JUEGO DE DADOS

Latinoamérica y su Cultura en el XIX
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De acuerdo con las palabras de Alfonso Reyes en su ensayo
“Última Tule”, igual que ocurre en el juego de dados de los niños
“cuando cada dado esté en su sitio tendremos la verdadera
imagen de América”


CONSEJO EDITORIAL

WILLIAM ACREE
Washington University in St. Louis

CHRISTOPHER CONWAY
University of Texas at Arlington

PURA FERNÁNDEZ
Centro de Ciencias Humanas y Sociales, CSIC, Madrid

BEATRIZ GONZÁLEZ STEPHAN
Rice University, Houston

FRANCINE MASIELLO
University of California, Berkeley

ALEJANDRO MEJÍAS-LÓPEZ
University of Indiana, Bloomington

GRACIELA MONTALDO
Columbia University, New York

ANDREA PAGNI
Universidad Erlangen-Nuremberg

ANA PELUFFO
University of California, Davis

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN
CLAIRE EMILIE MARTIN Y MARÍA NELLY GOSWITZ. Hacia una (re)conceptualización del texto decimonónico femenino

I. LA INTELECTUAL(IDAD) DECIMONÓNICA: VIAJERAS Y MAESTRAS HISPANOAMERICANAS
MARY BERG. Viaje de recreo (1909) de Clorinda Matto de Turner: reevaluación crítica de la relevancia de la cultura europea para América
J. P. SPICER-ESCALANTE. “Time is money”: la literatura de viaje, la mujer moderna, y el contra-canon en Recuerdos de viaje (1882) de Eduarda Mansilla
CLAIRE EMILIE MARTIN. “My Dear Mrs. Mann”: las cartas de Juana Paula Manso a Mary Tyler Peabody Mann y la educación de la mujer en América
II. ESPACIOS DISCURSIVOS (DECIMONÓNICOS) FRENTE A LA RECONSTRUCCIÓN NACIONAL
MARÍA CRISTINA ARAMBEL GUIÑAZÚ. Re-presentar la nación: Pablo, ou la vie dans les pampas de Eduarda Mansilla
MÓNICA CÁRDENAS MORENO. Escritura femenina y discurso bélico en el Perú decimonónico. Héroes y heroínas en la obra de Teresa González de Fanning y Mercedes Cabello de Carbonera
VANESA MARÍA LANDRUS. Alteridad, ciudadanía y política nacional en el periodismo femenino argentino
III. CUESTIONES DE GÉNERO: REDES, ALIANZAS Y TENSIONES EN LA ESCRITURA FEMENINA DEL XIX
RUTH BROWN. Tensiones heterogéneas: una redefinición de lo subalterno en Sab y Aves sin nido
BETSY DAHMS. “Es mucho hombre esta mujer”: una lectura queer de Teresa en Sab
ANA PELUFFO. Cartografías de la intimidad en Mi Manuel de Adriana González Prada
JORGE SÁNCHEZ SÁNCHEZ. Fluctuaciones corporales en las cartas de Carmen Arriagada
IV. NUEVAS APRECIACIONES CRÍTICAS Y LA ESCRITURA DEL XIX
FANNY ARANGO-KEETH. La posicionalidad del traductor en tres versiones al inglés de la novela Aves sin nido de Clorinda Matto de Turner
MARÍA NELLY GOSWITZ. Del xxi al xix: descodificando el trazo femenino en la novela Los amores de Hortensia
ADRIANA MÉNDEZ RODENAS. El archivo perdido: las memorias de Mercedes Merlin y el arte de la fuga
LUISA BALLESTEROS ROSAS. Soledad Acosta de Samper y el papel de la mujer intelectual colombiana en la historia literaria y sociopolítica del siglo XIX
MARÍA ELVA ECHENIQUE. Adela Zamudio y la crítica literaria en Bolivia

SOBRE LAS AUTORAS

HACIA UNA (RE)CONCEPTUALIZACIÓN DEL TEXTO DECIMONÓNICO FEMENINO

CLAIRE EMILIE MARTIN
MARÍA NELLY GOSWITZ
California State University, Long Beach

Al indagar en el campo de la crítica hispanoamericana del XIX interesada por esclarecer los orígenes del feminismo llamado “tercermundista”, debemos esperar hasta la década de los noventa para vislumbrar sólidos aportes a la teoría feminista latinoamericana en obras de gran perspicacia y penetración, como las de Jean Franco, Plotting Women (1988); Doris Sommer, Foundational Fictions (1991); Sylvia Molloy, At Face Value (1991); Francine Masiello, Between Civilization and Barbarism (1992); Mary Louise Pratt Imperial Eyes (1992), entre las más destacadas investigadoras en el ámbito de los estudios literarios estadounidenses. Mientras tanto, en Latinoamérica, centros de estudios y académicos independientes se volcaban hacia la investigación de la escritura femenina en volúmenes dedicados a la obra de una o múltiples escritoras. Es fundamental el aporte a los estudios feministas sobre las escritoras del XIX en colecciones como las de Cristina Iglesia, El ajuar de la patria. Ensayos críticos sobre Juana Manuela Gorriti (1993); Antonio Cornejo Polar, Clorinda Matto de Turner, Novelista. Estudios sobre Aves sin nido, Índole y Herencia (1992); Francesca Denegri, El abanico y la cigarrera. La primera generación de mujeres ilustradas en el Perú (1996); Lea Fletcher, Mujeres y Cultura en la Argentina del siglo XIX (1994), para mencionar algunos de los volúmenes que alcanzaron más difusión.1

En el campo de los estudios literarios latinoamericanos feministas estadounidenses, a partir de mediados de los años ochenta se acrecienta el número de estudios sobre la necesidad de una teoría propia. Los estudios de Josefina Ludmer, “Tretas del débil” (1985); Jean Franco, “Apuntes sobre la crítica feminista y la literatura hispanoamericana” (1986); Sara Castro Klarén, “La crítica literaria feminista y la escritora en América Latina” (1985); Lucía Guerra Cunningham, “Las sombras de la escritura: hacia una teoría de la escritura de la mujer latinoamericana” (1989), para nombrar algunos de los más conocidos, apuntan todos a esta voluntad radical de producir una teoría feminista ajustada a la literatura y a realidades latinoamericanas. A partir del estudio de Sor Juana y la escritura conventual, las primeras críticas feministas construyen el andamiaje teórico sobre el cual se basará el resto de la crítica feminista a seguir. En estos primeros años, la escasez de estudios sobre el xix se hace patente en la mención, por ejemplo, a una sola crítica dedicada a ese siglo, en el ensayo de Jean Franco (1986) luego de haber enumerado a varios investigadores sobre la época colonial y el siglo xx. Más tarde aparecen algunas colecciones de ensayos críticos sobre la escritura de mujeres en América Latina que abarcan desde la colonia hasta el siglo xx publicadas en inglés: Agosín (1995), Guerra Cunnigham (1990), Marchant, (1999), Lindsay (2003); también surgen colecciones donde el énfasis está en el tipo de género literario utilizado, como por ejemplo, la autobiografía: Catelli (1991), Meyer (1995); se publican enciclopedias o libros bio-bibliográficos, recursos de consulta que abarcan desde la época colonial hasta el siglo xx: Marting (1987); se muestra interés a través de colecciones donde se busca validar la participación de la escritora latinoamericana con un acercamiento histórico: Navarro (1999), Schlau (2001); y se publican libros centrados en el xix y limitados al estudio de escritoras de un determinado país: Fletcher (1994), Iglesia (1993), Denegri (1996).2

Casi veinte años después de estas primeras incursiones teóricas, Sara Castro-Klarén editó un iluminador volumen titulado Narrativa femenina en América Latina: prácticas y perspectivas teóricas (2003).3 Castro-Klarén inicia este tomo con una lúcida exposición de la ruta emprendida por la teoría feminista y la encrucijada que representa el binomio oposicional sexo/género (ibíd.: 18). La apertura ofrecida por una nueva relectura de El segundo sexo de Simone de Beauvoir ejecutada con rigor por Toril Moi, argumenta Castro-Klarén, libera a la mujer de la prisión del binomio aludido. Castro-Klarén considera esta liberación un paso importante hacia el retorno de “women’s body as a constitutive part of the historical and with it the recuperation of the concept of lived experience” (ibíd.: 20). Castro-Klarén sitúa los ensayos de la colección a partir de este momento constitutivo de un concepto más amplio, complejo y anclado en la historia de donde surge la experiencia femenina en Latinoamérica y su relación con las estructuras de poder/conocimiento (ibíd.: 21).

Nuestro propósito en Retomando la palabra es continuar este diálogo con la crítica mediante el proceso de recuperación textual de la experiencia femenina del xix firmemente asentada en el devenir histórico. Conscientes de que ese constante movimiento de ser y constituirse en “ser” es un proceso sin fin de autodefinición e identidad modelado por múltiples dinámicas, focalizamos nuestra mirada en las del sexo y del género, sin olvidar que no conforman la totalidad de las fuerzas constituyentes de la subjetividad. A la par del proceso de recuperación, las posturas críticas que sostienen el andamiaje discursivo de los ensayos incluidos en la colección, han sido maduradas en diálogo con los estudios a los cuales nos referimos anteriormente. La crítica de la literatura femenina del siglo xix se ha beneficiado de las primicias teóricas y analíticas de los investigadores de la colonia y del siglo xx, quienes se volcaron sobre los textos conventuales y la literatura escrita por mujeres a partir del modernismo. Abordadas tardíamente, las voces femeninas del siglo xix nos llegan quizás en un momento de madurez teórica, con textos que se acomodan mejor a lecturas ambiguas y a interpretaciones a contrapelo de la tradición.

Una de las innovaciones que aportan los ensayos seleccionados en este volumen radica en su acercamiento a la América Hispana en toda su heterogeneidad desde perspectivas feministas como lente teórica, y subrayando el carácter pionero de estas obras como constructoras de subjetividades y de teorías críticas feministas. En este libro reunimos a algunos de los críticos más avezados de la literatura decimonónica junto a nuevas voces emergentes ofreciendo ya sea una lectura perspicaz de textos poco leídos, ya sea un acercamiento novedoso a obras más difundidas. El hilo común que los une gira en torno del estudio de las obras decimonónicas desde el prisma de la construcción de una identidad femenina irrevocablemente diferente de la asignada por la sociedad patriarcal imperante, y en continuo movimiento. Por ende, mientras que de algunas escritoras surge una visión radicalizada del futuro de las nuevas repúblicas y de su propia inserción en el devenir nacional, en otras, la visión política apenas aparece trémulamente expresada. Los ensayos críticos en este volumen intentan polemizar la actuación o la postura política, intelectual, cultural y teórica de estas pioneras del XIX al entablar nuevamente el diálogo con sus textos, y desentrañar en algunos de ellos los albores de una teoría feminista plenamente articulada, pero todavía no enteramente reconocida en los estudios de género hispanoamericanos, y menos aún internacionales.

Estos textos decimonónicos se prestan por lo tanto para contribuir a los estudios de género y al entendimiento de cómo este siglo originó una literatura de corte netamente americano, y muy particularmente, de qué forma las autoras e intelectuales sentaron las bases de una teoría feminista ignorada o mal entendida por el siglo XX “primermundista”, reacio a indagar más allá de sus liminales fronteras.

Retomando la palabra brinda a los estudiosos de la literatura del periodo la investigación más reciente sobre la re-conceptualización del siglo XIX con respecto al papel de la mujer como escritora, como intelectual y como ciudadana a partir del análisis de sus obras de ficción y de documentos de gran interés ontológico, como los epistolarios, las revistas y los periódicos. Las escritoras representadas en estos estudios declaran, muchas de ellas explícitamente en su obra, y ciertamente en documentos privados, su voluntad de pertenecer a la intelligentsia, al devenir cultural, político e intelectual de sus respectivos países. Hay en ellas una firme creencia en la capacidad intelectual de la mujer y una aguda conciencia de la marginalización bochornosa a la cual es sometida.

Eduarda García de Mansilla, Juana Manso, Mercedes Cabello de Carbonera, Clorinda Matto de Turner, Mercedes Merlin, Teresa González de Fanning, Rosa Guerra, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Soledad Acosta de Samper, Adela Zamudio, Adriana González Prada, y Carmen Arriagada, problematizan la situación de la mujer en la sociedad desde la escritura y llevan lo personal al nivel público subjetivizando el ente femenino y su experiencia para controlar, y en ocasiones, sólo textualmente, su destino. Desde esta perspectiva, se pueden inferir nuevas pautas a partir de estos textos para estudiar la literatura femenina decimonónica que tracen sendas y re-conceptualicen el legado de estas pioneras de la pluma mediante un renovado diálogo con estos textos, algunos de ellos recobrados u olvidados, como aquéllos abordados en los ensayos de Luisa Ballesteros-Rosas, Mary Berg, María Elva Echenique, Claire Emilie Martin, Adriana Méndez Rodenas, y Ana Peluffo.

En esta colección de quince ensayos inéditos se ofrecen diversos enfoques teóricos a partir de varios núcleos temáticos y discursivos. La primera parte, “La intelectual(idad) decimonónica: viajeras y maestras”, explora en los ensayos sobre Clorinda Matto de Turner, Eduarda Mansilla y Juana Paula Manso, el libro de viaje y la epístola como espacios discursivos que permiten a la intelectual decimonónica anclar una plataforma educacional, política y cultural para la nación y asentar una red de alianzas entre las nuevas repúblicas y los países modelos. Estas alianzas no están exentas de (auto)críticas y objeciones de parte de las escritoras-viajeras, o, en el caso de Manso, la remitente epistolar. La visión de éstas se halla tamizada por la experiencia genérica, por el distanciamiento obligatorio de las esferas de poder y por su manera de llegar por otras vías al conocimiento.

La segunda parte, titulada “Espacios discursivos (decimonónicos) frente a la reconstrucción nacional”, discurre sobre la incursión de la mujer en el ámbito de la política, en el discurso bélico, a través de la formación de un imaginario nacional presente en la narrativa de las escritoras peruanas y argentinas, y en el naciente periodismo femenino argentino. Eduarda Mansilla, Teresa González de Fanning, Mercedes Cabello de Carbonera, y las voces periodísticas de Petrona Rosende de Serra, Rosa Guerra y Juana Manso llevan su visión de la república a la esfera pública en busca de diálogo, de aceptación, en busca de espacios donde ubicar sus ideas.

La tercera parte, “Cuestiones de género: redes, alianzas y tensiones en la escritura femenina del xix”, genera un cuestionamiento de las lecturas tradicionales de un texto clave de la literatura de la época, Sab, de Gertudis Gómez de Avellaneda. Desde la postura crítica de los estudios poscoloniales y la crítica queer, el texto nos revela una fisonomía diversa y polémica. Los dos ensayos siguientes generan “cartografías” y “fluctuaciones” a partir del cuerpo de la escritora que se construye a sí misma en la (auto)biografía en homenaje al esposo fallecido en Adriana González Prada, y en la correspondencia al amado distante, en Carmen Arriagada. La construcción de la subjetividad genérica en estas obras constituye su cualidad más descollante y desgarradora, pues la construcción lleva en sí la semilla de la destrucción y la negación del ser ante la oposición feroz e implacable de una sociedad altamente normativa.

Finalmente, la cuarta parte, “Nuevas apreciaciones críticas y la escritura del XIX” introduce cinco estudios de corte sumamente diverso cuya finalidad consiste en ampliar la audiencia para estas escritoras y obras o presentar un acercamiento novel. Aves sin nido, ha sido sin lugar a dudas, estudiada a fondo por la crítica; no obstante, se nos revela las inusitadas variantes lingüísticas, culturales, e ideológicas entre las tres traducciones al inglés de la novela de Matto de Turner, y la compleja red teórica que se esconde detrás del acto de la traducción. La primera novela de Cabello de Carbonera, Los amores de Hortensia, apenas citada por algunos, ignorada por otros tantos, es estudiada en dos de los ensayos de esta colección. Aquí, se desentraña la teoría feminista en ciernes que despliega el personaje de Hortensia y se encuentra la simiente en la ensayística de Cabello de Carbonera. A partir de un nimio episodio de la infancia de la Condesa de Merlin enterrado en la biografía que ésta escribió sobre la cantante franco-española Maria Malibran, Les loisirs d’une femme du monde, descubrimos “L’évasion”, un micro-relato que se une a los demás textos merlineanos sobre la esclavitud y el abuso de poder. La reacción de la academia y los centros de poder con respecto al papel de la mujer intelectual en Colombia y en Bolivia es expuesta en toda su virulenta hostilidad en los ensayos sobre Soledad Acosta de Samper y Adela Zamudio, escritoras marginadas en su tierra a pesar de una prolífica y notable producción artística e intelectual.

Obras tan diversas han requerido acercamientos teóricos que se ajusten a esa misma pluralidad. De allí que sean de gran utilidad las teorías de viaje, el historicismo, la teoría de la subalternidad, los estudios poscoloniales, la teoría queer, la semiótica, las teorías de la traducción y, sobre todo, las nuevas posturas del feminismo tercermundista.

Mary Berg examina la obra póstuma de Clorinda Matto de Turner en “Viaje de recreo (1909) de Clorinda Matto de Turner: revaluación crítica de la relevancia de la cultura europea para América”, y otorga a la crítica contemporánea no sólo un texto poco explorado de la literatura decimonónica latinoamericana sino, también, un acercamiento particular hacia la escritora peruana. Berg explora la labor de Matto de Turner en Viaje de recreo como antropóloga y examinadora del viejo continente. La escritora viaja a Inglaterra, Francia, Suiza, Italia y Alemania bajo el auspicio del Consejo de Educación de Buenos Aires, con el propósito de investigar la educación de la mujer en Europa. Si bien la finalidad de su viaje es examinar la educación y cómo ésta puede servir como modelo para los países americanos, la autora se enfoca en los valores culturales y las características nacionales de cada país que visita y manifiesta a través de sus narraciones: rememorativas, comparativas, ideológicas, filosóficas y reflexivas lo que ve y experimenta. Como bien afirma Berg en este estudio, Viaje de recreo “cruza todas las fronteras de definición de lo que constituye un relato de viaje, o literatura de viaje, todas esas fronteras entre observación e imaginación”, pero, además, es también un relato autobiográfico, constituido por comentarios personales y reacciones emocionales (p. 32). Matto de Turner, en Viaje de recreo, rehúsa seguir una sola línea narrativa. Mary Berg revive las experiencias de la escritora exiliada en Argentina para desentrañar un texto híbrido y darnos a conocer la obra póstuma de la intelectual peruana, fiel a su tarea de escritora y educadora.

Apoyándose en la conceptualización teórica sobre la viajera hispanoamericana de Mary Louise Pratt, J. P. Spicer-Escalante propone una relectura del libro de viaje de Eduarda Mansilla en su ensayo, “Time is money”: La literatura de viaje, la mujer moderna, y el contra-canon en Recuerdos de viaje (1882) de Eduarda Mansilla”. Para el crítico, la obra de Pratt es fundamental para llevar a cabo su función analítica de Recuerdos de viaje, pues provee el basamento teórico para pensar esa “intersección entre la representación de la otredad y la ideología en los textos de viaje” (p. 54). El texto narra el viaje de Mansilla a EE.UU. en 1861-1862 durante la presidencia de Abraham Lincoln y a las puertas de la guerra civil americana. Si bien, advierte Spicer-Escalante, la crítica ha sido despiadada con la obra tildándola de “guía turística” de una burguesa afrancesada, él encuentra en esta obra valores basados en sus cualidades anticanónicas que transforman al texto “en un proyecto contestatario y contradiscursivo”. Spicer-Escalante elabora la idea de la feminotopía en relación con la condición de la mujer estadounidense en contraposición a sus puntos de referencia: la mujer francesa y, sobre todo, la argentina. Las jóvenes estadounidenses y su modernidad adquieren visos de modelo para la nueva mujer argentina republicana, modelo que va más allá de las curiosidades culturales y diferencias sociales para abarcar el ámbito de la economía y de la política.

La correspondencia entre Mary Tyler Peabody Mann y Juana Paula Manso constituye la base del estudio de Claire Emilie Martin, “ ‘My Dear Mrs. Mann’: las cartas de Juana Paula Manso a Mary Tyler Peabody Mann y la educación de la mujer en América”. Las cartas, contenidas entre los setenta y cinco documentos que forman los llamados “Mary Tyler Peabody Mann Papers, 1863-1876” constituyen, según Martin, “una interesante perspectiva desde la cual reconstruir parcialmente retazos de vida de estas dos educadoras que trabajaron a la par de dos hombres con quienes compartieron un objetivo común: la educación nacional como arma social y política, y como vehículo democratizador y normalizador o regulador genérico” (p. 73). La sombra de Horace Mann y la figura monumental de D. F. Sarmiento, amigo y corresponsal de ambas mujeres, se imponen a través de las siete cartas estudiadas en este ensayo. Juana Manso, confía a su amiga estadounidense su íntima decepción con la situación del país y sus líderes, incluyendo al propio Sarmiento: “La vena crítica de neto corte pesimista que se desarrolla en este epistolario por parte de Manso tiene su origen en el ambicioso proyecto sarmientino, mencionado más arriba, impuesto por la colosal voluntad del sanjuanino y las consecuencias, en un principio calamitosas, del plan de exportar jóvenes maestras” (p. 74). Por otra parte, Manso se encuentra en lucha constante con los elementos más recalcitrantes de la sociedad porteña, que rechazan sus intentos de reforma, obstaculizan sus mejoras y desvalorizan su actuación profesional autorizada por el presidente de la República, incapaz de protegerla de los ataques y violencias contra su persona. A pesar de todas estas ignominias, Juana Manso se revela en su epistolario como una mujer justa, generosa y valiente que nunca pierde las esperanzas de viajar al país modelo y visitar a sus queridas hermanas Peabody, para introducir mejoras y reformas educacionales en su país.

El ensayo de María Cristina Arambel-Guiñazú, “Re-presentar la nación: Pablo, ou la vie dans les pampas de Eduarda Mansilla”, explora un texto escrito en francés para un público europeo y cuya intencionalidad múltiple se enfoca, sin embargo, en la errónea visión del país que en Francia prevalece. Situada entre dos textos canónicos de la literatura argentina, Facundo (1845) y Martín Fierro (1872), la novela de Mansilla “consiste en aclarar la situación que se vive en la pampa argentina después de la caída de Rosas en 1852 y con ello, mitigar la validez de los ataques de sus adversarios unitarios” (p. 92). Al mismo tiempo, Eduarda Mansilla, como intelectual conocedora de la función esencial de la literatura en el proyecto fundacional de la nación, reconoce la importancia dual de su papel de novelista y a la vez divulgadora de la historia nacional y promotora de un plan político. Por eso, con este libro, inserta su voz correctora en los discursos promovedores de la inmigración a su país. La postura crítica como resultado del distanciamiento tanto geográfico como cultural e idiomático, le permite acercarse a su sujeto desde una penetrante perspectiva dual, mediatizada por sus vivencias de criolla afrancesada y viajera asidua. Pablo, afirma Guiñazú, intenta “hacer familiar” la vida del “otro” a un público europeo, y examinar “las nociones de civilización y barbarie para de-construirlas y cuestionar las prácticas políticas puestas en vigencia en Argentina, a partir de la batalla de Caseros” (p. 99). Al mismo tiempo, Mansilla incorpora en la pampa el elemento femenino ausente en las obras canónicas, desbordando los patrones del género y reformulando la idea de nación para admitir en ella otros personajes bajo una visión utópica de la realidad argentina frente a una lectoría europea.

Mónica Cárdenas Moreno explora las incidencias culturales y estéticas que produjo la Guerra del Pacífico, para lo cual centra su enfoque en las formas de representación ficcional que acarreó dicho conflicto. “Escritura femenina y discurso bélico en el Perú decimonónico. De héroes y heroínas en la obra de Teresa González de Fanning y Mercedes Cabello de Carbonera” muestra las dos posiciones tras la derrota peruana: “la revanchista, que alienta el desarrollo del país con el objetivo de recuperar el territorio perdido, y la que defiende la idea de modernidad y progreso sólo en un contexto de paz” (p. 112). Cárdenas, en un primer nivel, establece una comparación entre el discurso “Grau” de Manuel González Prada con el artículo “Un pensamiento de Grau” de Mercedes Cabello de Carbonera, basándose en la noción que ambos intelectuales tienen sobre el héroe histórico en sus respectivos discursos. En el artículo de González Prada, el héroe es capaz de grandes acciones tanto en la esfera pública como privada: “Su abnegación redime a la nación de sus culpas, es el germen del bien debajo de las capas de corrupción moral que se han acumulado durante años de ignorancia. Son necesarios estos héroes para enseñar, esclarecer y liberar, y para transformar a las masas en ciudadanos” (p. 115). Por su parte, Cabello ve a Grau más como un ideólogo que como un almirante o padre de familia, cuyo pensamiento se resume en “el ideal de la unidad y el progreso de la América hispana unida” (p. 117). En un segundo nivel, Cárdenas ahonda en otras formas de representación del conflicto, centrándose en la figura de la “heroína”. Para ello, se vale de una segunda comparación: la primera novela de Cabello Los amores de Hortensia y el relato “Dios y la patria”, de Teresa González de Fanning. El ensayo de Fanning reproduce los personajes tipo de “la mujer religiosa, débil y caritativa y del hombre heroico y valiente, mientras que Cabello, aunque en su primera novela, arriesga en la tragedia final una intención de denuncia” (p. 113). Desde una postura históri-co-filosófica, Cárdenas se vale del análisis de la ficción para mostrar el discurso ético de cada autor dentro del contexto de la Reconstrucción Nacional. Discursos como el de Cabello y Fanning validan el aporte de la escritora decimonónica latinoamericana al género discursivo “de la literatura de posguerra”.

La labor periodística de Petrona Rosende de Sierra se extiende hasta mediados de siglo con la publicación de La Camelia (1852) y La Educación (1852), periódicos editados por Rosa Guerra, y Álbum de Señoritas (1854), semanario dirigido por Juana Manso. Vanesa Landrus, mediante un análisis meticuloso de los periódicos decimonónicos bonaerenses, La Aljaba y los arriba mencionados reexamina, en “Alteridad, ciudadanía y política nacional en el periodismo femenino argentino”, la producción periodística de la escritora argentina y revalida su aporte basándose en las posturas ideológicas de éstas sobre el rol de la mujer y su participación en el proceso de transformación nacional. El artículo explora la “evolución de la retórica femenina marginal en los debates nacionalistas en torno a las representaciones de feminidad de la época” en contraposición a la “disyuntiva de la emancipación social y cultural de la mujer argentina” (p. 130). Asimismo, retoma el tema de la opresión genérica perpetrada en la institución matrimonial y judicial, que se extiende a los círculos políticos y educacionales. En La Camelia, Rosa Guerra “presenta diversas reescrituras del Génesis que apuntan a establecer la equidad e igualdad de los sexos y defiende el postulado de que la mujer, al igual que el hombre, fue creada a imagen y semejanza de Dios, por lo que su formación, evolución física y desarrollo espiritual comparten el mismo nivel de perfección” (p. 133). Por otra parte, en Álbum de Señoritas, Juana Manso “resalta las consecuencias altamente desmoralizantes del riguroso sistema de dominio femenino” y arguye que “el comportamiento deshonesto que manifestaban ciertas mujeres era el resultado directo de su opresión y de su falta de oportunidades” (p. 134). Rosa Guerra, en La Educación, rechaza fervorosamente la incompatibilidad entre la formación educativa y las funciones familiares de la mujer. Proclama la “educabilidad” de la mujer y el valor latente de su función educadora dentro de la sociedad. Landrus recobra discursivamente los pasos de aquellas “voces periféricas de las periodistas, quienes, aunque olvidadas por la crítica moderna, invadieron los círculos de poder decimonónicos” y “cuyos ensayos periodísticos constituyen un componente crucial para entender la dinámica discursiva femenina y su contundente aporte a los programas de formación y consolidación nacional” (p. 143).

Ruth Brown, en “Tensiones heterogéneas: una redefinición de lo subalterno en Sab y Aves sin nido”, se vale de estas novelas, clasificadas tradicionalmente por la crítica como “los primeros ejemplos de la escritura abolicionista, en el caso de Sab, e indigenista, en el caso de Aves sin nido”, para mostrar cómo, “al equiparar la condición social de las mujeres criollas a la de los esclavos e indígenas, estas novelas ofrecen una visión compleja de la subalternidad en su época” (p. 149). Brown reexamina la definición de lo “subalterno” y analiza el conflicto entre subalternos y la élite masculina de la clase criolla. Para interpretar estos conflictos se vale de los postulados de Antonio Cornejo Polar sobre literatura y textos heterogéneos y los analiza basándose en las varias capas de heterogeneidad literaria en las que se manifiesta el conflicto subalterno/criollo, como son: la incongruencia entre el orden sociocultural en que fueron producidos los textos, el uso de narradores extradiegéticos en ambas novelas y en cómo los personajes pertenecientes a la élite criolla actúan como defensores de las minorías raciales subalternas. Desde una postura historicista y feminista, Brown cuestiona el concepto de la pirámide social en el período decimonónico latinoamericano e invita a la crítica a revalorizar la función de los personajes marginados, quienes desde esa esfera utilizaron sus voces para denunciar la injusticia y abogar por cambios en el orden social tradicional.

Betsy Dahms postula una lectura novedosa de la novela Sab de Gertrudis Gómez de Avellaneda en su ensayo “ ‘Es mucho hombre esta mujer’: una lectura queer de Teresa en Sab”. Haciendo uso de la teoría queer y basándose en los estudios de Nikki Sullivan, Dahms los aplica para exponer la crítica que Avellaneda hace a la “heterosexualidad obligatoria” de su época; su reflexión acerca de la amistad entre mujeres, y sobre el amor homosexual como un amor imposible para el alma romántica (p. 166) cubana del XIX; específicamente, expone su crítica a la insuficiencia de las etiquetas impuestas socialmente en la complejidad de su ambiguo personaje, Teresa. Para explorar la relación entre Teresa y Carlota, Dahms se vale de las teorías de Adrienne Rich, quien documenta la frecuencia e intensidad de la amistad femenina durante el siglo XIX. La crítica ha destacado la existencia ya de tres triángulos en la novela, y Dahms utiliza el explorado por Susan Kirkpatrick como base de su interpretación. Este triángulo “poco convencional” une a Carlota, Teresa y Sab a partir de cualidades (comparten un alma romántica), de carencias (la falta de poder de todos los personajes dentro de la jerarquía colonial cubana y, en particular, la sacarocracia), y de un objeto de deseo, Carlota. Dahms explora cómo Gertrudis Gómez de Avellaneda rehusó restringirse a los estrictos roles de género de su tiempo a través de la representación de personajes femeninos no normativos y, asimismo, la redime como una autora que supo plasmar a través de sus personajes los conflictos genéricos, las disyuntivas culturales y las problemáticas raciales mediante el ejercicio riguroso de su arte.

Ana Peluffo, en “Cartografías de la intimidad en Mi Manuel de Adriana González Prada” explora la obra que Adriana Verneuil de González Prada publicara como póstumo homenaje a su marido en 1947. Peluffo afirma que “la hibridación narrativa [en el texto de Verneuil] queda resaltada a partir de la oscilación de pronombres gramaticales asociados con la autobiografía (yo), el libro de recuerdos (nosotros) y la biografía (él), respectivamente” (p. 186). Ésta, como sujeto femenino, legitima su intervención cultural a partir de su rol doméstico de esposa republicana. Escribe para su hijo editor y para un lector instalado en la posteridad histórica. Peluffo examina cada una de las estrategias autoriales de su autora con ejemplos textuales precisos. Así, por ejemplo, estudia cómo la autora para diferenciarse de la competencia de otras versiones biográficas escritas sobre su marido se vale del uso de la prosopopeya, esa figura retórica que, según Paul de Man, está en el centro de la narración autobiográfica y que le permite darle voz a un yo vaciado de contenido que carece de identidad fuera del relato. En otro plano de la narración, Peluffo establece “un diálogo desde el campo de la literatura de viajes” entre Mi Manuel y Peregrinaciones de una paria (1838) de Flora Tristán, “un libro que comparte con las memorias de Adriana González Prada el imaginario transatlántico y europeizante desde el que se ficcionaliza la peruanidad” (p. 187). Peluffo se detiene más tarde en el conflictivo batallar de ese nosotros colectivo (el de Adriana y su esposo), el cual se cubre de una superficial armonía, pero no logra del todo esconder el conflicto entre el catolicismo de la autora/yo narrativo y el empedernido anticlericalismo de Manuel González Prada. Ana Peluffo redescubre la existencia y el arte de Adriana Verneuil de González Prada para distinguirla como mujer y escritora, y no sólo reconocerla como la esposa de Manuel González Prada, el famoso iconoclasta peruano, o como la madre de Alfredo González Prada y Verneuil, escritor, periodista y diplomático peruano.

En su ensayo “Fluctuaciones corporales en las cartas de Carmen Arriagada”, Jorge Sánchez ubica dentro de la teoría de la modernidad las cartas de Arriagada a Mauricio Rugendas que Óscar Pinochet de la Barra edita y publica en 1990: Cartas de una mujer apasionada. A partir de esa publicación, Carmen Arriagada se convierte en foco de atención crítica elogiada por su vena intelectual y por su carácter pionero. Sánchez propone una lectura que cuestiona y se interroga sobre la construcción del cuerpo del yo narrativo en las epístolas de Arriagada, y agrega: “Sostengo que la sujeto construye su cuerpo en relación a los discursos modernos masculinos de su época: medicina positivista e ideas románticas. Así, dichos enunciados evidencian fluctuaciones referidas a la concepción que tiene de su cuerpo, las que van desde una aceptación del orden masculino, a una escritura ajena a la lógica de dichos discursos” (pp. 210-211). Mediante una exhaustiva exploración del cuerpo como metáfora a través de las epístolas dirigidas a Rugendas, Sánchez revela la inscripción de ese cuerpo, “espacio significante, en donde recaen los diversos saberes y resistencias posibles de una sujeto frente a la cultura hegemónica”, en una secuencia de relaciones de poder y conocimiento: con la ciencia moderna y positivista, se lo requiere limpio y ordenado; ante el romanticismo el cuerpo es patologizado, abúlico y deseante, disconforme con la sociedad y su situación en ella. La carta y el libro se convierten en la única droga que procura alivio a su condición, y actúan metonímicamente como el cuerpo del amado. La rebeldía de Arriagada es sólo textual, advierte Sánchez, no obstante, estremece por su conmovedora lucidez en tanto que prisionera de su circunstancia.

Fanny Arango-Keeth explora la intencionalidad del traductor y sus consecuencias en Aves sin nido de Clorinda Matto de Turner, en “La posicionalidad del traductor en tres versiones al inglés de la novela Aves sin nido de Clorinda Matto de Turner”. A partir de tres traducciones inglesas publicadas en 1904, 1996 y 1998 por J. G. H. Hudson, Naomi Lindstrom y John H. R. Polt, Arango-Keeth argumenta que el “ejercicio de posicionalidad del sujeto traductor es intencional y que se produce antes, durante y después del acto traductor en sí” (p. 228). Basándose en las teorías sobre la traducción de Lawrence Venuti, Gayatri Spivak y Tejaswini Niranjana, entre otros, en los postulados semióticos de A. J. Greimas y la crítica poscolonial, Arango-Keeth se propone desentrañar “el discurso teórico explícito o implícito sobre la traducción y las decisiones de los traductores, observables en sus versiones” utilizando “tres conceptos operacionales: el ‘saber traductor’, el ‘hacer-traductor’ y el ‘saber-hacer traductor’ ” (p. 232) para su fin. La eliminación parcial o total de los intertextos presentes en el original: el Proemio y el glosario bilingüe, la reordenación de capítulos y la supresión de algunos pasajes, denuncian una clara motivación religiosa, política e ideológica. Es más, las traducciones en sí responden a intencionalidades ancladas en la posicionalidad del traductor. En Hudson, arguye Arango-Keeth, el objetivo es una feroz crítica del clero y su traducción responde a un carácter correctivo ya establecido desde el título mismo, Birds Without a Nest. A Story of Indian Life and Priestly Oppression in Peru. En las dos traducciones de Lindstrom y Polt “el objetivo de traducción se concentra en torno a tres ejes: la presentación de la diferencia cultural, el enmarcamiento del género y la documentación socio-histórica que se desprende de la novela” (p. 232). Dichos ejes motores corresponden a la posición de los traductores dentro del ambiente académico estadounidense y latinoamericano de fines de siglo xx. La inserción del texto decimonónico de Matto de Turner en el canon literario se contextualiza genérica y culturalmente enmarcado en su quehacer histórico, y señala, según Arango-Keeth, su filiación precursora con la literatura femenina e indigenista del siglo xx. Un detallado y esclarecedor cotejo visual de varios pasajes del texto en las tres traducciones ilustra de manera lúcida las fuerzas ideológicas que motivaron las traducciones. Arango-Keeth concluye su ensayo con un llamado a la postura ética del traductor: “si los textos literarios se constituyen en discursos de resistencia y en recintos de la memoria histórica y social de los pueblos, una actitud ética por parte del traductor será ejercer un control consciente sobre su posicionalidad cuando enfrenta la traducción de un texto, reduciendo de este modo sus prejuicios y/o su desconocimiento de la realidad cultural representada en la obra” (pp. 245-246). Es decir, el traductor debe ubicarse dentro del proceso textual mismo de la traducción, ser consciente de la inestabilidad del significado textual cultural y la imposibilidad de controlar o conocer completamente esa posicionalidad de donde emanará el nuevo texto.

María Nelly Goswitz examina desde el lente del feminismo tercermundista la primera novela de la escritora peruana Mercedes Cabello de Carbonera en “Del XXI al XIX: descodificando el trazo femenino en la novela Los amores de Hortensia”. A través del análisis de los géneros discursivos y de las estrategias específicas utilizadas por Cabello en la novela, Goswitz muestra cómo la autora peruana les otorga voz a sus personajes femeninos (Margarita y Hortensia) para cuestionar la institución matrimonial. Al insertar las cartas en la novela, Cabello “consolida a través de éstas una identidad femenina que muestra el devenir de la escritura femenina decimonónica en todas sus complejidades” (p. 250). Apoyándose en el análisis del texto decimonónico de Cabello de Carbonera, Goswitz postula que “el ideario femenino del XIX que se forjó en Latinoamérica —y en el Perú en particular—, ofrece a la crítica feminista contemporánea textos sobre los que se pueden articular análisis sistemáticos que no sólo permitan llenar vacíos literarios de períodos generacionales que esta crítica todavía no ha abordado, sino que también contribuyan a proyectar teorías basadas en la reexaminación de este corpus” (p. 254). Goswitz reconceptualiza la producción narrativa de Cabello con el fin de desentrañar la postura filosófica y teórica de esta intelectual decimonónica, y con el propósito de aportar a la consolidación de una teoría feminista tercermundista que reclama presencia dentro del feminismo internacional.

Adriana Méndez Rodenas, en su ensayo sobre las memorias de la franco-cubana Mercedes Merlin, “El archivo perdido: las memorias de Mercedes Merlin y el arte de la fuga”, hace uso de la genealogía del concepto de lejanía acoplado a la insularidad cubana que llevó a tantos escritores a reinventar la isla con la pluma desde el exilio. Evoca Méndez Rodenas a Gertrudis Gómez de Avellaneda y su célebre “Al partir” para introducir otra figura destacada de la época que vivió entre dos mundos, dos idiomas, dos culturas. Mes douze premières années (1831) autobiografía limitada a la infancia de la condesa de Merlin, y una viñeta autobiográfica titulada “L’évasion” en Les loisirs d’une femme du monde, biografía de la cantante Maria Malibran publicada en 1838, constituyen los dos textos que entran en diálogo a lo largo de la reconstrucción literaria de un episodio clave de la infancia de la escritora. El movimiento de fuga que anticipará el constante movimiento de vaivén característico de la obra y la vida de Merlin, es explorado por Méndez Rodenas en sus facetas autobiográficas, literarias y proto-nacionales en toda su riqueza y complejidad narrativas. La estudiosa se propone leer los textos autobiográficos desde la compleja red de exigencias y contradicciones de la sociedad esclavista y su impacto sobre la “consciencia femenina en formación”, pues son estos momentos privilegiados los que conducen al impulso de la fuga y donde se percibe, diáfano aunque fugaz, el principio de autoconocimiento y auto-realización. En esta breve narrativa surge inconfundible también el tema de la libertad, de la esclavitud y del abuso de poder, temas recurrentes en la obra merlineana. Méndez Rodenas concluye: “la narradora de ‘L’évasion’ dirige sus energías a zafarse de un entorno familiar opresivo, cuya violencia está íntimamente ligada al contexto social de la esclavitud” (p. 285).

En su ensayo sobre la escritora colombiana Soledad Acosta de Samper (Bogotá, 1833-1913), “Soledad Acosta de Samper y el papel de la mujer intelectual colombiana en la historia literaria y sociopolítica del siglo xix”, Luisa Ballesteros Rosas redescubre la riqueza intelectual de una escritora poco leída y estudiada a pesar de haber publicado prolíficamente en múltiples campos y géneros desde el periodismo pasando por la novelística, “estudios sociológicos, biografías, cartas, crónicas y libros de historia”. Soledad Acosta demuestra pertenecer a una corriente americanista emuladora de lo europeo y preocupada por la historia nacional, según Ballesteros Rosas: “De carácter costumbrista, su narrativa está relacionada sobre todo con la historia de Colombia, poblada de conquistadores, piratas, héroes de la Independencia y personajes contemporáneos relacionados con la autora. Las temáticas que nutren su ficción están engarzadas en las inquietudes de su época: la historia, la condición femenina, y la nación y su identidad” (p. 290). Ballesteros Rosas rescata del olvido sus novelas influidas por el romanticismo y el realismo franceses: Teresa la limeña (1868) y Dolores (1869); la novela El esclavo de Juan Fernández, escrita en francés como el Pablo de su contemporánea Eduarda Mansilla; las novelas de tema independentista, la novela de carácter histórico, novela de costumbres, a modo de los Episodios Nacionales de Pérez Galdós, y el libro de crónicas histórico-novelescas Los piratas de Cartagena (1886). Como sus congéneres escritoras, Acosta de Samper, le dedica al género epistolar un lugar dentro de su producción. En su revista El Domingo de la Familia Cristiana (1889-1890), publica cartas de carácter didáctico, entre las que se hallan “Cartas a una recién casada” y “Cartas a una madre”. Estas misivas a un público exclusivamente femenino encierran consejos sobre la higiene y la salud, la defensa de los derechos de la mujer y las realidades concretas de la institución del matrimonio. En el ámbito de los derechos femeninos, se conocen sus “traducciones al español de A Woman’s Thoughts about Women (1858) de la novelista inglesa Dinah Mulock Craik y Le travail des femmes au XIXe siècle (1873) del pensador francés Paul Leroy-Beaulieu”. La autora colombiana, concluye Ballesteros Rosas, “forma parte, a su manera, de los movimientos dialécticos y políticos de su época, en términos nacionales y latinoamericanos de sus contemporáneos, dentro de las circunstancias de la evolución histórica propiamente colombiana”. Desde su juvenil Diario redactado bajo la influencia del romanticismo, pasando por los relatos históricos, la defensa de la condición de la mujer y la recuperación histórica de la memoria nacional, Acosta de Samper, nos recuerda Ballesteros Rosas, merece no sólo el rescate del olvido sino la pertenencia en el panteón de la intelectualidad colombiana.

María Elva Echenique, en “Adela Zamudio y la crítica literaria en Bolivia”, dedica su ensayo al rescate de la contribución de la escritora (1854-1928) a la crítica literaria de Bolivia. Mediante subterfugios, medias palabras y el doble filo de la ficción, Zamudio logra integrarse de soslayo, pero con vigor, en los debates literarios de su momento. Echenique hace una lectura a contrapelo de dos textos y la correspondencia personal de Zamudio para desarticular la imbricación crítica de la escritora boliviana en el discurso intelectual masculino. En la novela corta El capricho del canónigo, Zamudio crítica duramente la estética modernista mediante la ficcionalización de su propia crítica. Más tarde, en su correspondencia con los críticos literarios más influyentes del país luego de la publicación de Intimas (1913), la cual recibe una crítica negativa, la autora revela juicios sobre “el género novelístico y la producción de sus colegas masculinos” atacando de manera sagaz y defendiendo su quehacer intelectual. Echenique pone en evidencia a través de su análisis el aporte crítico de una escritora de envergadura que resiste la imposición de reglas y empuja para lograr paridad intelectual dentro de un sistema patriarcal rígido para detentar un merecido lugar como fundadora de las letras femeninas en Bolivia.

BIBLIOGRAFÍA

Crítica