Antes de todo, quiero agradecer a Odile Jacob por haber aceptado este proyecto. También quiero expresar mi sincera gratitud a Marie-Lorraine Colas por su valiosa contribución a la coherencia de toda la obra. Espero poder trabajar de nuevo con ella. Quiero agradecer especialmente a Jeanne Pérou, sobre todo, pero no solo, por su ayuda en el diseño y la distribución de las ilustraciones, y, por supuesto, a todos los que han colaborado en la concepción y publicación del libro.
No puedo dejar de dar mi más tierno y afectuoso agradecimiento al profesor Yves Coppens, a quien debo no solo su generoso prefacio, sino su constante apoyo, tan determinante para mi vocación.
Mi agradecimiento más sincero a todos los científicos que han apostado por un enfoque interdisciplinario y por sus numerosas aportaciones a este campo, sin ninguna de las cuales mi trabajo tendría sentido.
Quiero agradecer por su acogida y ayuda a los directores y el personal de los zoos del Valle de los Monos, La Palmyre y Beauval.
Son muchos los estudiantes, ellos y ellas, con los que estoy en deuda por haber sabido acompañarme en mis dudas y ensayos y ayudarme a desarrollar este trabajo.
De todo corazón y con mi admiración más sincera, agradezco a todos los animales de pelambre, pelos o plumas por haberse prestado a mis experimentos.
Dedico un recuerdo muy especial a mis padres, quienes supieron transmitirme su libertad, sentido de superación personal y entusiasmo, y a mi hermano, por su ambiciosa locura. Muchos recuerdos a mis abuelos maternos por haberme transmitido sus imperecederos valores y a mis tíos maternos por su apoyo constante. Doy por último un abrazo agradecido a mi pequeño Alexandre por haber hecho que la vida me deslumbre.