Image

LA RESILIENCIA
EN ENTORNOS
SOCIOEDUCATIVOS

Sentido, propuestas y experiencias

Anna Forés y Jordi Grané
(Edits.)

NARCEA, S. A. DE EDICIONES
MADRID

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Este libro puede incluir enlaces a sitios web gestionados por terceros y ajenos a NARCEA, S.A. DE EDICIONES que se incluyen sólo con finalidad informativa. Las referencias se proporcionan en el estado en que se encuentran en el momento de la consulta de los autores, sin garantías ni responsabilidad alguna, expresas o implícitas, sobre la información que se proporcione en ellas.

ÍNDICE

 

INTRODUCCIÓN: VOCABULARIOS DE ESPERANZA. LA GENERACIÓN DE POSIBILIDADES. Jordi Grané Ortega y Anna Forés Miravalles

1/ LA RESILIENCIA HOLÍSTICA Y SU APLICACIÓN AL ENTORNO ESCOLAR. Gloria Gil Hernández

El origen terminológico de resiliencia

La investigación sobre resiliencia

La escuela aglosajona. La escuela europea. La escuela latinoamericana

La perspectiva holística de la resiliencia

El mapa de resiliencia. Resiliencia en escenarios socioeducativos.

2/ LA CREACIÓN DE SENTIDO Y LA RESILIENCIA. Marta Burguet Arfelis y Anna Forés Miravalles

El sentido de las cosas. Genealogía de la pregunta axiológica por el sentido

Constatación de estar existiendo. Capacidad de sorpresa. Aceptación de la existencia.

Respuestas al sentido de la existencia

El sentido desde la logoterapia de Viktor Frankl

El sentido en el estado de bienestar

El sentido desde el realismo existencial de Alfredo Rubio.

El sentido desde la resiliencia: de la aceptación al vínculo.

Dotar de sentido y poder mirar para apreciar

Retos pedagógicos en clave resiliente para construir sentido

3/ EL HUMOR Y LA RESILIENCIA. Eduardo Jáuregui Narváez y Jesús Damián Fernández Solís

Definición del humor y conceptos afines

Beneficios del humor relevantes para la resiliencia

Aumento de emociones y actitudes positivas. Supresión de las emociones negativas. Cambio de enfoque. Efecto analgésico. Resolución práctica de problemas. Cohesión interpersonal.

Estudios de campo sobre el humor y la resiliencia

Consecuencias a largo plazo sobre la salud mental

Áreas de aplicación del humor resiliente

Estrategias de intervención

Estrategias pedagógicas. Ayudarse a uno mismo ante una situación difícil. Estrategias para ayudar al otro ante una situación difícil.

4/ PERDÓN Y RESILIENCIA. Carmen Maganto Mateo y Juana Mª Maganto Mateo

Punto de encuentro entre el perdón y la resiliencia

Aportaciones desde la investigación

Aspectos conceptuales

Qué dificulta el poder perdonar. Qué favorece el poder perdonar. El proceso de perdonar. Beneficios del perdón.

Cómo promover el perdón y la resiliencia: retos y desafíos

Propuestas prácticas para ejercitarse en el perdón

5/ AL FILO DE LO POSIBLE. Gema Puig Esteve y José Luis Rubio Rabal (ADDIMA)

La necesidad de un cambio de mirada

Actitud necesaria para el cambio

Pasos para el cambio de mirada.

Algunas propuestas estratégicas en clave resiliente

Acompañamiento a la persona en el descubrimiento y conocimiento de sus propias capacidades: creer para ver. Ruptura de estereotipos: efecto estructurante de la mirada del otro. Promoción de factores de resiliencia: fortalecerse para emprender el camino. Amor incondicional. Selección de información: la otra mirada. Espacio para la expresión del daño: resisitir. Apoyo en la reconstrucción a partir de sus recursos: rehacerse. Espacios de crecimiento y sanación para los profesionales: co-construir.

6/ UNIVERSIDAD Y RESILIENCIA. METAMORFOSIS DEL POTENCIAL HUMANO. María Dolores García Hernández y Ángela Torbay Betancor

Los desafíos de la universidad desde el enfoque de la resiliencia

Fundamentos de una universidad resiliente

Ciencia y resiliencia. Aprendizaje y resiliencia.

Narrativas y prácticas del educador resiliente

De la ciencia fría a la ciencia cálida. De la uniformidad a la diversidad. Del tutor académico al tutor de resiliencia. De la competitividad a la colaboración. De la autorrealización personal al altruismo social. De la seriedad a la invitación al juego.

Competencias resilientes: una experiencia formativa

La formación teórica. La formación práctica.

7/ VI(VI)ENDO LA RESILIENCIA. Roberto Orbea

El valor de una imagen en la reelaboración de la historia

El cine en la educación

Algunas películas para trabajar la resiliencia

Un ejemplo práctico: Diarios de la calle

Presentación de la película y la historia. Proyección de la película. Trabajo sobre la película.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y WEBGRAFÍA

AUTORES

INTRODUCIÓN VOCABULARIOS DE ESPERANZA LA GENERACIÓN DE POSIBILIDADES

LOS VOCABULARIOS DE LA ESPERANZA

Prometeo y Epimeteo eran dos hermanos titanes (raza de gigantes anterior a los seres humanos) que recibieron el encargo de los dioses de hacer los seres vivos. Epimeteo (etimológicamente pensamiento posterior o atolondrado) empezó a repartir los dones entre los distintos seres vivos; mientras que Prometeo (pensamiento anterior o sensato) reflexionó primero sobre cómo debería ser el más excelso de los seres vivos: el ser humano.

Cuando Prometeo obtuvo esa visión del ser humano le pidió a su hermano los dones de los dioses para su recreación pero Epimeteo había sido pródigo y ya los había adjudicado todos. Entonces, Prometeo tuvo que remediar la situación y subir al cielo para robar el fuego a los dioses y proporcionarlo al ser humano.

Para castigarlos por el robo del fuego, Zeus les envió la primera mujer: Pandora. Prometeo no aceptó el regalo pero el alocado de su hermano Epimeteo sí. Pandora llevaba un baúl como presente. Con curiosidad, Pandora abrió la caja que contenía todas las bendiciones divinas. Todas se esparcieron y desaparecieron, tan solo la esperanza permaneció en el fondo del baúl. Desde entonces, a pesar de que los males nos acechan, la esperanza habita entre nosotros, los seres humanos, como única bendición divina.

Los testimonios de experiencias resilientes, personas o grupos que han padecido adversidades y que han sabido afrontarlas y rehacer su vida y volver a ser felices a pesar de sus desgracias, son lecciones existenciales que nos transmiten el mismo mensaje vital del mito griego anterior: la esperanza es posible. Todavía es una bendición presente en nuestro mundo.

Lewis Mumford, el filósofo e historiador estadounidense escribió: «podemos vivir tres semanas sin comida, tres días sin agua y sé que, incluso se puede vivir tres minutos sin aire, pero no podemos vivir sin esperanza».

Hoy en día, otros mitos posmodernos nos aportan mensajes parecidos a la esperanza pero con un revestimiento nuevo: las expectativas positivas. En una recreación actual del mito de Pandora, aquello que hubiera permanecido en el fondo del baúl serían las expectativas positivas de un futuro mejor.

Tal vez algunos de los más conocidos reclamos de la importancia en la vida humana de dichas expectativas se encuentran en dos libros con gran éxito de ventas a nivel internacional: El secreto y La buena suerte. Respecto al primero, hay que decir que la escritora australiana Rhonda Byrne ha obtenido un éxito espectacular con este libro. El Secreto reproduce la ley de la atracción. Dicha ley dice: todo lo que llega a tu vida (ya sea bueno o malo), tú mismo lo estás atrayendo por el poder de la atracción. En otras palabras, lo semejante atrae lo semejante. Respecto al segundo, los escritores Alex Rovira y Fernando Trías de Bes también han cosechado un reconocimiento parecido con su libro. La buena suerte trata de una fábula que va desgranando las claves de la prosperidad. La moraleja de su historia es muy simple pero concluyente: la persona misma es la causa de su buena suerte.

Es cierto que existen conceptos en las Ciencias Sociales que recogen el mensaje central presente en ambos libros sobre la fuerza de las expectativas positivas. Así, según el Efecto Pigmalión, las expectativas de un grupo o una persona respecto a otra persona o suceso afectan su conducta hasta provocar la confirmación de dichas expectativas. También el concepto de Profecías Autocumplidas del sociólogo estadounidense Robert K. Merton remiten al mismo esquema: «una profecía que se autocumple es una suposición o predicción que, por el simple hecho de ser enunciada, convierte en realidad el suceso supuesto, esperado o profetizado y de esta manera se confirma su exactitud».

En último lugar, también podríamos incorporar el más conocido: el Efecto Placebo. Según dicho efecto, los síntomas de un paciente pueden mejorar con un tratamiento aparente porque la persona enferma espera o cree que funciona. Creer en algo, hace que ese algo sea realidad.

La idea recogida respecto a las expectativas parece la misma que la de los dos libros anteriores: invertimos la causalidad y aceptamos que el futuro también puede condicionar el presente y servir como vector de la acción humana para recrear ese futuro. La imagen de esa circularidad de las expectativas es el ouroboros. Se trata de un símbolo que muestra un animal serpentiforme engullendo su propia cola, conformando un cuerpo circular. El futuro conforma el presente que a la vez nos lleva al futuro. Ese es el círculo.

Pero hay que introducir un matiz. Hasta no hace mucho se ha investigado sobre el poder de las expectativas para generar círculos viciosos. Como aporta el acervo popular, «a perro flaco todo son pulgas», o «siembra vientos y recogerás tempestades». Es decir, se ha investigado lo concerniente a las expectativas negativas. También se ha avanzado hacia la conclusión de que estas expectativas negativas pueden ser generadas ex profeso.

Ahora bien, la nueva visión de las expectativas recogidas en los dos libros anteriormente citados presenta una diferencia: las expectativas también se pueden formular como enunciados positivos. Es decir, también se pueden generar de manera deliberada círculos virtuosos expansivos. Entonces sí que estamos refiriéndonos a la esperanza. Generar esperanza es generar dichos círculos virtuosos mediante las expectativas positivas. Ejemplo: tratadme como alguien excepcional y lo seré.

Las personas podemos escoger aquello que investigamos, aquello que estudiamos. Y no podemos obviar que aquello que focalizamos, crece. Si andamos por la vida buscando o estudiando problemas o deficiencias, los vamos a hallar y en demasía. Contrariamente, si vamos buscando fortalezas o potencialidades, aquello que funciona, también lo vamos a encontrar.

Las personas deberían ser producto de la mente afirmativa. Cuando una persona está llena de problemas o dificultades, no necesita tanto de arreglos o soluciones, como de constante reafirmación. Tim Guénard, uno de los testimonios más impactantes del proceso resiliente, tal como se recoge en su libro Más fuerte que el odio, recrimina que «cuando se habla de hermosas casas o de coches viejos, siempre se cuenta bellamente su reconstrucción. Pero cuando se ve a un niño que se agrieta, a un adulto que se derrumba, la gente se plantea tantas preguntas que ya ni siquiera se atreve a hacer cosas muy simples: mirar con amabilidad, tocar o hacer compañía». Con estas actitudes se reproducen expectativas negativas que no permitirán a la persona que ha padecido una adversidad volver a la vida. La maldición ha sido lanzada; no hay esperanza para ella.

Boris Cyrulnik, uno de los padres de la resiliencia, afirma que la capacidad de dar y recibir afecto es la verdadera fuente de la resiliencia. Saber amar, cooperar y compartir; en definitiva, saber tejer vida mediante sólidas y significativas relaciones o construir lazos invisibles de calidez, es el principal factor que promueve la resiliencia.

La resiliencia es la habilidad de saber construirse, en cada ocasión, un entorno afectivamente seguro desde el que explorar el mundo

Cyrulnik nos alecciona sobre la necesidad de tejer campos bases emocionales alrededor de las personas que nos proporcionen palabras de esperanza, que nos permitan generar expectativas positivas de un futuro mejor. La resiliencia es una constatación de la importancia de la esperanza en la estrategia de volver a la vida después de padecer una adversidad.

Las palabras crean nuestro mundo. A través de conversaciones es como la realidad y la identidad son socialmente construidas. Buda decía que las palabras tienen el poder de destruir y de ayudar. Cuando las palabras son amables, pueden cambiar nuestro mundo. Si las palabras no son amables pueden hundir a cualquiera.

Uno de los quehaceres más importantes para promover la resiliencia es generar vocabularios tejidos en la esperanza, vocabularios tejidos con expectativas positivas que puedan impulsar a las personas hacia la vida recreando círculos virtuosos mediante estas expectativas positivas.

Los vocabularios de esperanza se enhebran cuando se fomentan las relaciones de cooperación entre las personas. También se fomentan cuando dichas personas ejercen un sentido de optimismo sobre la capacidad para influir en el futuro. Y en último lugar, también se generan estos vocabularios cuando las personas participan conjuntamente en el diálogo sobre los valores más profundos y las más altas aspiraciones. Los vocabularios tejidos de esperanza se pueden definir como construcciones lingüísticas que crean nuevas imágenes de posibilidades relacionales positivas, iluminan nuevos caminos para el discurso moral, y amplían la gama de recursos teóricos y prácticos disponibles para la construcción de relaciones sociales sanas.

Nuestra escuela debería ser una escuela resiliente donde proliferaran múltiples hilos que enhebraran vocabularios de esperanza

Una escuela debería ser una red tejida alrededor de múltiples círculos de expectativas positivas en expansión. En definitiva, una escuela debería ser una escuela de esperanza, una bendición de los dioses. Y entonces, tal vez, la excelencia educativa no fuera una quimera.

LA PROACTIVIDAD Y LA GENERACIÓN DE POSIBILIDADES

En el libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, el gurú de la gestión Stephen Covey afirma que uno de esos siete hábitos es la proactividad. Según Covey, la proactividad hace referencia al hecho de que las personas somos responsables de nuestras vidas, más de lo que nos podamos llegar a imaginar. Nuestro comportamiento depende mucho más de nuestras decisiones y no tanto de nuestras condiciones. La proactividad se refiere a la virtud de tener la iniciativa de hacer las cosas pero también conlleva la responsabilidad de las consecuencias de la acción o no acción. Según dicho autor, tenemos la posibilidad de esperar que actúen otras personas sobre nosotros, y a fe que habrá gente que lo hará; o bien, convertirnos en protagonistas de nuestra vida y decidir a dónde queremos llegar. Las personas proactivas son aquellas protagonistas de su biografía que deciden adentrarse en continuos círculos de expectativas positivas en expansión, que incluso ellas mismas generan.

El director de cine Woody Allen afirmaba en una entrevista que le interesaba el futuro porque es el sitio donde va a pasar el resto de su vida. Las personas proactivas son hacedoras de futuro, creen que pueden construirlo y no se resignan a permanecer en manos del destino; más bien creen que el futuro está en sus manos. Así se hacen pregoneros de la frase del presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy quién decía que el futuro no es un regalo, sino una conquista.

Las personas resilientes se rebelan contra el destino y no se dejan determinar por la adversidad. Saben que, aunque su línea de salida a la vida está muy marcada, hasta donde se alcance, depende más de sus decisiones que de los condicionantes. Una persona resiliente apuesta de manera decidida por la proactividad.

En el Talmud, libro sagrado del judaísmo, aparece la siguiente sentencia: «tú no ves el mundo tal como es, sino tal como eres tú». Es decir, vemos las cosas tal como somos nosotros y poco podemos afirmar sobre cómo es la realidad. Vivimos, por tanto, en el mundo que configuramos mediante nuestras creencias, nuestros mitos y nuestras metáforas. Con estos elementos conformamos nuestra visión del mundo y, por tanto, guiamos nuestras acciones.

No todas las creencias, mitos y metáforas enhebran vocabularios de esperanza. Si queremos promover dichos discursos, si queremos promover la resiliencia, hemos de cambiar determinadas creencias, mitos y metáforas que son limitadoras, por aquellas otras que son beneficiosas y que promueven la resiliencia.

Tal vez una de las creencias más limitadoras, es TINA, un acrónimo de las siglas inglesas (There is not alternative) que significa no hay alternativa. El mensaje que abre las puertas a la esperanza y a la posibilidad de construir mundos distintos y mejores es: todo puede ser de otra manera. Es el posibilismo vital. La resiliencia la podemos definir como la metáfora de las posibilidades. La persona resiliente apuesta por ser proactiva y también apuesta por vivir en ese posibilismo vital.

Los vocabularios de esperanza se tejen alrededor de personas que apuestan por construir su futuro. Son personas a las que les gusta la generación de posibilidades, que trabajan la imaginación que es el motor de la esperanza. Como dice el expresidente sudafricano Nelson Mandela: «todo parece imposible hasta que se hace».

Nuestra escuela debería ser una escuela resiliente donde imperara la proactividad, donde las personas hacedoras de posibilidades se sintieran en su hogar, como en casa

Y entonces, tal vez, la excelencia educativa no fuera una quimera.

LA ACCIÓN EDUCATIVA APRECIATIVA Y RESILIENTE

Nick Vujicic afirma que nació para ganar. Y su biografía parece darle la razón. Se graduó en contabilidad y planificación financiera. Tiene su propia empresa (Life without limbs). Es un orador motivacional de éxito mundial. Sus palabras han conmocionado medio mundo, en 30 países y delante de más de 12.000 personas. En 2009 participó en un cortometraje El circo de las mariposas, como actor protagonista. Sus dos lemas más conocidos son: «lo importante es levantarse«, y «de una vida sin extremidades a una vida sin límites». Vida sin extremidades porque Vujicic padeció una agenesia (malformación de origen embrionario) con una tri-amelia (le faltan los dos brazos a partir de los hombros) y una meromelia (solo tiene una extremidad inferior consistente en un pequeño pie con dos dedos que surgen de su muslo izquierdo). Su vida está llena de adversidades y dificultades. Pero su proceso resiliente no tiene fin. A pesar de padecer acoso en el colegio, fue de las primeras personas discapacitadas en acudir a una escuela ordinaria en Australia. En sus charlas, reproducidas miles de veces en internet, afirma que por muchas veces que una persona caiga, tantas como lo haga, no importa, porque esa persona siempre debe levantarse.

Hasta ahora hemos sido amaestrados con la idea deficitaria de que la excelencia se obtiene sólo erradicando las debilidades y dejando que las fortalezas se desarrollen por sí mismas. No es cierto. Precisamente, la excelencia se consigue mediante la focalización en las fortalezas y capacidades; así como también gestionando las debilidades (no erradicando).

Por el peso de esa tradición deficitaria, las personas acostumbramos casi siempre a preguntarnos qué es lo que no funciona, lo que no va bien. Como si el centro de la vida fuera lo que no funciona (la discapacidad de Vujicic, por ejemplo). Ante ello hay que responder de manera rotunda: el centro de la vida debe ser la vida misma. Lo importante es ser una persona proactiva y demostrar que se puede tener un hándicap y que se puede ser feliz. Podemos escapar a un destino fatal y convertirnos en un ser feliz a pesar de la desgracia. Levantarnos tantas veces como sea necesario.

Muchas intervenciones, muchas políticas socioeducativas, muchas realidades de nuestras escuelas son deficitarias: implementan proyectos, diseñan una política o se gestionan sobre lo que no funciona. El objetivo prioritario consiste en identificar la vulnerabilidad. Y las soluciones se derivan a renglón seguido: mitigar los riesgos y mitigar los déficits. Ello explica el porqué en ciertas escuelas se pone solo el acento en la disciplina, en las reglas y políticas a obedecer, en la uniformidad o en la tarea individual.

El modelo deficitario no genera sostenibilidad, empoderamiento y autonomía. Si realmente queremos promover estos principios deberíamos cambiar las premisas de partida y comenzar a elaborar políticas e intervenciones, gestionar las escuelas mediante la implementación de proyectos sobre aquello que funciona: identificando fortalezas, logros alcanzados y oportunidades a desarrollar.

Felicidad y educación excelente están íntimamente conectadas. Para alcanzar una educación excelente se deben construir entornos educativos (escuelas, institutos, universidades, etc.) felices que sean apreciativos y que promuevan la convivencia. Estamos hablando de comunidades educativas apreciativas. Apreciar es simplemente valorar y reconocer lo mejor de las personas, las escuelas y las cosas. Se trata de afirmar las fortalezas, los éxitos y potencialidades, percibir lo que da vida. Apreciar implica el descubrimiento de aquello que da vida a un sistema escolar en los momentos en que éste es más efectivo, vital y constructivo en términos económicos, ecológicos y humanos.

La escuela apreciativa es aquella que posibilita a cada uno de sus miembros utilizar sus recursos, sus valores, sus fortalezas y habilidades para afrontar dificultades y/o desafíos e innovar; también les ayuda a desplazarse desde una mirada centrada en los problemas, hacia otra que atiende a la posibilidad, les alienta a alejarse del déficit y a trabajar desde una perspectiva de afirmación de la vida.

Un entorno socioeducativo apreciativo es aquel que se caracteriza por promover en cada una de las personas que lo componen la capacidad de reencuadrar la situación, apreciar las posibilidades positivas y ver en el presente los desencadenantes del futuro. Es la habilidad de saber reconocer un poderoso roble en una bellota. Recordamos un día una persona asistente a una conferencia que añadió, «¡yo ya veo el jamón!». Ser apreciativo es poder imaginar alguna cosa enraizada en los retos del mundo y ser capaz de hacer que nazca aquello que todavía no existe.

Reencuadrar es la capacidad de ver la perspectiva que una persona tiene del mundo como lo que es una simple perspectiva, considerando la posibilidad de que existan otras.

La capacidad de apreciar lo positivo es la habilidad para percibir, seleccionar y valorar lo positivo de cada realidad (acontecimiento, situación, obstáculo, problema, resultado, persona, etc.).

La capacidad de apreciar los desencadenantes del futuro es la habilidad de conectar los aspectos generativos del presente con los objetivos finales, es la capacidad de soñar, de ser imaginativos colectivamente.

Un entorno socioeducativo resiliente es aquel que posibilita a cada uno de los actores de ese entorno que desarrollen sus competencias académicas, sociales y vocacionales.

Construir entornos educativos resilientes significa afianzar la confianza, el optimismo y la esperanza como elementos constitutivos del tejido escolar. Se trata de enhebrar relaciones mediante vocabularios de esperanza que se fundamentan en la frase: «tú me importas».

Nuestra escuela debería ser una escuela apreciativa y resiliente que promoviera y preservara la calidad de nuestros mundos y nuestras relaciones. Una escuela que hiciera de nuestros entornos socioeducativos un hogar más feliz. Y entonces, tal vez, la excelencia educativa no fuera una quimera.

NO SE PUEDE SOÑAR CON LO QUE NO CONOCES

Tim Guénard nos dice: «no se puede soñar con lo que no conoces». Para poder trabajar educativa y personalmente sobre resiliencia hace falta conocerla previamente.

Este libro nace con el propósito de «ayudar a soñar» de ser inspirador de nuestra práctica educativa en la escuela, en los ambientes no formales de la educación y hasta en la misma universidad.

El concepto de resiliencia va siendo conocido y reconocido por la comunidad educativa y social. Hace unos años cuando realizábamos talleres o conferencias de resiliencia resultaba común que para muchas personas el término fuera desconocido.

Poco a poco, la polinización del concepto: saber de qué hablamos cuando hablamos de resiliencia, va siendo habitual. Un barómetro del fenómeno son las demandas que hemos tenido de revistas especializadas y de divulgación y de los mismos medios de comunicación: televisión, prensa y radio. Que la resiliencia esté en boca de todos y todas es nuestro objetivo.

RESILIENCIA ES UN PUNTO DE PARTIDA NO DE LLEGADA

La resiliencia es un punto de partida no de llegada. Este libro parte de más de 12 años trabajando para, sobre y por la resiliencia. Se teje de reflexiones, investigaciones, de conferencias, encuentros, y proyectos que se engendraron a partir de la amistad nacida de una situación resiliente. Un primer congreso europeo de resiliencia realizado en octubre de 2010 es el punto de inflexión entre nuestro primer libro de resiliencia y este segundo.

El punto de partida de este libro es querer dar referentes claros para poder promover la resiliencia en entornos socioeducativos. Hemos querido recoger los elementos clave para fomentar la resiliencia y, por ello, hemos querido acompañarnos de los máximos expertos en las diferentes subtemáticas para favorecer los procesos de resiliencia. Tuvimos la gran suerte de que nos dieran sus aportaciones desde el inicio y hasta el final de la redacción del libro.

Sabemos que no será el camino de llegada a la resiliencia, sino tan sólo un punto de partida para que el lector, educador en el sentido más amplio del término, pueda encontrar las bases teóricas y prácticas que inspiren su acción educativa.

«RESILIARSE» SE CONJUGA EN PRESENTE

Y este presente es el que queremos recoger en el libro, por eso la entrada es el capítulo de Gloria Gil, quien hizo su tesis doctoral en resiliencia. Nos presenta los diferentes momentos del estudio sobre resiliencia y su apuesta por el modelo holístico para poder trabajarla. Este modelo holístico nos recuerda la importancia de la espiral de los factores y elementos de la resiliencia.

Nosotros hemos seleccionado tres como fundamentales:

La creación del sentido.

El humor.

El perdón.

En el capítulo «La creación de sentido y la resiliencia», se hace un recorrido sobre la importancia de la creación del sentido y del vació existencial con la colaboración de la profesora Marta Burguet.

El humor, como aportación clave para el trabajo resiliente, es una reflexión argumentada por investigaciones académicas que certifican el gran valor del humor en los procesos educativos, laborales y resilientes. Este capitulo esta escrito por los máximos referentes en esta materia: Jesús Damián Fernández y Eduardo Jáuregui.

Olvido, perdón y recuerdo son una tríada fundamental para trabajar la resiliencia. Para perdonar hay que recordar. Las hermanas y profesoras Maganto nos dan muestra de las investigaciones y acciones que se pueden llevar a cabo para trabajar el perdón.

A PARTIR DE AHORA TODO LO QUE VENGA SERÁ MEJOR

Dice Isidro Esteve1: «a partir de ahora todo lo que venga será mejor». Y así es, en la segunda parte de nuestro libro presentamos tres experiencias de trabajo resiliente en diversos escenarios socioeducativos.

La resiliencia es y ha de implicar un cambio de «mirada», de mirada hacia el otro, de mirada a lo posible, de pasar de un modelo deficitario a un modelo de potencialidades. Los representantes de la asociación ADDIMA nos muestran propuestas «al filo de lo posible», o sea propuestas para poder cambiar la mirada hacia el otro y hacia nuestras potencialidades.

La resiliencia es un canto a la esperanza, supone pasar del realismo a la esperanza; ser conscientes de nuestros límites, de nuestra situación, saber que hay heridas que perdurarán toda la vida, y aprender a vivir con ellas como Alexandre Jollien2 nos invita a hacer. Recordar que en el centro de la vida hay que poner la VIDA misma, tejiendo un manto de palabras que nos ayude a tejer esperanza. Y esto también lo hemos querido recoger en nuestro ámbito de trabajo que es la universidad. Nuestras compañeras María Dolores García Hernández y Ángela Torbay nos regalan un capítulo donde evidencian el trabajo de la resiliencia en la universidad, un tema poco reconocido.

RESILIENCIA ES UN TRABAJO EN EQUIPO

Según Jollien la resiliencia es un trabajo en equipo. Sabemos de la importancia de la red social para fomentar la resiliencia, sabemos de la importancia de los tutores de resiliencia y adultos significativos. No queríamos cerrar este libro sin dar pistas de cómo poder trabajar en el campo escolar la resiliencia a partir de las películas. Un lenguaje universal, de fácil aplicación y de propuestas sugerentes, el profesor Roberto Orbea nos facilita su trabajo en este terreno.

Desde el trabajo en equipo, invitamos a todos los que trabajen la resiliencia a seguir promoviéndola y compartiendo resultados, para poder seguir haciendo posible su significatividad en los espacios socioeducativos. Y poder seguir dando la palabra a los que han estado golpeados por y durante la vida.

Este libro es como un caramelo que puede parecer duro pero si el lector lo va haciendo suyo, puede endulzar su labor educativa y personal. El camino hacia la resiliencia es atreverse a dar el primer paso, dejar el lastre para poder iniciar el viaje. Al fin y al cabo como señala Martí i Pol3: «Todo es posible y todo está por hacer».

1 Piloto de motos, ganador de multiples premios y ejemplo de resiliencia después de su grave accidente, autor del libro: La suerte de mi destino.

2 Escritor, filósofo, persona resiliente que ha conseguido triunfar a pesar de las limitaciones físicas desde su nacimiento.

3 Poeta, escritor en lengua catalana y traductor.