ÍNDICE
1. Mariano Fortuny. La batalla de Tetuán (detalle). Museo de Arte Moderno. Barcelona
2. Mariano Fortuny. La vicaría. Museo de Arte Moderno. Barcelona
3. Mariano Fortuny. Patio de Granada
4. Mariano Fortuny. Marroquíes. Museo del Prado
5. Mariano Fortuny. Desnudo. Museo del Prado
6. Ramón Martí Alsina. Desnudo. Colección particular. Barcelona
7. Ramón Martí Alsina. Retrato del pintor Torrescasana. Academia de San Fernando. Madrid
8. Ramón Martí Alsina. Costa catalana. colección particular. Barcelona
9. José Villegas. Retrato de su esposa. Museo de Bellas Artes. Sevilla
10. Francisco Domingo. El embarcadero. Colección particular
11. Ramón Casas. El garrote vil. Madrid
12. Ignacio Pinazo. Desnudo. Madrid
13. Ignacio Pinazo. Niño en la cuna. Museo San Carlos. Valencia
14. Carlos Haes. Camino. Museo Provincial de Cádiz
15. Carlos Haes. Paisaje. Museo de Arte Moderno. Madrid
16. Agustín Riancho. Paisaje. Dirección General de Turismo
17. Agustín Riancho. El árbol. Museo de Arte Moderno. Madrid
18. Joaquín Vayreda. Paisaje. Museo de Arte Moderno. Barcelona
19. Joaquín Vayreda. Paisaje. Museo de Arte Moderno. Barcelona
20. Daniel Urrabieta. Ilustración del Buscón
21. Aureliano de Beruete. La venta del macho. Museo de Arte Moderno. Madrid
22. Aureliano de Beruete. El Manzanares. Museo de Arte Moderno. Madrid
23. Dario de Regoyos. El gallinero. Museo de Arte Moderno. Madrid
24. Dario de Regoyos. El arco iris. Museo de Arte Moderno. Barcelona
25. Darío de Regoyos. Las redes. Colección particular
26. Francisco Gimeno. Leyendo el periódico. Museo de Arte Moderno. Barcelona
27. Francisco Gimeno. Autorretrato. Museo de Arte Moderno. Barcelona
28. Joaquín Sorolla. Y aun dicen que el pescado es caro. Museo de Arte Moderno. Madrid
29. Joaquín Sorolla. La siesta. Museo Sorolla. Madrid
30. Joaquín Sorolla. Barcos. Colección particular
31. Joaquín Sorolla. El baño del niño. Academia San Fernando. Madrid
32. Joaquín Sorolla. Tipos manchegos. Museo Sorolla
OTRAS PUBLICACIONES
Entre 1910 y 1920 hace una obra que le encarga la Hispanic Society de Nueva York para decorar los muros de su edificio con tipos de todas las regiones españolas. Es una especie de síntesis y resumen de su observación anterior, pero ahora tiene la posibilidad de extender su paleta por todas las provincias de España. Cataluña, Aragón, Andalucía, Valencia, todas las regiones y lugares de nuestro país se recortan en el fondo luminoso y claro de los lienzos de Sorolla y forman una especie de sinfonía pictórica de profundos acentos. Sobresale entre todas la apreciación valenciana y la castellana, donde consigue igualmente aciertos insuperables. Agotado quizá por esta gran obra, queda paralítico e imposibilitado de trabajar durante los tres últimos años de su vida (1920-1923).
Eduardo Rosales muere en 1873. Los cuadros de historia todavía encuentran pintores empeñados en cultivar el género, pero poco a poco van cayendo en el olvido y dejando el puesto a una nueva corriente pictórica. En el último tercio del XIX los pintores dejan de interesarse por los temas históricos y concentran su atención en la técnica del color y sus complejísimas posibilidades. Ya no suelen preocuparse del paradigma o la grandiosidad anecdótica del tema. Lo que interesa verdaderamente a la pintura del último tercio del XIX es la propia ejecución pictórica. Ha tenido lugar una especie de divorcio entre fondo y forma. La intencionalidad política y ejemplarizante de los pintores de historia de mediados de siglo ha decaído. A veces se acometen temas de este tipo (pensemos en las batallas marroquíes de Fortuny), pero la intención, que es lo fundamental en toda obra de arte, es totalmente diferente. Lo que interesa al pintor «realista», y mucho más al «impresionista», no es lo que pinta, sino la forma de pintarlo. Se trata, por lo tanto, de un periodo esteticista.