El capítulo «¿Qué son los virus?» se inspira libremente en el artículo Il virus spiegato ai ragazzi (e a noi genitori) chiusi in casa da una famosa virologa, de Ilaria Capua, publicado en Corriere innovazione el 3 de abril de 2020.

El capítulo «El SARS-CoV-2: el virus que se ha catapultado en un mundo nuevo» se inspira libremente en el artículo Il messaggio del «cigno nero», de Ilaria Capua, publicado en Libro dell’anno 2020, Instituto Enciclopedia Italiana Treccani, 2020.

Título original: Il viaggio segreto dei virus

© 2021 DeA Planeta Libri s. r. l.

www.deaplanetalibri.it

Autora: Ilaria Capua

Ilustraciones: Andrea Rossetto

Director de arte: Marco Santini

Traducción: Cristina Bracho Carrillo

© 2021 Ediciones del Laberinto, S. L., para la edición mundial en castellano

ISBN: 978-84-1330-885-2

THEMA: YNT / BISAC: JNF051050

www.edicioneslaberinto.es

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Para Giorgia, mi sobrina.

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Hoy en día se habla de los virus por todas partes: en la televisión, por internet, en la calle... Desde que estalló la pandemia causada por el nuevo coronavirus, están en boca de todos. ¡Lógico! ¿Pero qué es exactamente un virus? A mí, lo primero que se me viene a la cabeza es que los virus son unas criaturas fascinantes que suelen causar mu-chos problemas. En latín, «virus» significa «veneno», por-que los virus, aunque no sean venenosos, producen efectos similares.

INTRODUCCIÓN

Para empezar, los virus son microscópicos: una cabe-za de alfiler puede albergar miles de ellos. Ni siquiera se les puede ver con un microscopio normal, hace falta uno electrónico; un instrumento que ocupa casi el mismo es-pacio que una habitación y que amplía el objeto de estu-dio cientos de miles de veces. Te pongo un ejemplo para que lo comprendas mejor: ¡si se observa una lenteja con un microscopio electrónico, se verá tan grande como una piscina olímpica!

¿Pero cómo son los virus?

qué son los virus?

Vamos a describirlos.

Para empezar, no son todos iguales ni tienen caracte-rísticas y estructuras similares, como los humanos. De he-cho, difieren bastante.

Poseen una variedad extraordinaria de formas y su tamaño se mide en nanómetros; es decir, en partes mil veces más pequeñas que un milímetro, algunas enormes —siempre en proporción— y otras minúsculas. ¡Existen virus con forma de huevo frito, de espaguetis cocidos, de garbanzos o de galletas redondas!

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Sin embargo, todos tienen en común una característica muy importante: son parásitos obligados, lo que significa que no pueden sobrevivir durante mucho tiempo fuera de un organismo vivo. Se hospedan en las células, por eso se denominan «intracelulares». Con su genoma —el conjunto de sus genes—, envían instrucciones al «motor» de la célula huésped, como lo haría el sistema operativo de un ordena-dor, y así, de forma más o menos automática, se produce la progenie viral, es decir, la descendencia del virus.

Por lo tanto, los virus se infiltran en las células hués-ped, a las que podríamos comparar con las máquinas de una fábrica, y comienzan a explotar sus mecanismos. El problema es que la célula sufre cuando se pone a disposi-ción del virus y sigue sus órdenes, e incluso puede llegar a morir al liberar cientos de miles de partículas virales. Mientras tanto, este ejército de virus infecta, a su vez, otras células, y si muchas células se infectan y sufren, el organismo enferma.

Los virus pueden infectar a cualquier ser vivo; en pri-mer lugar, a las personas. La viruela, por ejemplo, ha flagelado a la humanidad durante siglos, y ha matado y mutilado a millones de seres humanos. El VIH, la rabia

INTRODUCCIÓN

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qué son los virus?

o el Ébola representan una amenaza constante. Siempre están al acecho, esperando la oportunidad para salir y causar estragos.

Los virus infectan a los animales —desde los perros hasta los gatos; desde las ranas hasta los murciélagos; des-de las mariposas hasta los camarones—, pero también a las plantas. Existen infecciones virales capaces de destruir plantaciones enteras de cítricos, tomates y pepinos, por no hablar de los hongos, a los que también infectan los virus, y ni siquiera desdeñan a las , unos mi-croorganismos invisibles a simple vista, aunque mucho más grandes que ellos.

Por lo tanto, los virus son parásitos obligados, y muy a menudo temibles, peligrosos e impredecibles. Por suerte, tenemos a nuestra disposición las armas que nos concede la ciencia para defendernos: me refiero, sobre todo, a la prevención y a la terapia. Solo existe un virus contra el que la ciencia no puede luchar: el de la ignorancia.

Con este libro pretendo aportar mi pequeño granito de arena para combatir al más peligroso de los virus.

Prepárate para nuestro increíble viaje al mundo de los virus. ¡Vamos a conocerlos mejor!

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Las bacterias son microorganismos unicelu-lares que se componen de una sola célula. Al igual que los virus, pueden adoptar formas muy diversas —redondeadas, alargadas, en espiral...—, y, en algunos casos, provocan enfermedades en los seres hu-manos, los animales y las plantas. Entre las más graves y dañinas se encuentran la lepra, la peste bubónica o el cólera. Sin embargo, la gran mayoría de las bacterias no provocan ninguna enfermedad.

Los virus que infectan a las bacterias se llaman «bac-teriófagos», que significa, literalmente, «comebacterias», o fagos. Los fagos completan su ciclo vital replicándo-se en organismos unicelulares, como las bacterias. Vis-tos al microscopio, son bastante graciosos: tienen forma de púa, con una cabeza enorme y largos apéndices que recuerdan a las piernas. Se parecen a las sondas espa-ciales que se utilizaron para aterrizar en la Luna —si no sabes cómo son, busca una imagen en internet y verás a qué me refiero—.

El mundo de los fagos aún se desconoce bastante, pero en el futuro podrían ser de gran utilidad para la humani-dad. De hecho, en la actualidad, los investigadores bus-can el modo de utilizarlos para curar las enfermedades provocadas por las bacterias.

INTRODUCCIÓN

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A continuación, verás un listado de palabras que pue-den sonarte un poco a chino, pero que, en realidad, resultan muy útiles para comprender a los virus y su com-portamiento. Consúltalas cada vez que quieras entender a qué nos referimos en los diversos capítulos del libro y disfrutar así del viaje.

Es el conjunto de todos los genes de un organismo. Los virus también tienen genoma —de ADN y de ARN—. El genoma contiene las instrucciones necesarias para que

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GLOSARIO

funcione un organismo y también determina sus caracte-rísticas.

El ADN —ácido desoxirribonucleico— y el ARN —áci-do ribonucleico— contienen toda la información necesa-ria para construir y hacer funcionar una célula. Se hallan en el centro, en el núcleo, y tienen una forma similar a la de un tren, en cuyos vagones se hallarían los genes. Cada gen suministra a la célula una información concreta.

El virus es un parásito capaz de sobrevivir durante un tiempo muy limitado fuera de un organismo vivo. Para replicarse, necesita aprovecharse de las células de otro ser vivo, que se denomina «huésped» y que puede ser un ani-mal, una planta o incluso un organismo unicelular, como una bacteria.

La capa externa de los virus está formada por unas pro-teínas llamadas «receptores», que pueden unirse a las

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Las palabras clave para comprender a los virus

proteínas externas de la célula huésped. El receptor de un virus es la llave que abre la puerta de la célula huésped.

La replicación viral es el mecanismo mediante el cual se multiplican los virus en el interior de la célula huésped para generar nuevas partículas virales. Los virus instruyen a la célula huésped y se aprovechan de sus recursos para generar muchas otras partículas virales «hijas» que infec-tarán nuevas células.

A veces, cuando el virus se replica y se multiplica, una par-te de su genoma muta, o lo que es lo mismo, se modifica. En algunas ocasiones se trata de un error del mecanismo de replicación, que «controla» el genoma de las partículas virales hijas. Estas mutaciones pueden tener consecuen-cias diversas. Algunas son silenciosas y no tienen ningún efecto, pero otras provocan consecuencias mucho más re-levantes: por ejemplo, a raíz de una mutación, un virus se puede volver más o menos contagioso y, por lo tanto, aumentar o disminuir su letalidad.

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Cuando una enfermedad contagiosa se propaga rápida-mente por una zona más o menos amplia, se habla de epidemia.

Cuando una enfermedad afecta a gran parte de la po-blación mundial y adquiere escala global, se habla de pandemia. Las epidemias y las pandemias las pueden causar tanto los virus como las bacterias. Los virus que provocan las pandemias se denominan «pandémicos», y son nuevos para la especie Homo sapiens, a la que per-tenecemos los seres humanos, por lo que se topan con una población completamente desprovista de inmuni-dad para protegerse.

Esta palabra significa que la enfermedad se puede transmitir de los animales a los seres humanos gracias al salto entre especies, un fenómeno que ocurre con bastante frecuencia, porque también los Homo sapiens —es decir, los seres humanos— pertenecen al reino animal, y constituyen, por lo tanto, un nuevo huésped para los virus.

GLOSARIO

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No se puede afirmar que los virus tengan una vida pro-piamente dicha, ya que, en realidad, se limitan a replicar-se, pero para lograrlo siguen un proceso de tres fases.

Primera fase: el virus penetra en la célula a través de la membrana celular, una fina capa que la recubre.

Segunda fase: el genoma del virus se reproduce en el interior de la célula.

Tercera fase: la célula libera partículas del virus dentro de un montón de paquetitos encapsulados. Ya lo hemos vis-to en la introducción: a diferencia de otros parásitos, que pueden sobrevivir sin penetrar en las células de otros orga-nismos, los virus son parásitos intracelulares obligados, por lo que no pueden vivir fuera de la célula de otro ser vivo.

Los antígenos son el conjunto de características de un vi-rus que reconoce nuestro sistema inmunitario. Es como la prenda de vestir que lleva puesta: si el virus se pone una chaqueta roja, un pantalón azul y una camiseta amarilla, el sistema inmunitario produce un anticuerpo para cada una de esas capas, una por cada «color».

Las palabras clave para comprender a los virus

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Los anticuerpos son proteínas y constituyen uno de los mecanismos de defensa del sistema inmunitario.

La cápside es la estructura proteica del virus que contiene el genoma. Algunos virus, como los del herpes, poseen un «envoltorio», una capa externa que rodea la cápside y que se constituye por una membrana de lipoproteínas.

Una población viral que se desarrolla a partir de un error en la transcripción del genoma; como una especie de obs-táculo en el mecanismo de replicación celular de la pobla-ción del virus que la hace diferir del virus madre.

GLOSARIO

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En Roma, entre otros tantísimos y preciosos atractivos de la ciudad, hay un obelisco muy curioso frente al Ministerio de Salud. Lo creó el artista Alessandro Roma-no, y se inauguró en 2011. ¿Por qué te cuento esto? Por-que esta obra no conmemora la victoria de la batalla de un emperador, sino la de la ciencia contra la peste bovina. En él, se representan escenas dramáticas, como en un mo-numento bélico, pero, si lo contemplas de cerca, verás el gran rostro de un científico rodeado de viales, alambiques y otros instrumentos.

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La peste bovina y el