Portada

Contenido

  1. SINOPSIS
  2. DEDICATORIA
  3. Capítulo I
  4. La consagración de Godofredo
  5. Capítulo II
  6. El descanso del obispo
  7. Capítulo III
  8. El señor de Coucy
  9. Capítulo IV
  10. Eudes y Adela
  11. Capítulo V
  12. La condesa Ermenilda
  13. Capítulo VI
  14. Calixto II visita Laón
  15. Capítulo VII
  16. El obispo constructor
  17. Capítulo VIII
  18. La nave de Adalberto
  19. Capítulo IX
  20. Entre Hiberia y Laón
  21. Capítulo X
  22. La leprosería
  23. Capítulo XI
  24. Fiestas de leprosos
  25. Capítulo XII
  26. La rebelión de Hervé
  27. Capítulo XIII
  28. La fiesta de Godofredo
  29. Capítulo XIV
  30. La lepra de Erik
  31. Capítulo XV
  32. La leprosería se renueva
  33. Capítulo XVI
  34. El médico Yehudá
  35. Capítulo XVII
  36. La viuda Ermenilda
  37. Capítulo XVIII
  38. Asesinato de Balduino
  39. Capítulo XIX
  40. Hambruna
  41. Capítulo XX
  42. Ricardo es armado caballero
  43. Capítulo XXI
  44. Los leprosos abandonan la leprosería
  45. Capítulo XXII
  46. El final de la hambruna
  47. AUTOR
  48. JOSÉ RAMÓN ARANA
  49. LEGAL




SINOPSIS


Al comienzo del madrugador siglo XII, cuando las órdenes religiosas se transforman, cuando las cruzadas hacen sonar sus campanas en toda la Europa que renace, y cuando Abelardo renueva el pensamiento y las formas de amar, en Laon, muy cerca del centro de Francia, los personajes de esta novela encarnizan este remolino de dramas que conocemos como Edad Media. El obispo Godofredo, nombrado por simonía y con ideas propias sobre su misión, la condesa Ermenilda, consciente de su ambición y de sus deseos, el comerciante Adalberto, que anticipa las grandes ligas marítimas y avisa sobre lo que su hermano Abelardo anuncia en París.
Es una Europa constructora y compasiva, cruel y deletérea, que lo mismo deseca terrenos e importa nuevos animales de sustento en sus monasterios cistercienses, que padece hambrunas que la pueden llevar a la muerte y a la destrucción. Y entre todas estas agonías y esperanzas, un papado dividido y errante, un clero venal y reformador. Nada de ignorancias en unas personalidades de hierro y astutas.
Una nueva Edad Media con su trágico resplandor.

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DEDICATORIA


A Conchi y Ernesto, por su amistad y
por el mucho cariño que tienen a mi nieta Haizea




Una vida es siempre
 muchas vidas