bck_fig_002
frn_fig_001
frn_fig_002

chpt_fig_001.jpg

Nombres como los de Picasso, Dalí, Gris o Miró no faltan en ningún manual de arte moderno. Forman la vanguardia del arte universal desde hace más de cincuenta años, y sus teorías estéticas siguen aún en vigor. Algunos de ellos siguen realizando obras de arte personalmente, y ya hemos hablado de ellos en series anteriores. Esta serie va, en cambio, orientada a mostrar las últimas obras del momento, es decir, la pintura que está comprendida entre 1950 y 1969.

Después de la Segunda Guerra Mundial, a medida que iban envejeciendo y desapareciendo los grandes maestros de la llamada Escuela de París, una oleada de jóvenes pintores se aprestaba a sucederles. Gracias a ellos, la pintura española sigue gozando de un puesto de honor en el arte universal, como veremos seguidamente.

Es muy pronto para vaticinar el éxito o el fracaso de los nuevos estilos, pero algunos de ellos ya se han instalado en los mejores museos y galerías del mundo. Algunos de estos jóvenes maestros están llamados a sustituir en su día a los grandes monstruos de la primera mitad de siglo.

Desde el balcón de nuestra actualidad sólo hemos podido hacer una selección provisional que a alguno puede parecer gratuita, pero que ha sido hecha teniendo en cuenta la crítica más actual. Esta obra, que tiene un acusado carácter de divulgación debe ceñirse a los lugares comunes, a las obras unánimemente aceptadas por la mayoría de los entendidos. Ello no quiere decir que ésta sea la única pintura de la España actual, sino la que a nosotros nos parece más representativa.

Es importante, por otra parte, fijar unos criterios firmes y eficaces, aunque sean muy elementales, y ponerlos a disposición del gran público para que éste aprenda a valorar la pintura actual, que no pretende la representación figurativa, sino la búsqueda de un lenguaje pictórico, cada vez más directo y esencial, que suprima intermediarios, que derrumbe convencionalismos, para poner al hombre frente a la autenticidad desnuda del fenómeno pictórico.