El Escritor está bastante tentado de dejar de escribir.

El Escritor está mortalmente aburrido de inventar historias.

Lord Byron murió de fiebre reumática, o de tifus, o de uremia, o de malaria.

O lo mataron sin querer sus médicos, que le practicaban constantes sangrías.

Stephen Crane murió de tuberculosis en 1900. De habérsele concedido la duración promedio de la vida actual, habría vivido hasta bien entrada la Segunda Guerra Mundial.

Esta mañana caminé hasta el lugar donde los barrenderos tiran la basura. Dios mío, fue hermoso.

Dice una carta de Van Gogh.

Bertolt Brecht murió de un infarto. Aterrado por la idea de que lo enterraran vivo, había rogado que le atravesaran el corazón con un estilete una vez declarado legalmente muerto. Cosa que hizo un médico tratante.

Señor Coleridge, no llore. Si el opio realmente le hace bien, y debe consumirlo, ¿por qué no va y lo consigue?

Preguntó la madre de Wilkie Collins.

William Blake vivía y se vestía con una mugre inconcebible, y no se bañaba casi nunca.

La piel del señor Blake no mancha, aportó su esposa Catherine.

Cuando tenía la edad de ellos yo dibujaba como Rafael. Pero me llevó toda una vida aprender a dibujar así.

Dijo Picasso en una muestra de arte infantil.

Una novela sin ningún tipo de indicio de argumento, le gustaría idear al Escritor.

Y sin personajes. Ninguno.

El Globe Theatre se quemó por completo el 29 de junio de 1613. ¿Alguna obra nueva de Shakespeare, aún no publicada en cuartillas, se habrá quemado con él?

Albert Camus, en la única ocasión en que estuvo con William Faulkner:

El tipo no me dijo ni tres palabras.

Nietzsche murió después de una serie de infartos. Pero su enfermedad final, y su locura, fueron casi con seguridad consecuencia de la sífilis.

Una vez a W.H. Auden lo arrestaron por orinar en una plaza pública de Barcelona.

Una vez a Frans Hals lo arrestaron por golpear a su esposa.

Sin trama. Sin personajes.

Que sin embargo induzca al lector a seguir pasando las páginas.

No hubo heridos en el desastre del Globe Theatre. A un hombre se le prendieron fuego los bombachos, pero consta en registro que las llamas fueron aplacadas con una jarra de cerveza.

Cuando Dickens conmocionó a la Londres victoriana al separarse de su esposa, fue Thackeray quien deslizó que era a causa de una actriz. Dickens no le habló por años.

No lo digáis en Gat ni lo anunciéis en las calles de Ascalón.

George Santayana, leyendo Moby Dick:

Por más que me salteé mucho, quedé atorado en la mitad.

Tales de Mileto murió en su asiento mientras miraba una competencia atlética.

Pero yo conocí bien a ese monsieur Beyle, y nunca me convencerán de que un frívolo como él pudo haber escrito obras maestras.

Dijo Sainte-Beuve.

Sin acción, la quiere el Escritor.

Es decir, sin sucesión de eventos.

Es decir, sin que se indique el paso del tiempo.

Y que así y todo se llegue a algún lado.

El cuento de viejas, repetido por Sócrates, de que Tales estaba a menudo tan enfrascado en mirar las estrellas que una vez se cayó dentro de un pozo.

E incluso se rieron de él las lavanderas.

Jack Donne, solían llamar al joven John Donne.

Edipo se arranca los ojos, Yocasta se ahorca, ambos inocentes; la obra ha llegado a una armoniosa conclusión.

Escribió Schiller.

Verdi murió de un infarto.

Puccini murió de cáncer de garganta.

De hecho, con principio, medio y final.

Incluso con un dejo de tristeza en el final.

¿Qué porridge comía Keats?

Preguntó Browning.

¿Cuál es la utilidad de ser bueno con un pobre?

Preguntó Cicerón.

Bertrand Russell era tan inepto, físicamente, que nunca pudo aprender a prepararse un té.

Immanuel Kant no lograba afilar la pluma con un cortaplumas.

John Stuart Mill casi no sabía hacer un nudo simple.

La leyenda del siglo VI de que San Lucas era pintor.

E hizo un retrato de la Virgen María.

El violín de Tartini.

Que se hizo añicos en su estuche cuando él murió.

Con insistencia, Brahms usaba los pantalones demasiado cortos.

A veces incluso les metía tijera a las botamangas.

Una novela sin escenario.

Sin el así llamado mobiliario.

Ergo, finalmente, sin descripciones.

André Gide murió de una enfermedad de los pulmones.

Releyendo la Eneida en su lecho de muerte.

Fue mientras, como aprendices, hacían reproducciones de los frescos de Masaccio en la Santa María del Carmine cuando Miguel Ángel criticó los dibujos de Pietro Torrigiano:

Hueso y cartílago cayeron como galleta, le diría más tarde Torrigiano a Benvenuto Cellini.

Respecto de la nariz de Miguel Ángel.

El más grande genio de nuestro siglo, llamó Goethe a Byron.

El más grande genio de nuestro siglo, llamó Byron a Goethe.

Iván Turguénev, a los diecinueve, durante un incendio a bordo:

¡Sálvenme! ¡Soy el único hijo de mi madre!

Catulo, que amaba a una mujer a quien llamó Lesbia pero cuyo verdadero nombre puede haber sido Clodia.

Propercio, que amaba a una mujer a quien llamó Cintia pero cuyo verdadero nombre puede haber sido Hostia.

Ambos, hace dos mil años enteros.

Gustav Mahler murió de endocarditis.

Louis-Ferdinand Céline murió de un aneurisma cerebral.

Una novela sin motivaciones centrales predominantes, quiere el Escritor.

Por lo tanto, asimismo, sin conflictos y/o confrontaciones.

Rudolph Kreutzer nunca interpretó la sonata Kreutzer.

Una de las delicias ennoblecedoras del Paraíso, según lo prometió Tomás de Aquino: ver cómo allá abajo torturan y asan a los condenados.

La amistad entre Samuel Beckett y Alberto Giacometti.

Richard Strauss: ¿Por qué tienes que escribir así? Tienes talento.

Paul Hindemith: Herr Professor, usted hace su música y yo hago la mía.

Porto D’Ercole. Donde murió Caravaggio.

Muy probablemente de malaria.

En una taberna.

Georgia O’Keeffe murió ciega.

Vi una representación de Hamlet, Príncipe de Dinamarca, pero ahora las viejas obras comienzan a disgustar a esta era refinada.

Dice el Diario de John Evelyn en su entrada del 26 de noviembre de 1661.

Sin temas sociales, es decir sin retrato de la sociedad.

Sin descripción de las maneras y/o moral contemporáneas.

Categóricamente, sin política.

Vulgar y soso, dijo Ruskin de Rembrandt.

Hermano de Dostoievsky, lo llamó Malraux.

Cualquiera sea la razón, Jean Sibelius no escribió una nota en los últimos treinta años de su vida.

Kierkegaard murió de una infección pulmonar.

O de una enfermedad de la columna.

Presunción de Karl Barth:

Que aunque tal vez los ángeles solo toquen Bach cuando alaban a Dios, entre ellos tocan Mozart.

Teofrasto declaró que el sonido de la flauta podía curar la ciática.

Por no hablar de la epilepsia.

Alexander Pope murió de hidropesía.

John Milton murió de gota.

Teofrasto dijo que el sonido de la flauta hubiera curado eso también.

Nunca nadie pintó un trasero de mujer mejor que Boucher, dijo Renoir.

Una novela enteramente sin símbolos.

Roberto de Nápoles: Giotto, si fuera usted, con este calor dejaría de pintar por un rato.

Giotto: También yo, definitivamente; si fuera usted.

Matthew Arnold murió de un ataque al corazón mientras corría un tranvía en Liverpool.

Algunos hijos de Dickens:

Alfred Tennyson Dickens. Henry Fielding Dickens. Edward Bulwer-Lytton Dickens. Walter Landor Dickens. Sydney Smith Dickens.

Algunos hermanos de Walt Whitman:

George Washington Whitman. Andrew Jackson Whitman. Thomas Jefferson Whitman.

Isabel I, de visita en la Universidad de Cambridge, dio una conferencia en griego.

Y después conversó más informalmente con los alumnos en latín.

Thomas Mann murió de flebitis.

La probabilidad de que Anne Hathaway no supiera leer.

Anne Hathaway.

La tal vez menos que ociosa especulación de que Colón haya sido judío.

El espacio es azul y por él vuelan los pájaros.

Dijo Werner Heisenberg.

En definitiva, una obra de arte sin tema siquiera, quiere el Escritor.

No hay obra de arte sin tema, dijo Ortega.

Una novela cuenta una historia, dijo E.M. Forster.

Si eres capaz de hacerlo, no es alarde, dijo Dizzy Dean.

Jenócrates murió al tropezar con una olla de bronce en la oscuridad y romperse el cráneo.

Brunelleschi se hizo instalar un restaurante temporario con bodega en lo más alto de la catedral de Florencia mientras construía su gran cúpula; para que sus obreros no tuvieran que salvar toda esa distancia al ir a almorzar.

Máximo Gorki murió de tuberculosis.

¿O lo mandó matar Stalin?

Baudelaire murió tras quedar paralizado y privado del habla por la sífilis.

Estaba cansado y enfermo. Me quedé mirando el fiordo a través de la ventana. El sol se ponía. Las nubes estaban rojas. Como sangre. Sentí como si un grito atravesara la naturaleza.

Dijo Edvard Munch.

Solo puede haber sido pintado por un loco.

Dijo Munch del mismo lienzo.

Pico della Mirandola, sin siquiera treinta y uno, murió de una fiebre no identificada.

William Butler Yeats murió de insuficiencia cardíaca.

El día de su muerte fue un día oscuro y frío.

Leigh Hunt una vez vio a Charles Lamb besar el Homero de Chapman.

Henry Crabb Robinson una vez vio a Coleridge besar un Spinoza.

De hecho, era sabido que Lamb fingía sorprenderse de que la gente no diera las gracias antes de leer.

Horse Cave Creek, Ohio, donde nació Ambrose Bierce.

Giorgione probablemente murió de peste.

Ninon de Lenclos.

La solitaria, melancólica vida de Matthias Grünewald. ¿Era completamente cuerdo?

¿Lo es el Escritor, creyendo que puede llevar a cabo lo que tiene en mente?

¿Y previendo tener algún lector?

Hay una sola persona con derecho a criticarme, ¿entienden? Y es Picasso.

Dijo Matisse ya entrado en años.

Arthur Koestler era un extranjero enemigo en una celda de aislamiento de una prisión de Londres al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, cuando se publicó Oscuridad a mediodía.

El papa Joan, conocido también como Juan VII, 855-858.

Que murió cuando lo sorprendió el parto durante una procesión papal entre San Pedro y San Juan de Letrán.

No se menciona la escritura en la Ilíada. Cada uno de los mensajes es difundido oralmente.

Lo cual por cierto indica que ninguno de los guerreros griegos, durante diez años en Troya, ha mandado jamás una carta a su casa.

¿Es Juan 8:6-8 el único lugar del Nuevo Testamento donde se lo ve a Jesús escribiendo, aunque más no sea marcando la tierra con un dedo?

El Salon des Refusés.

Le Déjeuner sur l’Herbe.

Joseph Conrad murió de un ataque cardíaco.

¿El Escritor existe siquiera?

¿En un libro sin personajes?

–¿Y tú quién eres? –dijo él.

–No me confundas –dije yo.

Dice Tristram Shandy VII 33.

El odio al burgués es el comienzo de toda virtud, dijo Flaubert.

Di la verdad, pero dila sesgada –

Como una especie de mantra, a veces Kant recitaba una lista de gente que había vivido mucho, con la esperanza de igualarlos. Llegó a los ochenta.

La cara de Gluck estaba picada de viruela.

La cara de Haydn estaba picada de viruela.

La cara de Mozart estaba picada de viruela.

Ludwig Wittgenstein murió de cáncer de próstata.

Mi mente y mis dedos han trabajado como condenados. Homero, la Biblia, Platón, Locke, Lamartine, Chateaubriand, Beethoven, Bach, Hummel, Mozart y Weber me rodean. Los estudio, los devoro con furia.

Escribió Liszt a los veinte.

Obviamente el Escritor existe.

No como personaje sino como autor, aquí.

El Escritor está escribiendo, por el amor de Dios.

“Paisaje de la multitud que orina”, llamó Lorca a uno de sus poemas de Nueva York.

Las mujeres solteras no deberían bañarse, dijo San Jerónimo. Nunca. Y deberían adoptar la miseria más deliberada.

Para no fomentar la tentación en el mundo.

Safo era pequeña y morena.

Aunque Rafael la hace rubia y carnosa en su Parnaso del Vaticano.

Horacio era petiso y gordo.

Cosa que él mismo admitió en las Sátiras.

Sobre el llamado a la puerta en Macbeth.

Tardaron once días en encontrar el cuerpo de Paul Celan tras su caída del Puente Mirabeau.

Nelly Sachs murió el día de su funeral.

Solo cuando se representaba Eurípides iba Sócrates al teatro.

Rossini, sobre la Symphonie Fantastique:

Qué bueno que no sea música.

La granja Sabina.

¿Es decir que el Escritor puede tener jaquecas, entonces?

El Escritor puede tener jaquecas.

A menudo Walter Scott inventaba epígrafes para sus capítulos, fabulaciones que decían lo que necesitaba que se dijera, y después ponía Obra antigua o Anón. como la supuesta fuente.

Paul Robeson murió de neumonía e insuficiencia renal.

La Biblia del rey Jacobo, el Primer Folio; ambos durante Jacobo I.

Quien, por otra parte, no le pagó a Chapman el estipendio real por sus traducciones.

Según Plutarco, a César lo apuñalaron veintitrés veces cuando murió.

Dvořák, a Sibelius: He compuesto demasiado.

Brahms, a Dvořák: Es cierto que escribes un poco apresuradamente.

La sexta esposa de Norman Mailer tenía la misma edad que su hija mayor.

¡Oh, tiempo, fuerza, dinero y paciencia!

Sí que tiene jaquecas el Escritor.

De hecho, también Virgilio las tenía.

Y Wordsworth.

Robert Lowell entraba y salía reiteradamente de hospitales psiquiátricos.

Theodore Roethke entraba y salía reiteradamente de hospitales psiquiátricos.

Habiendo sido Roethke, al menos una vez, llevado con esposas.

Madame Butterfly se desarrolla en Nagasaki.

Y con tal avidez empujaban hacia el cuerpo, y tantos puñales se cruzaban, que se lastimaban entre ellos; Bruto, en particular, recibió una herida en la mano, y todos estaban manchados de sangre.

Anna Ajmátova murió tras una serie de ataques al corazón.

¿Una plegaria para decir antes de leer la Orestíada?

¿Antes de Kafka?

Wee Willie Keeler medía un metro sesenta y seis.

Balzac medía uno cincuenta y ocho.

Schubert medía uno cincuenta y seis.

Keats medía menos de uno cincuenta y cinco.

Una hiena que escribe poesía sobre las tumbas, llamó Nietzsche a Dante.

Las exactas palabras de Martín Lutero en referencia al origen, en el Monasterio de Wittenberg, de los principios centrales de la Reforma protestante:

Este conocimiento que el Espíritu Santo me concedió en el excusado de la torre.

Anne Bradstreet murió de lo que entonces se denominaba tisis.

Sabrina bella:

Escucha desde donde estás sentada

Debajo de la fresca ola cristalina.

Domenico Scarlatti era conocido por persignarse con veneración cuando hablaba sobre el talento de Handel en el órgano.

Este es un retrato de Iris Clert si yo lo digo.

Dijo Robert Rauschenberg en un telegrama a una galería de arte de París.

Piero di Cosimo fue hallado muerto al pie de unas escaleras.

Hagia Sophia.

Una mujer llamada Mrs. Simon:

Que vio a un anciano en un tren sacar la cabeza por la ventanilla durante una implacable tormenta de noviembre y dejarla allí fuera diez minutos completos.

Y un año más tarde en la Royal Academy se topó con Lluvia, vapor y velocidad de Turner en exhibición.

Chi son? Chi son? Son un poeta.

Che cosa faccio? Scrivo.

Lavoisier fue guillotinado durante el Régimen del Terror.

De la sagrada curiosidad de la investigación, hablaba Einstein.

Paul Gauguin murió aparentemente de un ataque al corazón.

Os lo ruego; dadme permiso para salir de aquí;

no me siento bien: enviad el acta a casa

y la firmaré.

Cuando vi una puesta de esta obra en Drury Lane, una hermosa y pálida dama inglesa estaba de pie, detrás de mí, en el palco; lloró profusamente al final del cuarto acto y no dejaba de gritar: ¡Están perjudicando al pobre hombre!

Escribió Heinrich Heine.

La suposición de que Shylock es el mercader a quien se refiere el título.

James Joyce e Isaac Babel una vez fueron invitados a la misma cena.

E come vivo? Vivo.

Esto es una novela si el Escritor o Robert Rauschenberg lo dicen.

Golder’s Green, donde enterraron las cenizas de Sigmund Freud.

En el cementerio judío donde también está enterrada Conchita Supervía.

Antes de que los normandos trajeran despair, la palabra anglosajona era wanhope.

Una vez Edmund Wilson le dio un puñetazo en la cara a Mary McCarthy.

Los frecuentes ciervos y venados en Lucas Cranach. Los perros ladraban cuando los veían, dijo alguien.

Como se decía que los pájaros que entraban en la catedral de Sevilla picoteaban la fruta en el San Antonio de Padua de Murillo.

U otros pájaros en una historia idéntica sobre unas uvas en un panel de Zeuxis dos milenios antes.

Más grande que cualquiera de nosotros, llamó Yeats a Rabindranath Tagore.