BREVE HISTORIA
DE LA VIDA COTIDIANA
DEL
IMPERIO ROMANO

BREVE HISTORIA
DE LA VIDA COTIDIANA
DEL
IMPERIO ROMANO

Lucía Avial Chicharro

Colección: Breve Historia

www.brevehistoria.com

Título: Breve historia de la vida cotidiana del Imperio romano

Autor: © Lucía Avial Chicharro

Copyright de la presente edición: © 2018 Ediciones Nowtilus, S.L.

Doña Juana I de Castilla, 44, 3º C, 28027 Madrid

www.nowtilus.com

Elaboración de textos: Santos Rodríguez

Diseño y realización de cubierta: Universo Cultura y Ocio

Imagen de portada: Aquiles en Skyros, situado en el oecus de la villa romana La Olmeda en Saldaña (Palencia). Fuente: http://www.villaromanalaolmeda.com/export/sites/villaromana/galeria/galeria_imagenes/05-Mosaico_del_Oecus._Aquiles_en_Skyros_alta.jpg

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ISBN edición digital: 978-84-9967-912-9

Fecha de edición: febrero 2018

Depósito legal: M-460-2018

Introducción

Cum Romae fueritis, romano vivite more
(Cuando a Roma fueres, como romano vivieres)

San Ambrosio de Milán

El Imperio romano tuvo su origen en la ciudad de Roma, que fue fundada el 21 de abril del año 753 a. C. por los gemelos Rómulo y Remo, hijos del dios de la guerra, Marte, y la vestal Rea Silvia. Esta ciudad, que en sus comienzos no era más que una simple aldea de pastores de los montes Albanos y del pueblo de los sabinos, asentada sobre el Palatino, se acabó convirtiendo en el poderoso imperio que llegó a conquistar todas las tierras circundantes del Mediterráneo, llegando hasta los lejanos territorios de Britania y de la Dacia.

Roma dividió su historia en tres fases: la Monarquía (del año 753 a. C. al 509 a. C.), la República (509-30 a. C.) y el Imperio (27 a. C.-476 d. C.), que se subdividía a su vez en Alto (30 a. C.-siglo II d. C.) y Bajo Imperio (s. II d. C.-476 d. C.). Tras la caída de Roma en el año 476 d. C. a manos de los hérulos, el Imperio romano dejó de existir, y quedó de forma residual tan solo en la pars orientalis, la cual poco a poco se fue transformando en el Imperio bizantino, cuyo corazón era la ciudad de Constantinopla.

Aunque la expansión territorial romana había comenzado a finales del período republicano con la anexión de Grecia y de diversos reinos helenísticos, fue durante la etapa imperial cuando alcanzó su máxima hegemonía. Con el emperador Trajano se llegó a dominar la mayor extensión territorial, abarcando un imperio que iba desde las orillas del océano Atlántico en el oeste hasta las orillas del mar Caspio, mar Rojo y el golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta la agreste Germania (con los ríos Rin y Danubio como su frontera natural) y Britania al norte.

Es este el marco geográfico del que partimos en estas páginas, el del poderoso imperio que dominó el Mediterráneo. Para nuestra explicación sobre la vida cotidiana en el Imperio romano hemos decidido tomar un año al azar del Alto Imperio sin, por ello, olvidarnos de contar los antecedentes de toda la cotidianeidad de los romanos. Cada mes del año nos servirá de excusa para adentrarnos en los distintos apartados de la vida cotidiana romana, centrándonos en aspectos concretos, intentando acercarnos, aunque sea de forma breve, a la cotidianeidad de aquellos hombres y mujeres que hicieron posible la existencia del poderoso Imperio romano.

El motivo por el que hemos decidido dedicar cada capítulo de este libro a uno de los meses del calendario no es baladí. Cada una de las actividades cotidianas del hombre romano estaba presidida por fuerzas mágicas y divinas. En su día a día, la línea entre la religión y la superstición no siempre estaba definida, lo que explica la gran importancia que les concedían a los augurios y a las fuerzas divinas. Ello fue lo que nos llevó a usar el calendario romano (del que hablaremos brevemente a continuación) como excusa para realizar la capitulación de este libro, confiando en que las fuerzas divinas que protegían cada mes nos ayuden en la labor que nos espera.

Antes de comenzar con nuestro primer mes, queremos dar un breve repaso al calendario romano. Es importante saber que los acontecimientos religiosos romanos se insertaron en un calendario lunar de 344 días, que se consideraba establecido por Rómulo y se dividía en diez meses (de marzo a diciembre). De esos días, 235 eran fastos (es decir, laborables), 192 eran comitiales (se podían celebrar actos públicos) y los otros 109 días serán nefastos, donde debía cesar toda actividad y solo se realizaban fiestas oficiales. El siguiente cambio vino de la mano del rey Numa Pompilio, quien reformó los meses (duraban ahora veintinueve o treinta y un días alternativamente) y añadió dos más (enero y febrero). De esta forma, el año lunar vino a durar 355 días, y tenía que ajustarse cada cuatro años con el ciclo solar añadiendo dos meses intercalares. La última reforma importante vino de la mano de Julio César en el año 46 a. C., quien estableció el llamado calendario juliano. El año tuvo, a partir de entonces, 365 días divididos en doce meses, y era necesario agregar un día bisiesto a febrero cada cuatro años. Pese a estas reformas, en el Imperio romano no existía un solo calendario oficial. Cada ciudad y cada provincia tenían uno propio organizado según el modelo de la capital, que podía modificarse siempre que la situación lo exigiese. Las fechas del calendario se encontraban distribuidas en función del ciclo ganadero y agrícola. Pese a ello, nosotros seguiremos el calendario oficial de la ciudad de Roma para presentar los diversos capítulos de este libro.

El mes se encontraba dividido en un sistema bastante difícil de días, que habían heredado de aquel primer calendario lunar. No estaban numerados del uno al treinta y uno, sino que cada mes tenía tres fechas claves, que eran las kalendae, las nonae y los idus. Las calendas eran el primer día de cada mes, que antiguamente habían coincidido con la luna nueva, mientras que las nonas eran el día cinco, excepto en marzo, mayo, julio y octubre cuando eran el día siete. Los idus suponían el día trece del mes, excepto (de nuevo) en marzo, mayo, julio y octubre, en los que se correspondían con el día quince. Era una fecha móvil, y habitualmente coincidía con la luna llena. El día anterior o posterior se indicaba añadiendo un adverbio (pridie o postridie), que señalaba de tal forma que se estaba «en el día anterior a las nonas de febrero» (que coincidía con el cuatro de febrero). Para las demás fechas, sencillamente se contaban los días que faltaban hasta llegar a la más cercana de esas tres fechas fijas, y se colocaba la expresión ante diem antes del número.

El día romano no se dividía en veinticuatro horas exactas como el nuestro, sino que se basaba en la luz solar. El día duraba doce horas, que variaban en extensión según hubiese luz solar o no, de tal forma que las horas del verano resultaban más largas que en invierno. Las horas estaban expresadas con los números ordinales y era la hora prima la que coincidía con el amanecer, mientras que la puesta de sol la indicaba la hora duodecima. Las horas diurnas se dividían en dos partes, solía hablarse de «antes del mediodía» o «después del mediodía», división que se mantuvo hasta el siglo IV d. C. La noche se encontraba dividida en cuatro partes, denominadas vigilia, que estaban numeradas del uno al cuatro. Para medir las horas podían usar relojes de sol, llamados horologium, o de agua, las clepsidras.

No queremos terminar esta presentación sin aclarar que, a continuación, ofreceremos al lector algunas tablas y un mapa que le ayudarán, sin duda, a seguir la vida cotidiana de los romanos.

EJE CRONOLÓGICO

21 de abril del 753 a. C. Fundación mítica de la ciudad de Roma por Rómulo

Monarquía (753-509 a. C.)

509 a. C. Exilio del rey Tarquinio el Soberbio y fin de la monarquía romana

República (509-27 a. C.)

450 a. C. Ley de las XII Tablas

264 a. C. Comienza la primera Guerra Púnica

219 a. C. Comienza la segunda Guerra Púnica con la marcha a través de los Alpes de Aníbal

149 a. C. Comienza la tercera Guerra Púnica

84-82 a. C. Primera guerra civil

60 a. C. Primer triunvirato entre Julio César, Pompeyo Magno y Craso

58 a. C. Julio César inicia la Guerra de las Galias

49 a. C. César cruza el Rubicón. Comienza la segunda guerra civil

15 de marzo del 44 a. C. Asesinato de Cayo Julio César

43 a. C. Segundo triunvirato entre Marco Antonio, Octavio y Lépido

31 a. C. Batalla de Accio

Imperio (27 a. C.-476 d. C.)

27 a. C. Comienzo del reinado de Octavio Augusto

14 d. C. Muerte del emperador Augusto

64 d. C. Incendio de Roma

69 d. C. Año de los cuatro emperadores y fin de la dinastía Julio-Claudia

80 d. C. Inauguración del Coliseo

312 d. C. Batalla del Puente Milvio

313 d. C. Edicto de Milán

380 d. C. El cristianismo se convierte en la religión oficial

395 d. C. El emperador Teodosio divide el imperio en dos partes: Imperio romano de Occidente e Imperio romano de Oriente

476 d. C. Caída del Imperio romano de Occidente

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Mapa del Imperio romano durante el reinado de Trajano. En el período de gobierno de este emperador, Roma alcanzó su máxima expansión provincial.

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Tabla con el calendario romano. Aparecen reflejadas las principales festividades del mundo romano, con los días en los que se celebraban y los dioses a quienes estaban dedicadas.

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Las horas del día. Se dividían de prima a duodécima durante las horas de luz solar, mientras que la noche se encontraba separada en cuatro vigilias.

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El sistema monetario y sus equivalencias. El sistema monetario romano fue variando a lo largo de toda su historia, modificando sus valores y, en ocasiones, el metal con el que estaban elaboradas las monedas.