki Sakai: “Heterolingual Address and Transnationality: Translation and Bordering”. En este ensayo teórico-lingüístico, el autor defiende la tesis de que el transnacionalismo se ha hecho realidad desde el Renacimiento europeo y ha vuelto a desaparecer con la creación de los Estados nacionales en el siglo XIX. La propia idea de nación, nos dice el autor, nos conduce a la translation, la cual se había solucionado antes en un bordering más abierto de fronteras idiomáticas. Sakai estudia las consecuencias del surgimiento pluralista de unidades idiomáticas tanto en un análisis histórico de la reorganización de los idiomas en la Modernidad, como en relación con la cuestión de la cultura y su formación en el contexto de una lengua nacional.

Beate Thill, quien es, a su vez, la traductora al alemán de la obra de Édouard Glissant, coloca a la traducción como tema central de su análisis: “Entre les îles alliées – la traduction, médiatrice des cultures, et l’œuvre d’Édouard Glissant”. En una perspectiva orientada hacia los criterios de Antoine Berman sobre la traducción como transferencia de culturas, la autora va elaborando las facetas poetológicas y teóricas de la obra de Glissant, las cuales reflejan la cultura de los descendientes de esclavos en la isla de Martinica. Haciendo referencia al concepto de Glissant de la pensée archipélique, Thill nos muestra cómo la poetología y las teorías de Glissant sobre la transferencia cultural en general, impregnan también su propia labor como traductora.

Markus Messling establece en su ensayo sobre la obra del escritor Kossi Efoui, de Togo, una dimensión lingüística. En “L’archipel des hommes-crocodiles. Modernité, archaïsme et stratégie narrative chez Kossi Efoui”, el autor nos muestra que la negación del lenguaje, dominio primario de la racionalidad humana, nihiliza, en el caso de Efoui, una moderna toma de posesión del mundo. A partir de la obra de Efoui L’Ombre des choses à venir, Messling describe cómo el mundo producido por el lenguaje, en el sistema colonial de la plantación, se desliga de la realidad de la vida de los seres humanos concretos, haciendo la comunicación cada vez más difícil. Su ensayo desemboca en la visión de Efoui de un “archipel des hommes-crocodiles”, un viaje simbólico a una región de archipiélagos donde el hombre se funde con la naturaleza sin que esos dos mundos queden separados por un sistema de símbolos. Dejándonos entrever la estructura poetológica y filosófica de la novela, Messling entiende la obra de Efoui a partir de los estudios de Derrida como una “révolution interminable” en la maquinaria lingüística totalitaria de una Modernidad racionalista.

En su artículo “The metaphor of the Archipelago”, Bertrand Westphal nos deja entrever la complejidad del concepto de archipiélago. Partiendo de la historia conceptual y de los distintos significados del término en idiomas preferentemente europeos (en particular en las lenguas romances y escandinavas), el autor comenta el debate sobre el archipiélago ideal, no entendido, esta vez, en un sentido geopolítico, sino desligado de lo geográfico, para lo cual repasa distintas constelaciones archipiélicas posibles, entre las cuales podría estar la isla de Martinica. Para ello, Westphal no sólo se refiere a constelaciones continentales o compuestas por islas, sino también a otras semi-insulares o semi-continentales. En una referencia, sobre todo, a Claude Simon, Derek Walcott y al repertorio metafórico de Homero sobre el archipiélago, el autor va determinando la importancia de las relacionalidades transarchipiélicas del concepto de archipiélago y nos muestra cómo el estudio de éste puede diseccionar un universo imaginario convencional en su repertorio metafórico.

El broche de oro del primer día del congreso fue la espectacular performance poética de Yoko Tawada “Islas, Islands, imperios de signos”. Ottmar Ette introdujo a la artista y profesora de poética de origen japonés con un homenaje de juegos de palabras codificados, con lo cual preparó la sensibilidad del auditorio para los potenciales poéticos de las traducciones, los cuales pudieran hacer que, de repente, estemos hablando de lenguas marinas o de mares de lenguas, cuando en realidad el original se refería sólo a un común lenguado. Basándose en un álter ego vivo, Tawada se puso a sí misma en escena en el torbellino de su multiplicidad idiomática, con sus dos o más yoes lingüísticos, encima de un escenario dividido y compuesto por islas de papel, flotantes páginas de una conferencia y filas de palabras. Fukushima e Hiroshima fueron puestas en manos del público en unas coloridas islas de papel triangulares que llevaban escrito el carácter japonés para isla: shima. El monólogo interior sobre la insularidad del lenguaje hizo palpable las invisibles similitudes amies entre imágenes, signos, materiales y paisajes. El lema acuñado por la propia autora, el de que los “false friends are friends too”, pasó a ser, en los días posteriores del congreso, el recurrente Leitmotiv cuando se hablaba de las posibilidades creativas de la archipielización. Nos complace sobremanera que Yoko Tawada nos haya dejado un testimonio escrito de esa performance con su texto “Vergeht die Zeit anders in Japan?” (¿Acaso el tiempo en Japón transcurre de un modo diferente?).

No quisiéramos concluir esta introducción sin expresar nuestra más sincera gratitud, en especial, al Instituto Iberoamericano y a su directora Barbara Göbel por la exitosa colaboración y la hospitalidad. También al generoso apoyo financiero de la Universidad de Potsdam, a la Potsdam Research Network PEARLS, así como al Programa Emmy Noether de la Asociación de Investigaciones Científicas de Alemania (DFG).

Nuestra expresa gratitud también al Grupo de Jóvenes Investigadores del Programa Emmy Noether, El Caribe Transcolonial, dirigido por Gesine Müller e integrado por Johanna Abel, Leonie Meyer-Krentler y Marion Schotsch. Ellas contribuyeron de manera decisiva a que este congreso pudiera realizarse con este formato. Y por el muy valioso, excelente y competente trabajo de edición de este volumen agradecemos especialmente a Marion Schotsch.

Si como substrato de este congreso podemos sacar la conclusión de que las islas y las regiones insulares han de ser entendidas como espacios sumamente complejos en los que se condensan (si bien no se simplifican) ciertos procesos, ello quiere decir entonces, con vistas a la crisis en la que se encuentra sumida nuestra convivencia global en la actualidad, que vale la pena echar una ojeada a cómo la literatura procesa y reproduce esa convivencia. En los ensayos recogidos en este volumen, las imágenes y las metáforas de la literatura tienen una repercusión efectiva que va más allá de la propia literatura. Esperemos que en la lectura de los mismos, la traducción –entendida como trans-ferencia, como tra(ns)-siego(a)– entre las islas idiomáticas y los discursos del saber sean percibidas de un modo tan fructífero como durante el congreso…

Potsdam, 28 de enero de 2012

NOTAS AL PIE

* Agradecemos a Aníbal Campos por la traducción de esta introducción.

1 Una base fundamental para la descripción de los ensayos individuales de este volumen ha sido el informe de la conferencia de Johanna Abel y Leonie Meyer-Krentler, cf. Abel/Meyer-Krentler 2011; una versión más detallada será publicada en la Romanistische Zeitschrift für Literaturgeschichte.

BIBLIOGRAFÍA

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— (en prensa): “Tagungsbericht “weltweit. Archipele als Erprobungsräume globalen Zusammenlebens””. En: Romanistische Zeitschrift für Literaturgeschichte.

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