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BREVE HISTORIA DE LA
GUERRA DE IFNI-SÁHARA

Carlos Canales Torres
Miguel del Rey Vicente

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Printed in Spain

En Ifni se dio la curiosa paradoja de que ambos bandos, a nivel de infantería, estaban equipados prácticamente con las mismas armas. Al carecer de aquel material que le hubiera podido proporcionar superioridad y ventaja en el campo de batalla (vehículos todo terreno en abundancia, blindados, artillería pesada, helicópteros, radios...), los soldados españoles se vieron obligados a enfrentarse al enemigo con un armamento portátil de similares características y, en casos como el de las granadas de mano, hasta de inferior calidad que al de su oponente.

Ifni 1957-1958. La prensa y la guerra que nunca existió.
Lorenzo M. Vidal Guardiola.

Índice

Capítulo 1: Recuerdos imperiales

La crisis del 57

Un gobierno desbordado y un pueblo engañado

Capítulo 2: Ifni-Sáhara: historia de una obsesión

El Sáhara y la Tierra de los Ait Ba Amram. De los Reyes Católicos a Carlos III

De la Guerra de África a la Conferencia de Berlín. Las expediciones

Los tratados con Francia: los tres territorios

La ocupación de Ifni

La ocupación del Sáhara

Lo organización política del AOE

Capítulo 3: Dueños de la nada

El nacimiento del moderno independentis momarroquí y los primeros incidentes

La independencia de Marruecos

El Yeicht Taharir: El Ejército de Liberación

Los insurgentes en Mauritania

¿Qué hacemos? Nace el Plan Madrid

El largo verano del 57: «La guerra de Agosto»

Preparándose para lo peor: los planes de defensa

Capítulo 4: Y de repente, la guerra

Los ataques sobre Ifni

Una situación comprometida: Tiliuin y Tenín de Amel-lu

Garras del cielo: Aerodesembarco sobre Tiliuin

Operación «Netol»

Operación «Gento»

Capítulo 5: La recuperación en Ifni

Demostración de fuerza en Agadir

La abortada operación «Banderas» y el punto muerto de enero

El fin del AOE

La defensa de Sidi Ifni y la operación «Diana»

Las operaciones «Siroco» y «Pegaso»

La reestructuración de la defensa de Sidi Ifni

Capítulo 6: Crisis en Sáhara

El abandono de las guarniciones, el incidente de Tichla

Buscando aliados desesperadamente. Contactos con Francia

Problemas sin cuento

Los preparativos

Capítulo 7: Barriendo el desierto con una escoba

Insurrección, comienzan los combates

El desastre de Edchera

Las operaciones «Teide» y «Ecouvillon»

Los efectivos españoles y franceses

La operación «Teide»: Primeros pasos

El progreso de la operaciones de limpieza

La guerra en el Sur

Vuelve el Majzen español: La pacificación

Capítulo 8: Por aire, mar y tierra

Las operaciones aéreas

Vehículos blindados y de transporte

El armamento, una visión crítica

Las operaciones navales

Capítulo 9: Después de la guerra

La entrega del territorio Sur del protectorado: El tratado de Cintra

Ifni 1959-69. Diez años rodeados

Sáhara 1959-76. Una historia triste

Apéndice: los hombres de la guerra

Bibliografía

1

Recuerdos imperiales

En la noche del 23 de noviembre de 1957 empezaba en Ifni, territorio español situado en la costa sur de Marruecos, la última guerra colonial librada hasta ahora por España. Una guerra silenciada, que fue ocultada de cara a la opinión pública, y muy censurada. Una guerra corta pero intensa de la que la sociedad española de la época tuvo muy poca información y de la que hoy en día todavía se sabe menos.

Ifni 1957-1958. La prensa y la guerra que nunca existió. Lorenzo M. Vidal Guardiola

LA CRISIS DEL 57

Da igual la fuente que ustedes consulten, de la guerra breve pero sangrienta que España libró en sus territorios y luego «provincias» de África Occidental, Ifni y Sáhara, apenas hay rastro en la memoria popular. En los últimos años, especialmente a partir del año 2007, cuando la última guerra librada por España hizo su quincuagésimo aniversario, aparecieron muchos y notables libros sobre el conflicto, que en gran medida recogen las experiencias y vivencias de los jóvenes que, muchas veces sin ni siquiera poder imaginarlo, se encontraron en medio de un conflicto armado, de corte antiguo y colonial, en el que muchos de ellos perdieron al vida o la salud, pero el resto de los libros, la mayor parte muy interesantes, solo han llegado, por desgracia, a una minoría de lectores aficionados a la Historia y especialistas, pero no al gran público.

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La Guardia Mora de Franco, Jefe del Estado español, que tenía su origen en el 2º Escuadrón de Caballería del Tabor del Grupo de Fuerzas Regulares de Tetuán, asignado en febrero de 1937 como escolta en el Cuartel General del Generalísimo. La Guerra de Ifni-Sáhara fue el final de la unidad, pues el apedreamiento de su Escuadrón de Caballería cuando rendía honores en la presentación de cartas credenciales de nuevos embajadores fue la muestra de que ya no se aceptaba su existencia, ni en la callada y sometida España de la época. Su desaparición fue, en cierto modo, el final de una época.

La Guerra de Ifni, nombre con el que después fue conocida, aunque se desarrolló en dos escenarios bien diferentes, el propio Ifni y el Sáhara Occidental, fue una contienda oscura, ocultada en su desarrollo y consecuencias a la callada y sufrida opinión pública de la España de los años cincuenta del siglo pasado, y librada en unas condiciones muy difíciles, en un país pobre y con un ejército mal equipado, y lo que es peor, olvidado y abandonado por su propio gobierno.

Hagan ustedes la prueba y pregunten sobre la Guerra de Ifni-Sáhara. Es posible que, a pesar del tradicional desconocimiento de los españoles de su propia historia, cualquier persona de formación media no sepa absolutamente nada sobre el conflicto con el Ejército de Liberación Nacional —el Yeicht Taharir—, palabra está última que, a los oídos de los españoles actuales, suena más a una película de Ciencia Ficción que al nombre del último ejército enemigo de España.

El desconocimiento de nuestro pasado por parte de la juventud actual es tan absoluto que parece obra de un meticuloso y planificado trabajo, pues es algo único en nuestro entorno cultural, y es además casi suicida, pero en el caso de la Guerra de Ifni-Sáhara es especialmente grave, pues la complicada relación de España con Marruecos es frecuentemente tapada bajo todo tipo de estúpidas declaraciones de buena vecindad que ocultan que, guste o no, la frontera de España con nuestro vecino africano es la única complicada que tenemos, pues el contencioso de Gibraltar podrá no resolverse, pero no es en absoluto una amenaza para la seguridad de nuestra nación.1

En 1957 España acababa de salir de una década de aislamiento que había impedido la recuperación de los terribles daños ocasionados por la Guerra Civil y que había prolongado la pobreza de los años de la posguerra mucho más allá de lo que hubiese sido razonable. Convertido en Europa en un régimen apestado y despreciado, el franquismo comenzó a vislumbrar un lugar bajo el sol, cuando su feroz anticomunismo fue aprovechado por los Estados Unidos que, desde 1953 y en medio de la Guerra Fría, dieron a Franco el apoyo que necesitaba para sobrevivir.

Sin embargo, cuando comenzó el conflicto, en los meses siguientes a la consecución por Marruecos de su ansiada independencia, España no había iniciado aún la senda que le llevaría al inmenso crecimiento económico de los años sesenta que en dos decenios sacaría al país del subdesarrollo y del atraso, y las fuerzas armadas no estaban en realidad en condiciones de librar una guerra moderna, ni siquiera contra un ejército irregular y a poca distancia de la metrópoli.

UN GOBIERNO DESBORDADO Y UN PUEBLO ENGAÑADO

Cuando las noticias de que las bandas armadas del Ejército de Liberación Nacional o Yeicht Taharir, estaba atacando las posiciones españoles en Ifni llegaron a Madrid, el desconcierto del gobierno fue absoluto. Consciente de su debilidad, había intentado por todos los medios evitar el conflicto, a pesar de que las señales parecían indicar de una forma clarísima que el choque con las bandas armadas, apoyadas de forma absoluta, y poco disimulada, por el gobierno de Marruecos, parecía inevitable.

Los medios de comunicación de la época apenas mencionaron el conflicto en las primeros días, cuando la situación no estaba controlada y el desconcierto era manifiesto. No se sabía cómo comunicar a la población, a la que se decía desde hacía años que había una profunda «amistad hispano-árabe», de la que se hablaba pomposamente una y otra vez, que el «amigo» marroquí acababa de apuñalarnos por la espalda a los pocos meses de que se concediera la independencia a su nación y cuando se conocía que, en sus peores momentos, el Istqlal había realizado sus reuniones en nuestro país y había contado con el apoyo más o menos encubierto de instituciones oficiales españolas.

El pueblo español fue por lo tanto engañado de principio a fin, al comienzo de las hostilidades por el sistemático ocultamiento de lo que estaba sucediendo y, después, porque nunca se llegó a contar la verdadera dimensión de lo que había sucedido.

Cuando tras unas semanas de duros combates la situación pudo ser controlada en Ifni, la prensa se volcó, siguiendo instrucciones claramente establecidas, a ensalzar el papel llevado a cabo por las «heroicas» tropas del «invicto» ejército salido de la Guerra Civil. Sin embargo, militares y políticos conocían la dura y amarga realidad. Aún habiendo combatido bien, al límite de lo que permitían los escasos medios con los que se contaba, en Ifni se habían logrado solo unas precarias tablas, y en el Sáhara, donde sí se había conseguido una clara victoria contra el Ejército de Liberación, esta solo se había obtenido gracias al apoyo material y logístico del Ejército francés.

La presente obra es por lo tanto un pequeño intento para acercar a todo tipo de público los hechos más significativos de una guerra silenciada, olvidada y casi borrada de la memoria y de los libros de Historia, en la que centenares de españoles dieron la vida defendiendo a su país, muchos de ellos soldados de reemplazo que habían abandonado su pacífica y tranquila vida para hacer el servicio militar en unos territorios de los que la mayor parte no sabía absolutamente nada, cuando por avión o barco fueron llevados hasta allí, para verse envueltos en una guerra de la que muchos de ellos no regresarían jamás.

Creemos que su recuerdo y lo que hicieron no debe de olvidarse, aunque así lo hayan hecho los ingratos gobiernos españoles y la falta de memoria de sus compatriotas.

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1 Olvidar esta obviedad es una locura, pero los gobiernos españoles parecen hacerlo una y otra vez. Las buenas relaciones que debemos tener con Marruecos no deben hacernos olvidar que los últimos conflictos de España tienen todos el mismo escenario. España no combate con una nación europea desde 1814, pero desde esa fecha ha combatido en África en 1859-60, 1893, 1909-13, 1919-27, 1957-58 y 1975-76. Y eso que no contamos los incontables incidentes armados ocasionales ni las crisis tipo Perejil.