Geopolítica para la integración y el desarrollo de la República Argentina

Bases para un Plan Nacional

Mercados- Infraestructura- Logística

“El gran desafío”

Luis Clementi

Proventus

Año 2021

Clementi, Luis Alberto

Geopolítica para la integración y el desarrollo de la República Argentina / Luis Alberto Clementi . - 1a ed - La Plata : Arte editorial Servicop, 2022.

Libro digital, EPUB

ISBN 978-987-803-267-2

Foto de tapa: CORBETA URUGUAY en Puerto Madero

© 2021, Luis Alberto Clementi

Hecho el depósito que establece la Ley 11.723

Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión en forma idéntica sin la autorización expresa del autor.

Primera edición en formato digital: febrero de 2022

Versión 1.0

Digitalización: Proyecto451

ISBN edición digital (ePub): 978-987-803-267-2

En marcha hacia el futuro

“Nos aguarda una inmensa tarea. Tenemos que librar una lucha sin cuartel contra el atraso, el estancamiento, el desánimo y la desesperanza. Tenemos que extirpar hasta sus raíces la ignorancia, la miseria, la enfermedad y el miedo al futuro. Tenemos que aplicar toda nuestra fuerza y toda nuestra inteligencia para levantar este país y lanzarlo hacia delante. Habrá que construir puentes, diques, caminos, oleoductos, usinas y fábricas. Habrá que volcar tractores, equipos electrógenos, talleres y máquinas agrícolas sobre todos los campos.

Tendremos que multiplicar los camiones, los vagones y las locomotoras. Las alas argentinas surcarán todos los cielos y la bandera de la patria flameará sobre todos los mares, como una mensajera del progreso. Tendremos que movilizar todas las energías y todos los recursos. El destino nos ha lanzado un desafío, y el pueblo argentino lo ha aceptado. Tenemos que vencer, porque esta lucha sin cuartel la hemos de librar en nombre de la justicia y de la libertad.”

Dr. Arturo Frondizi

Presidente de la Nación Argentina (1958-1962) (1)

Del mensaje inaugural leído ante la Asamblea Legislativa reunida el 1º de mayo de 1958.

1. Frondizi, A. (1978). Mensajes Presidenciales – Tomo I. Buenos Aires: Centro de Estudios Nacionales.

PROLOGO DE LA PROFESORA EMILIA E. MENOTTI


“Geopolítica para la integración y el desarrollo de la República Argentina”

“Geopolítica para la Integración y el Desarrollo de la República Argentina” es un documentado libro en el que Luis Clementi estudia y define conceptos vitales para la integración y el desarrollo en una Nación que perdió el rumbo hace décadas.

Partiendo de generadores científicos elabora un “Proyecto Nacional de la República Argentina para el siglo XXI” y, desde una perspectiva didáctica y metódica, advierte los errores, señala los obstáculos que es preciso superar y alude a la decadencia de la clase política, carente de una dirigencia informada sobre los problemas fundamentales que debe resolver.

Ante una declinación que lleva mucho tiempo y “se enquista en la sociedad”, el autor observa que “falta un proyecto nacional que nazca del consenso político y que asegure objetivos superiores y el futuro de las próximas generaciones, a partir de la integración nacional y el desarrollo del potencial nacional”.

Inmersos en este presente conflictivo y en permanentes mutaciones que superan ideologías, conceptos y esquemas gubernativos, no podemos olvidar iniciativas que contribuyeron a generar el progreso del país y a quienes nos dieron raíz y fisonomía.

Si para Benedetto Crocce “la verdad de un pueblo está en su historia, toda su historia y nada más que su historia”, la historia del proceso revolucionario para lograr la independencia del dominio español señala con claridad las bases para la transformación de las antiguas colonias en Estados Nacionales.

Hombres de pensamiento y acción proyectaron la integración de los países recién liberados, para lograr relevancia y un lugar de privilegio con voz propia, en un mundo marcado por la tensión entre los grandes estados.

Así lo expresaron Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Bernardo de Monteagudo, entre otros, en la primera etapa.

Belgrano, como secretario del Consulado, dejó escritos específicamente económicos y abogó por la agricultura, la industria y, con visión de futuro propuso “al menos echar las semillas que algún día fueran capaces de dar frutos”.

José de San Martín y Simón Bolívar solventaron conceptos señalando las líneas irreversibles de evolución, que apuntaban al futuro de estas tierras.

Los fundadores de la República advirtieron las grandes cuestiones que se presentarían en ese nuevo mundo contemporáneo al elaborar planes y propuestas teniendo como objetivos privilegiados la justicia y la libertad.

Otras generaciones establecerían las leyes y reglas que debían presidir un Estado de Derecho.

En un país con crisis recurrentes como el nuestro, es necesario actualizar y estudiar el pensamiento de aquellos hombres que, como Sarmiento, Mitre, Avellaneda, Roca, Pellegrini, fueron civilizadores y estadistas. En circunstancias críticas tuvieron el valor de encararlas con medidas concretas, muchas de ellas con proyecciones futuras que engrandecieron la Nación y le dieron prestigio internacional.

Hoy estamos afrontando una peligrosa corriente ideológica que desconoce parámetros establecidos en nuestra Carta Magna.

Los valores esenciales del republicanismo y sus instituciones representativas sufren continuos ataques de un gobierno que fue elegido para ponerlos en práctica y defenderlos.

Preocupa al autor la falta de voces rectoras que orienten y fijen normas gubernativas y ciudadanas. “Se requieren líderes de calidad –escribe-. Calidad implica también, respeto al mérito, es decir, estudiar, prepararse o rodearse de los mejores de cada disciplina. Esta es una de las principales virtudes de un líder, saber impulsar y motivar a profesionales de excelencia para realizar cada tarea, aprovechando de cada uno el máximo potencial”.

La integración nacional y la extraterritorial asumen gran importancia en el texto.

La República Argentina tiene su grado de integración a nivel municipal, provincial y nacional que, al actuar en compartimientos independientes entre sí “por un caudillismo retrógrado, otras por sentirse aisladas, abandonadas a poderosos, ricos o independientes del resto”, limitan el accionar unitivo.

La trascendente acción de Julio Argentino Roca, con la Campaña del Desierto en 1879, llevó a la práctica el sentir de la generación del ´80 al conseguir la ocupación efectiva de la Patagonia y afianzar nuestra soberanía territorial.

El anhelo de esa eficaz cohesión regional sólo podrá lograrse cuando la integración nacional sea una realidad con provincias desarrolladas en sus propias capacidades, sin una dependencia absoluta del poder central.

Para ello, reiterando la visión del autor, es necesario contar con el auxilio de ciencias como la Geopolítica y con funcionarios aptos y eficientes ya que, como afirmó Charles De Gaulle; “El equipo de la mediocridad es el equipo del cloroformo”.

Luis Clementi reflexiona sobre los objetivos de la Geopolítica, entre otros el de fijar las fortalezas y las debilidades de la República, con amplia visión sobre la política, los recursos naturales y los niveles de convivencia y tolerancia. Es por ello que, junto al accionar integrador adecuado y coherente ubica un despliegue del pleno desarrollo en todo el ámbito territorial, asegurando la presencia efectiva de una progresiva evolución de los intereses y valores tanto económicos como culturales.

El desarrollo económico es la movilización de bienes y servicios y la transformación estructural del potencial productivo del país.

Incluye la cultura, la educación y los factores sociales que pueden elevar el nivel de vida de la comunidad. Es un factor de cambio que requiere firmeza, convicción, estudios y objetivos nacionales concluyentes y de largo plazo, fines indispensables según el autor.

Las metas de la integración y el desarrollo vertebran los distintos capítulos y constituyen el basamento intelectual del libro.

Con acierto nos lleva a pensar sobre la necesidad de mantener la unidad nacional para afianzar el Estado Nacional Argentino, coincidiendo plenamente con el concepto que sobre “Nación” expresara el Dr. Arturo Frondizi: “La Nación abarca, integra y armoniza en su universalidad, a todas las regiones de un país, a sus clases y grupos sociales, a sus actividades económicas y a sus expresiones espirituales, ideológicas y políticas”.

La profundidad del trabajo, avalado por una documentación amplia y clarificadora, es coincidente con las tres verdades que sostenía el filósofo mejicano Justo Sierra: “La necesidad de investigar nuestra realidad, la de buscar las soluciones de nuestros propios problemas y la de no desconectarnos de lo universal”.

Con auténtico sentido federalista, Clementi expone el acontecer político, social y económico de cada región y de cada una de las provincias que componen el territorio nacional mediante amplios y específicos esquemas representativos de todas las actividades, bienes y posibilidades zonales.

A todo lo descripto suma referencias sobre el Mar Argentino, la Región Antártica y las islas del Atlántico Sur y Malvinas, territorio tan caro a sus sentimientos patrióticos.

El autor, economista y profesor universitario, en el año 2016 recibió del Ejército Argentino un Diploma por haberse presentado como voluntario en 1982 en el conflicto por la recuperación de dichas islas.

La lectura del estudio que efectuó Clementi, en el que desarrolla el grado de concentración y diversificación existentes en cada unidad, la permite presentar recursos para su ejecución “con la misma cantidad de problemáticas posibles”. No ignoramos que la aplicación de sus propuestas se presenta como un aporte ineludible para insertar en la reconstrucción nacional.

El país puede configurar de manera homogénea, con sentido geopolítico, el devenir provincial. El interior debe ser un polo de desarrollo viable, contando con sus capacidades para lograr una auténtica integración interna.

La integración interna supone la solidaridad de las distintas asociaciones humanas que forman un pueblo. Una integración con igualdad de oportunidades, respetando autonomías regionales, resguarda y amplifica intereses vitales, sin enclaves feudales; crea nuevas fuentes de trabajo capaces de combatir niveles inadmisibles de pobreza y cumple la finalidad de proporcionar el ansiado bien común.

La experiencia histórica impresa en este trabajo trae a nuestra memoria aquellas sabias palabras del Acuerdo de San Nicolás del 31 de mayo de 1852: “El bien de los pueblos no se ha de conseguir por exigencias encontradas y parciales, sino por la consolidación de un régimen nacional, regular y justo”.

El día en que, fronteras adentro, presentemos una Nación con total consolidación de su identidad, con la expansión plena de su economía y el aprovechamiento de sus riquezas naturales, y la definición de los fines que deben alcanzarse, podremos concretar la definitiva unidad de nuestro pueblo, penetrando con firmeza en el mundo moderno.

La fe en la Argentina y el respeto que infunden sus instituciones republicanas, deben impulsar dirigencias activas que perfilen nuevos horizontes superando los actuales rasgos infortunados.

Urge la recreación de aquellos dones que llevaron a la república a la cumbre de su evolución al celebrar su primer siglo de vida independiente.

En su mensaje al Congreso en 1910, pudo decir el presidente José Figueroa Alcorta que el país “labra con vigor el vasto campo de su poder económico”.

Fue una época de ascendente prestigio en la que Argentina ocupó el quinto lugar entre las naciones que ostentaban una posición económica privilegiada. Hoy, lamentablemente estamos lejos de esa posibilidad.

Con sólidas estipulaciones, el autor presenta un examen completo de las causas y efectos del devenir nacional al brindarnos un volumen que recoge la vastedad de sus informaciones y conocimientos.

Mapas, gráficos y estadísticas enfocadas en la “Sección Relevamiento de Complejos Productivos e Infraestructuras por Regiones y Provincias”, brindan datos de valor e informes técnicos que, completos y veraces, constituyen un aporte documental expuesto con una metodología pedagógica y científica.

Bienvenida esta importante obra, referencia inestimable para los estudiosos y para todos aquellos que aspiran conocer su país en profundidad.

La acertada exposición de posibilidades, opciones y la profundidad de este estudio sobre Geopolítica, Integración y Desarrollo plantean un desafío para la actual y las futuras generaciones porque como bien consigna el autor en su Introducción: “No hay fórmulas mágicas para alcanzar el éxito, pero además de trabajar, estudiar, investigar, hay que volver a soñar una patria grande, rica y generosa para todos los argentinos”.

PRÓLOGO DEL AUTOR

La República Argentina perdió el rumbo estratégico hace casi un siglo.

Se apoderó del poder, una clase política sin preparación, atada al populismo, con una dirigencia civil que no hizo la diferencia y así, seguimos cayendo sin control y con transformaciones sociales negativas y decadentes que son máquinas de generar pobres, vagos e ignorantes. La pandemia del COVID 19 agravó la situación y contabilizamos “miles de muertos” en un clima social agravado por la mediocridad, la baja calidad del nivel político, la corrupción, el narcotráfico, la drogadicción, el delito, la violencia y la falta de producción de riqueza y trabajo, en un país donde debería estar “prohibida la pobreza”.

Muchos que ya no están, tuvieron el mismo sueño que tenemos tantos, vivir en una patria grande y generosa con movilidad social positiva y con posibilidades de progreso. Muchos todavía creemos que es imperioso volver a los “VALORES” con honestidad, buenos ejemplos, educación, oficios, trabajo y una justicia creíble que castigue el delito. El narcotráfico se instaló en la sociedad y es otro veneno que enferma a nuestra juventud, junto con el alcohol y un relativismo moral decadente.

La situación requiere buenos ejemplos y una sociedad como la de nuestros abuelos (criollos e inmigrantes), donde un simple apretón de manos valía más que un contrato. Donde la “palabra” tenía valor y el trabajo y el estudio eran los principales aspiracionales de una sociedad orgullosa y progresista. Faltan buenos ejemplos que todavía conservan muchos pero que cada vez son menos.

Sin embargo, pareciera que estamos condenados a la pobreza extrema y nuestra historia de las últimas décadas, muestra, que somos incapaces de generar un proyecto de “integración y desarrollo genuino”, que permita producir riqueza, brindar prosperidad y oportunidades, mejorar la educación y su infraestructura, contar con un eficiente sistema de salud y poder brindar, además, buenos ejemplos en una Argentina integrada en nuestro territorio y con el mundo.

Nuestra Argentina, “muy rica y dotada de recursos extraordinarios”, es una máquina que genera continuamente “nuevos pobres” y que ahora representan el 50 % de la población. Los ejemplos de otros países deberían servirnos para comprender que, solo generando riqueza con trabajo genuino podemos mejorar la calidad de vida y garantizar un desarrollo humano legítimo.

Desde el advenimiento de la democracia en 1983, hemos vivido varios intentos para resolver los problemas, pero la baja calidad de la dirigencia, los intereses personales mezquinos y la falta de compromiso cívico no permitió aún, lograr la consolidación de una democracia real y el desarrollo integral de nuestro potencial.

Los períodos de gobierno se fueron sucediendo y el deterioro general se fue agravando. A partir de 1983 y en los primeros 38 años de Democracia, los presidentes de la Nación que tuvieron responsabilidades ejecutivas y la capacidad para torcer el rumbo fueron:

Venimos atravesando una decadencia que lleva mucho tiempo y se enquistó en gran parte de la sociedad. Aspiramos a vivir en democracia, pero aún no la conocemos y no hemos podido vivir en ella, porque se apoderó de la Argentina una cultura política que está convirtiendo en cenizas el sueño de millones de argentinos.

Nuestra democracia está muy enferma, pero la democracia se cura con más y mejor democracia, y entiendo que ello será posible, si cada uno de nosotros asume el rol de ciudadanos y tomamos un verdadero compromiso con el futuro. Los argentinos, ansiamos superar el “tiempo de las promesas” y comenzar a ver la concreción de los principios enunciados en el Preámbulo de la Constitución Nacional. No se puede continuar agrediendo y marginando a ningún sector y se debe reestablecer la paz y la concordia nacional.

Tenemos un país muy rico y, sin embargo, la única fábrica que funciona bien es la de producir pobres, vagos e ignorantes. La dirigencia nacional debería actuar con sabiduría para lograr por fin, la “unión nacional” y la “integración y el desarrollo” promoviendo la “generación de riqueza” para distribuirla adecuadamente y profundizar los lazos de integración, cooperación estratégica y política con América del Sur y el resto del mundo. Para ello, es indispensable consensuar un conjunto de “políticas de Estado”, respetarlas, darle continuidad y potenciar la gestión de esas políticas públicas.

La economía global en 2020 enfrentó la peor recesión desde la década de 1930 y obligó a las autoridades políticas de todos los países a superar severos desafíos por la rápida propagación del virus (COVID 19) y la necesidad de mejorar la infraestructura y el equipamiento hospitalario. Además, se produjo una carrera para generar “vacunas” que pudieran mitigar el desastre sanitario a nivel global.

En el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL 2020 publicado en enero 2021): en el documento: “Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe - La integración regional es clave para la recuperación tras la crisis”, señala que el comercio mundial de bienes y servicios sufrió una contracción en el primer semestre del 2020 y se vislumbró una leve recuperación durante el segundo y se prevé para el año completo una caída del comercio mundial estimado en el 9 %. Además, CEPAL proyectó caídas del valor de las exportaciones e importaciones regionales de bienes del 13 % y el 20 % respectivamente y se prevé para el comercio intrarregional una caída de su valor en 24 %. Además, se analizó la evolución del comercio intrarregional que registra una caída desde el año 2014 y se proyectó para el 2020 un descenso del 12 %.

Está en juego nuestra supervivencia y la Argentina, no puede continuar anclada en el pasado. Debe superar la chatura, la mediocridad, la corrupción y la impunidad de la política que se viene imponiendo en nuestro país desde hace varias décadas. La ausencia de ejemplos y de grandeza están a la vista de quién lo quiera ver. Se debe “humanizar, institucionalizar correctamente, profesionalizar la gestión política y la administración de la cosa pública” y para ello, se requieren líderes de calidad. La calidad implica poseer una escala de valores trascendentes y estar asentada sobre los principios de un “persona de bien”, para poder ejercer con autoridad moral una actividad pública que solo debe perseguir el bienestar general de la sociedad. Calidad implica también, respeto al mérito, es decir, estudiar, prepararse o rodearse de los mejores en cada disciplina. Esta, es una de las principales virtudes de un líder, saber impulsar y motivar a profesionales de excelencia para realizar cada tarea, aprovechando de cada uno el máximo potencial. El término profesional, no implica, poseer títulos ni pergaminos especiales, implica idoneidad, calidad humana, decencia, preparación y experiencia. Lo ideal sería contar con líderes, dirigentes y cuadros técnicos, que transiten con alternancia, el circuito virtuoso que relaciona a la universidad, la actividad privada y la función pública, tal como ocurre en muchos países desarrollados. La buena política implica rodearse de “buena gente”. Decía José Ingenieros “De seres sin ideales ninguna grandeza espera los pueblos”. Lograr esta transformación, es el gran desafío que tienen los partidos políticos, si verdaderamente aspiran a servir a la comunidad y desenvolverla en una democracia republicana, representativa y federal. Por ello en la renovación de los cuadros hay que estimular la presencia de argentinos cultos, idealistas y comprometidos con el destino común y de grandeza que alguna vez soñaron las pasadas generaciones.

Es muy triste seguir hablando mal del pasado que nos tocó vivir y más triste aún, es verificar en forma reiterada, la sensación de estar cayendo por un tobogán infinito que no tiene fin. Por mencionar un solo antecedente relevante que en el año 2001 recibió mucho apoyo fue el “Diálogo Argentino”, que nació como una iniciativa del Programa de Naciones Unidas (PNUD) de Argentina, con la colaboración del Episcopado Argentino y con el apoyo del Gobierno Nacional, con el objeto de superar la situación de emergencia por la caída del gobierno radical bajo la presidencia de Fernando De la Rúa. Por lo tanto, la necesidad de producir un diálogo serio y profundo entre las fuerzas políticas, económicas y sociales de Argentina surgieron hace 20 años y lejos de encontrarse respuestas y soluciones el tobogán aceleró la caída y continuó el deterioro y la crisis de valores se agravó aún más y pareciera no tener fin.

Para apreciar el impacto de nuestra decadencia el Papa Juan Pablo II dijo (discurso del Santo Padre a los Obispos Argentinos en el “Diálogo Argentino” – febrero 2002): “Vuestro país atraviesa en estos momentos una profunda crisis social y económica que afecta a toda la sociedad y, además, pone en peligro la estabilidad democrática y la solidez de las instituciones públicas, con consecuencias que van más allá de las propias fronteras patrias…….La situación que se en la Argentina puede ser también causa de división y fomentar odios y rencores entre quienes están llamados a ser los constructores cotidianos del país……

“Geopolítica para la Integración y el Desarrollo – Bases para un Plan Nacional”, que incluye, una síntesis de información pública generada por las autoridades nacionales y provinciales que se presenta en forma compacta en un solo documento y que pretende ser una ayuda y herramienta para el conocimiento, que permita la elaboración de las “Matrices de origen- destino de las cargas” y de la infraestructura y conectividad que la debería sostener. Lamentablemente, no pudimos realizar el relevamiento en cada provincia, ciudad, municipio, en los modos y medios de transporte por la falta de presupuesto y luego, agravada por la “pandemia del COVID 19”.

Pero si, brindamos en el presente trabajo, información pública básica e indispensable para generar una hoja de ruta, un plan de trabajo, una visión holística de las regiones, provincias, municipios, complejos productivos, microrregiones productivas, infraestructura existente, reglas del arte y metodologías para generar infraestructura, tecnologías e instalaciones que permitan integrar y desarrollar a nuestro país. Además, brindamos una visión holística de temas sobre la situación de algunos proyectos que se generaron en otras etapas y que serían muy útiles analizar y concretar y que en algunos casos ya cuentan con estudios previos.

Deseo señalar además, la importancia y necesidad que tiene para una sociedad moderna, reconstruir el proceso de generación de riqueza y de recuperación de los “valores”, donde el desafío de cada uno de nosotros, es “ser mejores” no para ganarle a nadie, pero si, para no pertenecer a ese conjunto de ciudadanos que no trabajan, no estudian y se acostumbraron a que el Estado los sostengan sin aportar nada al país e incluso aquellos, disfrazados de funcionarios o familiares de funcionarios, que continúan pontificando, solo para ellos, esas “verdades reveladas” pero que a todas luces están comprometidos con su conchabo propio o familiar y no pueden levantar las “banderas” de la Integración y el Desarrollo sin poner en riesgo su dependencia laboral.

Además, es imperioso destacar la profunda necesidad de contar con un “Proyecto Nacional” que viabilice el fantástico potencial nacional, consensuar las aspiraciones y necesidades de todos los sectores sociales y permitir la generación de un modelo de producción y distribución de riqueza. No se puede distribuir lo que no existe y no se pueden implementar políticas sin contar con los recursos necesarios para ellas.

No hay fórmulas mágicas para alcanzar el éxito, pero además de trabajar, estudiar, investigar, hay que volver a soñar una patria grande, rica y generosa para todos los argentinos.

LUIS CLEMENTI

Agosto 2021

AGRADECIMIENTOS

Deseo expresar mi profundo agradecimiento a los colegas y amigos que me ayudaron a elaborar el Proyecto de Investigación PID 4844 que presenté a la U.T.N.-F.R.B.A. el 26 de noviembre de 2020 y cumpliendo formalmente con la entrega en los plazos establecidos. Esa experiencia y la vivencia acumulada a lo largo de varios años de trabajo e investigación, me permite presentar el presente “Libro” con la aspiración de que pueda ser útil para aquellos funcionarios, profesionales y políticos que tengan responsabilidades en el sector o se hayan impuesto lograr e impulsar la “integración y el desarrollo de nuestro país”, como herramienta clave para generar riqueza y prosperidad para todos los argentinos.

Fueron muchas las horas que le resté a mi familia y al trabajo, por lo que deseo agradecer muy especialmente a mi esposa Florinda (Meni) y a nuestros hijos e integrantes de nuestra familia: Maqui, Flor, Lucy, Luigi, Carolina, Matías y Eduardo, por la ayuda, la paciencia y la comprensión que me brindaron siempre y en particular en momentos de la Pandemia del COVID 19. A ellos les dedico este “libro”, porque fueron, son y serán siempre el principal motivo de mi vida.

NOTA PARA EL LECTOR

Este libro, fue concebido con la idea de establecer una plataforma mínima de conocimientos para aquellos interesados en la “Integración y el Desarrollo” de nuestro país a partir de una “visión holística” del fantástico potencial que posee la República Argentina.

Podríamos transformar esa fabulosa riqueza en prosperidad para todos los argentinos, con la memoria puesta en los que ya no están, pero dieron lo suyo, para los que venimos esforzándonos en ser mejores y encontramos montañas de mediocridad en apariencia insalvables y para los que vendrán y puedan encontrar una Argentina rica y próspera en lo espiritual, humano, social y material.

Algunas observaciones importantes: el texto ofrece un panorama general de manera sencilla, pero mucha información puede resultar árida y espero sea útil y no haber fracasado en el intento de redactarlo de manera clara para todos los públicos. Al respecto, deseo formular las siguientes aclaraciones:

• Cada tema tratado merecería contar con un “libro propio” por su relevancia y contenidos (mercados, complejos productivos, matrices origen – destino, modos y medios de transporte, infraestructura, tecnología aplicada, rol del Estado, rol de los empresarios, formación de RRHH, reglas del arte, etc.) Traté de escribir claro y para no especialistas, pero existen términos que son propios de la actividad y a riesgo de simplificar, muchos de ellos pueden parecer superficiales y algunos efectivamente lo son, en los casos que no agregan valor relevante para los profesionales del sector, aunque son insumos básicos y es necesario conocerlos.

• Me apoyé en la experiencia y en los conocimientos que fui acopiando durante la gestión en varias empresas. Reuní información a lo largo de años de trabajo, estudio, docencia y “calle”, aquí en nuestro hermoso país y en otros sitios que tuve el placer de “mirar” mientras trabajaba, exportaba, vendía; como conferencista, docente y empresario.

• Me gustaría que este libro llegue a las manos de aquellos que tienen responsabilidades públicas y privadas vinculadas al desarrollo de nuestro país y a los colegas del sector, que sin duda pueden agregar mejores ideas y aportar su propia experiencia. No podemos ser pobres en un país inmensamente rico y de inmenso capital humano y material y no creo que sea necesario destacar que necesitamos una clase dirigente política, empresaria, profesional y social más preparada y con más altura de vuelo, honesta, con valores trascendentes y comprometida con el futuro. Es por ello por lo que le pido al lector que critique el trabajo, lo mejore en la acción y lo comparta.

INTRODUCCIÓN

José Saramago en su obra “Ensayo sobre la ceguera”, nos traslada al mundo de los ciegos y relata lo complejo y limitado que resulta el entorno de un “ciego” en una sociedad donde todos “ven”. También, deja planteado un interrogante: ¿qué pasaría si la mayoría fuésemos “ciegos” y solo algunos pocos tuviesen la capacidad de “ver”?

Para los que quieran ver, nuestra realidad pone en evidencia que el populismo destrozó los valores, la cultura del trabajo, la educación y la vocación de grandeza. Se impulso una sociedad esclava a través de liderazgos de muy baja calidad que amplió las puertas de la corrupción y promovió una sociedad decadente. Esto comenzó hace varias décadas, casi un siglo y el deterioro fue en aumento. Nuestra crisis es de valores y además, se sumó ahora el impacto de la pandemia del COVID 19 y el lacerante aumento de la pobreza que alcanza al 50 % de la población.

Es casi imposible comprender por qué, en estos primeros treinta y ocho años de democracia, se dilapidaron infinitas posibilidades de progreso real y se jugó e hipotecó el sueño de millones de argentinos. Los gobiernos que han transcurrido desde 1983 y agravado ahora con el de Alberto Fernández son el mejor ejemplo de la baja calidad de los liderazgos, la pésima salud de la República y lo mal que se encuentran los partidos políticos que son incapaces de ofrecer soluciones a los problemas que enfrenta la sociedad.

Durante las últimas décadas, la República Argentina estuvo desintegrando su patrimonio geográfico, económico y social, en particular a partir de los años noventa y, con posterioridad, paulatina y luego exponencialmente, con gobiernos de muy mala calidad. El aparato productivo nacional sufrió una descomposición terminal, primero por la avalancha de una apertura indiscriminada y luego por la “ceguera” manifiesta del Poder Ejecutivo en su larga pelea con los sectores de la producción y a favor de una dirigencia sindical que roba a mansalva y vive en otra época. Con la complicidad de esa dirigencia política y sindical se produjo un manifiesto aumento de la tasa de desempleo, de la marginación y del desamparo de la sociedad argentina. Los servicios de educación y salud pública quedaron sin asistencia y sin prioridad frente al Estado. El aumento del narcotráfico, la radicación de los carteles de la droga, el aumento del consumo y el impacto de ella en los más jóvenes están haciendo estragos, llevándolos a un estado lamentable de desesperanza, de delincuencia y violencia que se adueñó de la paz y tranquilidad de los argentinos. (Esta situación se da con la complicidad de la política, de la justicia, de los organismos de seguridad y muy especialmente de la policía, que, lejos de combatir el delito, lo administra. Es así, como los “jerarcas de la droga” transforman a funcionarios y autoridades en “supermillonarios”). Se produjo un descomunal deterioro de la moral pública con la profundización de la impunidad y la violación sistemática de la Constitución Nacional y las leyes. Millones de argentinos se levantan cada mañana para cumplir con sus obligaciones, trabajan, pagan sus impuestos, cumplen con las leyes, pero el alto grado de relativismo moral, a partir de la prédica de los derechos humanos que impuso el supuesto “progresismo”, parecieran que estos pertenecer solamente a algunos sectores y no a todos los ciudadanos por igual.

La República Argentina tuvo en las últimas décadas: dos ataques del terrorismo internacional (Embajada de Israel y AMIA); tres guerras: la lucha contra la subversión; la “casi guerra” con Chile, que se evitó por la mediación papal en 1978; y la guerra contra la OTAN, Estados Unidos, Gran Bretaña y Chile, por las Islas Malvinas y del Atlántico Sur. Pero además, hoy estamos amenazados por el peligro potencial de tener fronteras (aéreas, marítimas y terrestres) permeables, inmensos espacios vacíos sin control efectivo y espacios territoriales en disputa (el Atlántico Sur y la Antártida); la voracidad externa y la depredación de nuestros recursos naturales; el tráfico de armas; la presencia del narcotráfico con la radicación de carteles de la droga en el país; el lavado de dinero y los delitos de guante blanco, que gozan de total impunidad; una pobreza extrema, con miseria y exclusión, la desarticulación de los sistemas de salud, de justicia, de educación, de producción, de defensa; y otros flagelos que ya son conocidos y sufridos por millones de compatriotas. No se puede negar, porque las pruebas son evidentes, que muchas de las amenazas a la seguridad ya las sufrimos en el país y en carne propia todos los días. Las formas de violencia ya conocidas se presentan con mayor intensidad y simultáneamente aparecieron nuevas formas de violencia ciudadana y/o estatal, vinculadas muchas veces con los graves cuadros económicos y sociales. Pero este coctel explosivo, además, tuvo que enfrentar a la pandemia del COVID 19 y la sociedad se vio sumergida en el miedo, la inseguridad y la espera de una vacuna que permitiera enfrentar el desastre humanitario que generó la muerte de miles de argentinos y millones a nivel global con profundos cambios sociales.

La República Argentina tiene un bajo grado de integración a nivel municipal, provincial, regional y nacional. En general, cada una de ellas están orgullosas de su propia geografía, historia, cultura, idiosincrasia, próceres, leyendas y/o percepción de sí mismas y su relación con el resto del país. Pero, actúan, como compartimientos estancos a nivel de la integración regional y nacional. A veces por un caudillismo retrógrado, otras, por sentirse aisladas, abandonadas, o poderosas y ricas y/o independientes del resto. Por ello, es vital que la formulación de un plan nacional involucre a los “valores, percepciones y aspiracionales que representen con señorío a toda la Argentina” y que demás posibilite una integración nacional efectiva y el desarrollo de todo el potencial nacional. Hay que levantar la vara.

No se trata de modificar ni la cultura ni las visiones propias de cada provincia o ciudad, pero si la necesidad de una Argentina integrada a nivel nacional, tanto en la infraestructura, la educación, la salud, la producción y el comercio, la tecnología, los modos y medios de transporte, entre otros, que requieren una visión holística para brindar servicios de alta calidad en todos los rincones del país. Para ello, se necesitan liderazgos de calidad y profesionalismo. Por cierto, el concepto de integración nacional es el primer paso para seguir hacia la integración regional y la integración mundial (2).

En tal sentido, es menester revisar la infraestructura, la conectividad entre los modos y medios de transporte, la formación y capacitación de líderes, el equipamiento tecnológico, las “Reglas del Arte” aplicadas (se llaman así a las mejores prácticas que se utilizan en la Cadena de Abastecimiento), los costos logísticos, los canales de distribución, los medios y modos de transporte más convenientes y el aspecto clave que es la formación de recursos humanos. Esa formación debe abarcar a los niveles políticos atento a la importancia de aumentar la visibilidad de los temas, en apariencia menores, pero que hacen a la integración y el desarrollo integral de la producción y la sociedad.

Para ello, es fundamental contar con útil y buena información a nivel municipal, provincial, regional y nacional para brindar eficientes servicios de transporte y logística. No se trata de hacer milagros, pero sí, de planificación estratégica con continuidad y seguimiento.

El autor planteó oportunamente en las Jornadas de Ingeniería y Economía del Transporte” realizadas en 1998 en la Facultad de Ingeniería del Ejército Argentino (ex - Escuela Superior Técnica del Ejército) la necesidad de que Argentina creara un “Consejo Nacional de Logística- C.N.L.”. No era una idea original, en realidad, era un tema que se venía conversando dentro del sector y continúa hasta el presente y aún sin solución, a pesar de que existen experiencias internacionales exitosas que podrían servir de ejemplo. La principal ventaja del C.N.L. sería generar un ámbito (público y privado) donde los actores involucrados podrían lograr avances y consensos para mejorar el conocimiento de las necesidades, enfrentar soluciones, y mejorar la competitividad a nivel nacional para generar riqueza localmente.

Posteriormente, el autor presentó en el “Congreso de Ingeniería Latinoamericano y del Caribe- Ingeniería 2014”, organizado por el Centro Argentino de Ingenieros (CAI) – un trabajo sobre Bases para un Plan Nacional de Logística que fue aprobado y publicado. Fue un trabajo individual y donde se pudo establecer la necesidad de su generación y algunas ideas para su realización.

Paralelamente, el Ejército Argentino a través de la Escuela Superior de Guerra del Ejército, en noviembre de 2012, presentó ante la CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria) una Carrera de posgrado nueva: “Especialización en Planificación y Gestión de Recursos Materiales de Organizaciones Militares Terrestres (es la denominación equivalente a Logística de Recursos Materiales)”, se me designó director de la misma y se obtuvo el Reconocimiento Oficial Provisorio en marzo de 2014 y posteriormente en 2020 la acreditación definitiva por seis años. Entre los años 2014 y 2020, 85 Oficiales de Recursos Materiales (Logísticos) egresaron de la carrera y fueron grandes operadores y colaboradores en los momentos más difíciles de la Pandemia e incluso participaron junto al resto de la Fuerza de punta a punta del país, realizando una tarea encomiable. Adicionalmente la Escuela Superior de Guerra lanzó también, en forma simultánea, otra carrera nueva de postgrado: Especialización en Planeamiento y Gestión de Recursos Humanos de Organizaciones Militares Terrestres (Logística de Recursos de Personal) y ellos también fueron grandes protagonistas de las tareas realizadas frente al COVID 19.

A partir de la iniciativa de la UTN- F.R.S.F (Universidad Tecnológica Nacional – Facultad Regional Santa Fe). se promovió junto a la UTN- F.R.B.A (Universidad Tecnológica Nacional – Facultad Regional Buenos Aires) una “Especialización y Maestría en Transporte con cuatro menciones: Carretero, Ferroviario, Fluvio- Marítimo y Aéreo” que también tuve el honor de acreditarla como director y con una elevada impronta de sentido Federal, que se dicta actualmente en forma intensiva en la F.R.B.A, y donde participan profesionales de distintas regiones de nuestro país. Además, un selecto grupo de profesionales de larga experiencia y con responsabilidades en la actividad pública y privada accedieron a actuar como “Investigadores de Apoyo” para acompañar el Proyecto de Investigación PID 4844 sobre el tema “Bases para un Plan Nacional de Logística” y además aportar sus consejos, orientación y apoyo para el desarrollo del Proyecto. Lamentablemente el deterioro de la situación económica, más el cambio de gobierno en el año 2019, produjo una diáspora y muchos profesionales fueron desafectados de sus puestos de trabajo y tuvieron que buscar nuevos rumbos en un contexto difícil y agravado posteriormente por la PANDEMIA del COVID 19. Esta situación, también afectó el desarrollo del trabajo de investigación por la pérdida de colaboradores claves y a mí, en mi rol de empresario, dado que tuve que enfrentar contingencias muy complejas, no obstante, ello, el 26 de noviembre de 2020 se presentó completo el Proyecto PID 4844 a las autoridades de la Universidad Tecnológica Nacional.

En la investigación, se analizó la situación a nivel provincial de las “Microrregiones” y los “Complejos Productivos”, los niveles de producción y cuando fue posible, la aplicación de las “reglas del arte” en distintas cadenas productivas y el impacto sobre la competitividad.

El primer escollo que tuvo que superarse fue la falta de conocimiento y formación profesional en el área del transporte y logística de los principales líderes que ocupan puestos políticos y técnicos a nivel nacional, provincial y municipal. Recién a fines de los años 90’s se amplió la oferta de carreras para formar profesionales que puedan participar en temas de transporte y logística. En aquellos tiempos se lanzaron dos carreras en formato de Maestrías, una en “Logística” en la Escuela de Guerra Naval y la otra en “Transporte” en la Escuela Superior Técnica del Ejército (actual Facultad de Ingeniería del Ejército) y el autor del presente trabajo fue su primer director y quien acreditó la Carrera frente a la CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria) en el año 2000 (Resolución CONEAU 233/00 - 27 de marzo de 2000). Comenzamos a realizar anualmente las “Jornadas de Ingeniería y Economía del Transporte”, con la ayuda de un “gran señor del transporte y la logística” don Roberto Liatis y nos reuníamos, en la sede provisoria de ARLOG (Asociación Argentina de Logística), además contábamos también, con distinguidos referentes del sector en el Comité Académico de la Maestría que prestigiaban a la carrera y a la ex Escuela Superior Técnica (actual Facultad de Ingeniería del Ejército).

También y con impulso de las empresas, se formaron la Asociación Argentina de Logística (ARLOG) y otras instituciones como la Fundación de Profesionales del Transporte, en el ámbito de FADEEAC y la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL).

También las universidades comenzaron a dictar carreras y muchas incorporaron materias vinculadas al transporte y la logística. Es el caso de la Universidad Tecnológica Nacional, introdujo la materia “LOGÍSTICA” en el Programa de Estudios de la Carrera de Ingeniería Industrial y posteriormente se crearon la Especialización y la Maestría en Transporte.

El segundo escollo relevante, lo constituye la falta de información confiable a nivel nacional para poder elaborar los proyectos de infraestructura a partir de las “Matrices de Origen y Destino de las Cargas”. Es un tema complejo, porque en ocasiones, cada municipio tiene su propio sistema de datos a veces no compatibles con otros municipios o con sus reportes, cada provincia también y entre ellas muchas veces no existe compatibilidad, con lo cual, el aprovechamiento de los datos, variables claves para diseñar el sistema de transporte y logística, resulta parcial, inconsistente y con muchas aproximaciones. Por cierto, tampoco se puede evaluar la informalidad.

Todavía no poseemos un “Plan Nacional de Logística” cuando varios países vecinos ya lo tienen. Sin duda, debería ser un objetivo político relevante y hay que promoverlo para que sea desarrollado y aplicado. Ese Plan permitiría generar una “visión holística” de las necesidades de infraestructura para un transporte eficiente, generar sinergias, aplicar el intermodalismo y multimodalismo, bajar los costos, mejorar la calidad de los servicios que se brindan y aumentar la eficiencia general.

Por cierto, el Estado Nacional cuenta con un Ministerio de Transporte formal y es en ese ámbito, donde se deberían impulsar estos estudios, pero a nadie se le escapa que existen otras prioridades y es aquí, donde, el modesto aporte académico podría constituirse en una punta de lanza para realizar trabajos con mayores recursos y con la capacidad del Estado. La presente tarea se realizó “ad honorem” de todos los miembros del Equipo, con mucho esfuerzo y a lo largo de varios años, restándole tiempo a las actividades empresarias, profesionales, laborales y familiares de cada integrante.

2. Desarrollo y subdesarrollo económicos. Economía- Política- Sociedad- PAIDOS- Rogelio Frigerio

CAPÍTULO I

Geopolítica de la República Argentina

Esos miserables ranchos donde ve uno la multitud de criaturas que llegan a la edad de pubertad sin haber ejercido otra cosa que la ociosidad, deben ser atendidos hasta el último punto.

Manuel Belgrano

15 de julio de 1796 (3)

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio

En la sede de Naciones Unidas en Nueva York, en septiembre del año 2000, los líderes de 190 países se reunieron y aprobaron la “Declaración del Milenio”, un acuerdo para trabajar de manera conjunta para construir un mundo más seguro, más próspero y equitativo. A partir de la declaración, se formularon ocho objetivos mesurables y con límites de tiempo, para llegar al año 2015, con esos objetivos cumplidos. Estos objetivos se conocieron como los Objetivos de Desarrollo del Milenio y ellos son:


• 1 – Erradicar la pobreza extrema y el hambre.

• 2 – Lograr la enseñanza primaria universal

• 3 – Promover la igualdad entre géneros y la formación educativa de la mujer.

• 4 – Reducir la mortalidad infantil

• 5 - Mejorar la salud materna

• 6 – Combatir el VIH y SIDA, el paludismo y otras enfermedades.

• 7 – Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente

• 8 – Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.


Algunos de los Objetivos, lejos de cumplirse, se agravaron