Nuestro héroe
…la narración debe fluir como un arroyo entre colinas y bosques frondosos,
cuyo curso se altera con cada roca a la que se enfrenta y con cada estribación pedregosa
y tapizada de hierba que se cruza a su paso. Su superficie podrá romperse con la grava y los
guijarros que asoman en las zonas poco profundas, pero el cauce no se interrumpe.
Como un riachuelo que no traza una línea recta ni durante un minuto, pero que discurre
con paso enérgico y sin cesar, a veces al margen de la gramática, a veces tomando un meandro
de un kilómetro para volver a pasar tan sólo a un metro del punto que cruzó una hora antes.
Y siempre corre, y siempre fluye, apegándose al menos a una ley, siempre fiel a ella,
la ley de la
narrativa
, que
no
tiene ley
.
Mark Twain
… he querido que papá escribiera un libro que revelara
una parte de su naturaleza gentil y amable…
Susy Clemens
A las niñas Clemens.
Y también a nuestra pequeña.
P. S. y E. S.
Agradecimientos:
Los editores quieren expresar su gratitud a los doctores John Bird de la Universidad Winthrop,
Robert Hirst del Archivo Documental de Mark Twain (Mark Twain Project and Papers)
en la Universidad de California, en Berkeley, y Cindy Lovell, de la Casa Museo de Mark Twain
(Mark Twain House & Museum) en Hartford, Connecticut, por su generosa y sabia colaboración
para lograr la creación de este libro. La Casa Museo de Mark Twain puede visitarse en línea
en marktwainhouse.org y el archivo documental de Twain en marktwainproject.org.
El manuscrito original de Mark Twain que inspiró este libro se encuentra
en línea en PrinceOleomargarine.com.
EL RAPTO DEL PRÍNCIPE MARGARINA
Título original:
The Purloining of Prince Oleomargarine
© 2017 Philip C. Stead (texto)
© 2017 Erin E. Stead (ilustraciones)
© 2001 Mark Twain Foundation (manuscritos)
© 2017 The Mark Twain House & Museum (compilación)
Esta edición se ha publicado según acuerdo con Random House Children’s Books,
una división de Penguin Random House LLC
Traducción: Mercedes Guhl
D.R. © Editorial Océano, S.L.
Milanesat 21-23, Edificio Océano
08017 Barcelona, España
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Primera edición impresa: 2017
Primera edición libro electrónico: 2017
eISBN: 978-607-527-319-8
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida,
almacenada o transmitida por ningún medio sin permiso del editor. Cualquier forma
de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede
ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase
a Cedro (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar
o escanear algún fragmento de esta obra.
Hola:
Me llamo Philip Stead, y cuando mi nombre se dice deprisa
o con entusiasmo, suena muy semejante a
Philip is dead
, o sea, “Philip
está muerto”, cosa que no es verdad. Con toda certeza. Lo más pro-
bable es que no me conozcas ni hayas oído mi nombre jamás, ni di-
cho deprisa ni de ninguna otra manera. En cambio, puede ser que sí
hayas oído hablar de mi amigo, el señor Mark Twain. Él fue quien
me contó esta historia y, a diferencia de mí, él sí está muerto. O eso
creo, porque en medio de su relato se levantó a buscar otra taza de té
y desapareció por completo… ¡puf!
Espero que haya encontrado su té.
12
Si nos concentramos muy profundamente, nos encontraremos exactamente
en el lugar en que debemos estar. De hecho, nos veremos en un país no muy
lejos de aquí, no muy lejos pero al cual resulta bastante difícil viajar, tanto que
es muy posible que jamás lleguemos. Lo he intentado. Este país tiene un nom-
bre, pero es bastante difícil de pronunciar. No sería muy decoroso intentarlo.
Claro que el país en el que me encuentro, Estados Unidos de Amé-
rica, tiene un nombre que no se enreda en la lengua y es tan
fácil
viajar a él
que es más probable que uno pase la mitad de su vida tratando de salir de allí.
Entonces, ya he mencionado dos diferencias entre Aquí y Allá.
Otra diferencia a tener en cuenta: en aquel país difícil de encontrar,
cuyo nombre resulta complicado pronunciar y donde sucede nuestra historia,
los hambrientos e infortunados siguen siendo hambrientos e infortunados has-
ta el día de su muerte. En cambio, en Estados Unidos de América, todos y todo
reciben oportunidades iguales y justas. ¡Sería grosero pensar que no es así!
Aquí
, no importa si es en el estado de Míchigan o en el de Misuri,
puede suceder que un hambriento o infortunado se aplaste un dedo del pie
contra algo y mire hacia abajo para descubrir en el suelo un tazón rebosante
de dorado caldo. ¡Eureka! Pero
Allá
sucederá que un hambriento o infor-
tunado se aplastará el dedo del pie contra algo y mirará hacia abajo para
descubrir en el suelo nada más que la reseca raíz de un manzano marchito.
13
Que es exactamente lo que Johnny, nuestro héroe, acaba de descubrir…
16
—¡Eureka!—exclamó. Y dijo
esa
palabra
y ninguna otra malsonante
porque hacía ya tiempo que se había propuesto nunca soltar palabrotas, ni
siquiera cuando las circunstancias obligaban a ello (como suele suceder). El
pobre y desgraciado abuelo de Johnny profería insultos tan a menudo que
era como si lo hiciera por los dos. Sus maldiciones flotaban como una nube
sobre su infeliz vivienda. Una vez, cuando Johnny era pequeño, una ban-
dada de palomas se extravió en esa bruma de improperios; las aves se preci-